PRÓLOGO DEL AUTOR PARA LA TERCERA EDICIÓN

En esta tercera edición de Cartas para Claudia, me he dado unos cuantos lujos. El primero y más importante lujito es el de no corregir todos aquellos conceptos que, vertidos cuando se escribió el original, ya no comparto.

El segundo lujo es agregar a esta edición algunas cosas que no dije, no pensé o no sabía en aquel entonces. El tercer lujo es el de aparecer en esta edición que está en tus manos, lector, y que, al ser editada por Nuevo Extremo tiene una calidad muy diferente a la de aquella primera que, con recursos de mi bolsillo (y el de algunos seres queridos), edité en 1986.

Finalmente me doy el lujo de agradecerte, queridísimo lector, los cientos de cartas que recibí respondiendo a mi invitación del primer prólogo. Disfruté letra por letra de cada una de ellas, disfruté las críticas y, para qué negarlo, disfruté los halagos. Mucho me gustaría que empuñaras la lapicera otra vez (porque siempre sos un lector para mí) y nuevamente me escribieras.

En retribución a tantos lujos, quiero compartir con vos un texto cortito y significativo. Lo escribí entre aquella primera edición y esta lujosa tercera. Ojalá lo disfrutes.