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—Buenos días, señora Vogler. Mi nombre es Alma, soy la enfermera contratada para cuidarla en lo sucesivo.
—(La señora Vogler la observa con atención).
—Puedo hablarle un poco de mí, si le parece. Obtuve el título de enfermera hace dos años. Tengo veinticinco y estoy prometida. Mis padres tienen una granja en el campo. Mi madre también fue enfermera antes de casarse.
—(La señora Vogler escucha).
—Bien, voy a buscar la bandeja de su cena. Hígado frito y ensalada de fruta. Tenía una pinta riquísima.
—(La señora Vogler sonríe).
—Antes voy a elevar un poco el respaldo de la cama para que esté cómoda.