PRESENTACIÓN DE LOS TEXTOS
La antología de ensayos de H. P. Lovecraft que el lector tiene en sus manos ha sido especialmente preparada para esta editorial con la colaboración del Patrimonio Literario de H. P. Lovecraft,[1] lo que nos ha permitido incluir una mayoría de piezas nada frecuentadas e inéditas. El origen de los textos escogidos es muy variado: algunos fueron escritos para la prensa amateur, otros provienen de la ingente correspondencia de Lovecraft y los hay, por último, elaborados para uso estrictamente personal. Los temas abordados son asimismo diversos: filosofía, ciencia, política y literatura (tal como se hallan ordenados en esta edición). He aquí el contenido:
«Confesiones de un incrédulo» («A Confession of Unfaith»). Texto aparecido en el n.º 2 de la revista amateur Liberal, de febrero de 1922. Tomado de Miscellaneous Writings, pp. 533-538 (Arkham House, 1995). Nuestro autor se explaya aquí sobre el origen de su cínica y escéptica actitud vital, de su ateísmo y su pesimista punto de vista cósmico y su interés por la antigüedad clásica y las ciencias (especialmente la astronomía), además de repasar la evolución de su ideario filosófico hasta llegar al materialismo mecanicista. Según su biógrafo S. T. Joshi,[2] se trata de «uno de los mejores ensayos de Lovecraft».
«Nietzscheísmo y realismo» («Nietzscheism and Realism»). Texto aparecido en el n.º 1 de la revista amateur The Rainbow, de octubre de 1921. Tomado de Miscellaneous Writings, pp. 172-176. Al parecer, fue Sonia H. Greene (futura esposa de Lovecraft) quien, a partir de dos cartas dirigidas a ella, preparó este artículo para incluirlo en su revista The Rainbow. En parte, está escrito al estilo de la sección cuarta («Sentencias e interludios») de Más allá del bien y del mal de Friedrich Nietzsche.
«El materialista moderno» («The Materialist Today»). Texto aparecido en el n.º 7 de la revista amateur Driftwind, de octubre de 1926. Tomado de Miscellaneous Writings, pp. 176-179. Como el anterior, este ensayo tiene su origen en una carta, dirigida esta al editor de Driftwind, Walter J. Coates. La idea de la conciencia como forma superior de movimiento de la materia —clave en el pensamiento filosófico de Lovecraft— se emplea aquí contra los pensadores que buscan reconciliar la ciencia y la religión; más adelante, en este mismo volumen, se verá cómo la esgrime contra los fabricantes y consumidores de fenómenos paranormales.
«Las conductas autosacrificiales y sus causas» («Some Causes of Self-Immolation»). El manuscrito original está fechado el 13 de diciembre de 1931. Apareció póstumamente en la antología Marginalia (Arkham House, 1944). Texto tomado de Miscellaneous Writings, pp. 179-190. Joshi, a la vista del seudónimo empleado, el título y varios fragmentos de este artículo, advierte de una posible «intención satírica tras su composición, como si Lovecraft pretendiera parodiar la jerga psicológica contemporánea», aunque añade que «el ensayo parece ser, en general, un análisis psicológico serio y sincero de las motivaciones humanas». Sea como fuere, el carácter inusual de esta pieza, por su estilo y contenido, justifica por sí solo su presencia en esta antología y…, ¿por qué no?, la mención que hace Lovecraft de la glándula pineal, al referirse al sistema de Descartes, evocará en más de un lector la imagen del mad doctor Crawford Tillinghast de su relato «Del más allá».
«A propósito de los denominados “fenómenos paranormales”». Tomado de Selected letters III, pp. 442-449 (Arkham House, 1971). Este texto, que forma parte de una carta a August Derleth de diciembre de 1931 (el título es nuestro), constituye un excelente ejemplo de la aversión del autor hacia ciertos científicos que, en la línea de William Crookes y Oliver Lodge, se empeñaron en dar credibilidad y respetabilidad al espiritismo y otras seudociencias. Cabe destacar la mención a su cliente el mago escapista Harry Houdini,[3] y su confesión de que preferiría vivir en un universo poblado por sus queridos Cthulhu y Yog-Sothoth. Una versión resumida de este artículo (a la que se añaden los sucesos condenados de Charles Fort) aparece en una carta a Emil Petaja del 31 de mayo de 1935.[4]
«Algunas consideraciones sobre el mundo feérico» («Some Backgrounds of Fairyland»). Según Joshi, se trata de una carta a Wilfred B. Talman del 23 de septiembre de 1932 (el título es de August Derleth). Apareció póstumamente en la antología Marginalia (Arkham House, 1944). Texto tomado de Collected Essays, Volume 3: Science, pp. 323-331 (Hippocampus Press, 2005). Lovecraft realiza aquí un ameno recorrido en clave mitológica y antropológica por el árbol genealógico de las hadas, en busca del origen del siniestro pueblo pequeño al que aluden las leyendas de algunos pueblos europeos.
«Ciertas reiteraciones sobre la situación actual» («Some Repetitions on the Times»). El manuscrito original está fechado el 22 de febrero de 1933. Apareció póstumamente en el n.º 12 de la revista Lovecraft Studies en la primavera de 1986. Texto tomado de Miscellaneous Writings, pp. 271-289. Escrito cuatro meses después de la victoria de Franklin Delano Roosevelt en las elecciones presidenciales de 1932, este ensayo conforma, junto con el siguiente, el programa económico y político de Lovecraft para la América de la Gran Depresión; parte del cual inspirará, en 1935, la sociedad de la Gran Raza de Yith en su relato «En la noche de los tiempos».[5]
Parte Lovecraft de un lúcido —y muy actual— diagnóstico de crisis cíclica del capitalismo liberal, constatando una situación de peligrosa frustración de las clases medias y alarmante desesperación de las clases trabajadoras. Propone un franco e ingenuo conjunto de reformas económicas y sociales (sin sacrificar la continuidad de la tradición cultural europea y sin una sola concesión al gran peligro comunista) que debería ser aplicado por un «gobierno dictatorial fascista». Aunque Lovecraft, como tantos, se sintió fascinado por el fascismo desde la toma del poder en Italia por Mussolini en 1922, no concretó su ideario político hasta la Crisis del 29. En esta etapa, en su correspondencia abundan sonoras declaraciones como estas: «Es un elogio para líderes como Mussolini que se los tache de “hombres del siglo XV”»;[6] «social y políticamente hablando soy tory, zarista, patricio, fascista, nacionalista, militarista y partidario de la oligarquía».[7] Con un aire casi resignado, muy sintomático de estos años tan conflictivos e inciertos, llega a decir en algún momento de este libro (p. 131): «Hoy solo es dable escoger entre uno u otro “ismo”». En cartas posteriores a ambos ensayos, este mismo conjunto de medidas es denominado «socialismo inteligente»[8] por Lovecraft que, al fin, acabará reconociendo: «Ahora, en lo fundamental, puedo ser catalogado como socialista»;[9] si bien su postura antimarxista y antiliberal (en lo económico y en lo político) se mantuvo intacta.
«Un profano se dirige al gobierno» («A Layman Looks at the Government»). El manuscrito original está fechado el 22 de noviembre de 1933. Apareció póstumamente en el n.º 44 de la revista Lovecraft Studies en 2004. Texto tomado de Collected Essays, Volume 5: Philosophy, pp. 96-111 (Hippocampus Press, 2005). En estas páginas, Lovecraft ataca a los enemigos del New Deal de Roosevelt («plutócratas», «ofuscados reaccionarios», «egoístas capitalistas»…), insiste en su programa reformista y rastrea el origen de la propiedad privada en unos términos que recuerdan a la célebre obra de Proudhon Qu’est-ce que la propriété?
Según Joshi, Lovecraft no hizo esfuerzo alguno por publicar este artículo ni el precedente, por lo que, «además de permitirle codificar sus ideas políticas y económicas en constante evolución», añade, «uno se pregunta cuál podría ser su propósito».
«Qué debo leer» («What Shall I Read?»). El manuscrito original data del otoño de 1936; apareció póstumamente —rebautizado por August Derleth como «Suggestions for a Reading Guide»— en la antología The Dark Brotherhood and Other Pieces, pp. 30-64 (Arkham House, 1966), de donde ha sido tomado. Aunque dedicado a las grandes obras de la literatura universal, las ciencias naturales, humanas y sociales y las bellas artes, por su extensión, organización y alcance podría compararse a su ensayo El horror sobrenatural en la literatura.
El texto estaba destinado a cerrar una obra de Anne Tillery Renshaw titulada Well Bred Speech (El arte de hablar con elegancia o El arte de la conversación), que Lovecraft debía redactar a partir de las notas de la señora Renshaw, para que sirviera de libro de texto en la escuela de oratoria que esta dama dirigía en Washington. Lovecraft —escribe L. Sprague de Camp[10]— «no tardó en descubrir que debería desengañar a la autora respecto a algunas ideas obsoletas, como la del origen divino de las lenguas o la de que el inglés deriva del hebreo». Finalmente, la señora Renshaw descartó el capítulo de Lovecraft y le abonó cien dólares por el resto del trabajo. Como señala Joshi, no hay constancia de que Lovecraft leyera realmente todas las obras que cita.
«Ejemplario de argumentos fantásticos» («Weird Story Plots»). Apareció póstumamente en Collected Essays, Volume 2: Literary Criticism, pp. 153-169 (Hippocampus Press, 2005), de donde ha sido tomado. Este documento de trabajo privado, con el que cerramos la antología, es una recopilación miscelánea de recursos literarios, probadamente eficaces, para provocar el desasosiego y el escalofrío en el lector. Tiene su origen en 1933, cuando —escribe Juan Antonio Molina Foix[11]— «Lovecraft comenzó a tomar notas en un calendario de bolsillo sobre sus relecturas de clásicos de ficción fantástica. Al principio se trataba de breves resúmenes de argumentos de obras, principalmente de Poe, Blackwood, Machen y M. R. James. De esos resúmenes recopiló una lista de temas fundamentales utilizados de manera eficaz en ese tipo de ficción, y otras ideas básicas para su posible utilización en nuevos relatos».
Además de los clásicos mencionados por el señor Molina Foix, Lovecraft incluye cuatro relatos de la antología de Dashiell Hammett Creeps by Night: Chills and Thrills[12] (1931), en la que él mismo se codea, entre otros, con William Faulkner y André Maurois.
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El autor de la ilustración de portada merece mención aparte. Nacido en Potsdam (Alemania) en 1834, el naturalista Ernst Haeckel fue en su tiempo uno de los más firmes defensores del evolucionismo y el darwinismo. En 1866 publicó uno de los más insólitos tratados de la historia de la biología: Morfología general de los organismos, donde intentó una completa sistematización de los seres vivos basada en clases de simetría. Sus principales obras son: Monografía de los Radiolarios (1862), Historia Natural de la Creación (1868), y la que fuera una de las «principales influencias filosóficas» de Lovecraft: Enigmas del universo (1899). Haeckel falleció en Jena en 1919.
Óscar Mariscal