GABRIEL MIRÓ FERRER (Alicante, 1879 - Madrid, 1930). Nació en Alicante el 28 de julio de 1879. Su padre, Juan Miró, era ingeniero de Obras Públicas. Estudió como alumno interno de los jesuitas del Colegio de Santo Domingo en Orihuela. Enfermó de reuma en la rodilla izquierda, y pasó largo tiempo en la enfermería del colegio. Fue trasladado al Instituto de Alicante, y la familia se marchó posteriormente a Ciudad Real, donde se graduó como bachiller. Estudió Derecho en la Universidad de Valencia pero se licenció en la Universidad de Granada en 1900. Ocupó cargos modestos en el Ayuntamiento de Alicante y en su Diputación provincial.
En 1901 casó con Clemencia Maignon, hija del Cónsul de Francia en Alicante, de cuyo matrimonio nacieron sus hijas Olympia y Clemencia. Colaboró en numeroso periódicos y revistas españolas y americanas: El Heraldo, Los Lunes de El Imparcial, ABC y El Sol de Madrid, y Caras y Caretas y La Nación de Buenos Aires.
Desde 1914 anduvo empleado en la Diputación de Barcelona, donde se trasladó a vivir. En la capital catalana trabajó para la editorial Vecchi & Ramos, en la Enciclopedia sagrada y colaboró en la prensa barcelonesa: Diario de Barcelona, La Vanguardia y La Publicidad. En 1920 fue nombrado funcionario del Ministerio de Instrucción Pública en Madrid y allí permaneció los últimos diez años de su vida.
Gabriel Miró fue calificado por Jorge Guillén como «escritor único en su país y en su época» y por Dámaso Alonso como «el más intenso y expresivo artista del lenguaje», ya que fue uno de los escritores más originales y renovadores del panorama literario español del siglo XX. La obra de Gabriel Miró es el fruto de una exigente labor de indagación del lenguaje, la búsqueda de la palabra que ilumina de manera nueva cada objeto de nuestra cotidiana existencia.