CAPÍTULO 1 ¿QUE TIPO DE INVERSOR ERES?

«La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes¨

P. Drucker

 

«Si queréis ser ricos no aprendáis solamente a saber cómo se gana, sino también como se invierte¨

Benjamin Franklin

 

 

Llegado a este punto del manual es muy importante conocer qué tipo de inversor eres o te gustaría llegar a ser.

Podríamos realizar muchas clasificaciones pero yo deseo mostraros mi personal categorización en función de sus características personales y del riesgo que asumen o pretenden asumir. A mi modo de entender la clasificación que más se ajusta a esta funcionalidad es: Inversor conservador absoluto, Inversor moderado e Inversor agresivo.

 

 

INVERSOR CONSERVADOR ABSOLUTO

Un inversor que sea conservador absoluto, no debe bajo ningún concepto entrar en bolsa, ya que en la bolsa se trabaja con renta variable y con ella siempre se correrá riesgos.

 

ESTE INVERSOR COMPRA BIENES INMUEBLES Y
MANTIENE DEPÓSITOS BANCARIOS A LARGO PLAZO

 

El inversor conservador absoluto debe trabajar con deuda pública que es el capital que se le presta al Estado y Administraciones Públicas (CC.AA., Ayuntamiento, Diputación) para financiar sus gastos e inversiones. En estos momentos la deuda pública es bastante menos segura que en épocas anteriores debido a la alta posibilidad de quiebra de los Estados.

Mediante Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones del Tesoro, cuentas remuneradas o depósitos bancarios, la deuda pública española se puede adquirir desde 1.000 euros, por lo que es una inversión asumible.

La clasificación de la deuda pública española ha bajado en los últimos tiempos. Agencias como Moody´s o Standard and Poors son empresas especializadas de ratings .El rating es la calificación de la solvencia de un país o de una compañía para pagar las obligaciones contraídas. Posibilidad de que esa entidad pague en los plazos previstos. Valoración de la desprotección ante factores externos adversos. Las clasificaciones de estas agencias se hacen en base a letras. Standard and Poors por ejemplo, realiza sus calificaciones usando letras que van desde AAA (mayor rating) a D (menor rating), pasando por AA+, AA, AA-, A+, A, A-, BBB+… y así sucesivamente.

Cuando estas agencias bajan el rating de la deuda de un estado significa que ese Estado pagará más intereses, para así poder atraer a inversores suficientemente motivados a la hora de arriesgar su capital. En este caso, cuando el Estado paga mayores intereses a los inversores su capital bajará y en consecuencia podrá ofrecer menos servicios a sus ciudadanos.

A continuación analizamos cada uno de los productos en los que un inversor conservador absoluto puede arriesgar su dinero.

 

Letras del Tesoro. Son valores de renta fija a corto plazo. Las Letras se emiten mediante subasta. El importe mínimo de cada petición es de 1.000 euros, y las peticiones por importe superior han de ser múltiplos de 1.000 euros.

Su precio de adquisición mínimo es 1.000 euros y al reembolso se cobra al interés generado por la Letra del Tesoro.

Actualmente el Tesoro emite Letras del Tesoro atendiendo a los siguientes plazos:

Letras del Tesoro a 3,6, 12 y 18 meses.

 

Los Bonos, cuando el Estado debe abonar una deuda y no cuenta con el dinero para hacerlo, pide dinero prestado, para lo cual emite un título público denominado bono por la cantidad de dinero que necesita y lo respalda con algún activo que posea, pueden ser por ejemplo las reservas en oro del país.

El Estado paga un interés por el mismo. Cuándo vence el bono se recupera el dinero. Hay bonos a un año, dos, tres años y 10 años.

 

Las Obligaciones: los Bonos del Estado y Obligaciones del Estado tienen las mismas características salvo el plazo, que en el caso de los Bonos oscila entre 2 y 5 años, mientras que en las Obligaciones es a 10, 15 y 30 años.

 

Cuentas con alto interés, generalmente de 2 a 6 meses. No son inversión en sí misma, sino más bien un compás de espera mientras uno decide donde colocar el dinero. La ventaja que poseen es su liquidez y que el dinero lo tenemos siempre disponible.

 

Depósitos bancarios. El depósito bancario es un producto financiero que tienen la consideración de ahorro con poco riesgo mediante el cual una persona, una institución, una empresa depositan capital en el sistema de un banco para obtener una rentabilidad por un plazo de tiempo determinado.

Así, el banco recibe ese capital y lo redirige a quien corresponda. La entidad bancaria usa tu capital para financiar hipotecas, tarjetas de crédito y dar préstamos personales entre otras cosas.

En los depósitos, el titular tiene el dinero durante un tiempo previamente establecido. No caben las domiciliaciones de recibos. Es una inversión a plazo cuyo peor problema es la penalización en caso de retirada del dinero.

Si eres inversor conservador (no absoluto), puedes permitirte comprar acciones y despreocuparte de ellas, y si en algún momento ganas con esta operación entonces puedes vender. Mi consejo de cualquier forma es que no entres en esa dinámica pues con ese carácter conservador difícilmente vas a cambiar tu cartera.

Este carácter permite comprar por ejemplo activos inmobiliarios, como puede ser una casa que te permitirá alquilarla y esperar a que suban los precios para posteriormente vender y ganar así una plusvalía.

Es una forma fácil de saber cuál será el rendimiento final sin tener que estar pendiente de la economía.

Pero difícilmente en los tiempos que corren conseguiremos una plusvalía superior al 4 % o al 5%, a la que además habrá que restarle los impuestos correspondientes en proporción al capital invertido.

Y por supuesto tenemos que luchar contra la inflación, nuestro mayor enemigo si somos ahorradores.

 

La inflación, es el incremento generalizado de los precios de bienes y servicios con relación a la moneda de un país y que se sostiene durante un período de tiempo determinado, que implica disminución del valor del dinero, merma de nuestra economía y por parte del país pérdida de competitividad en relación a otros países.

Por ello como inversores debemos buscar que nuestra rentabilidad esté por encima de la inflación y ello es difícil de conseguir actualmente siendo un inversor conservador o un conservador absoluto. Difícilmente volveremos a conseguir rentabilidades al 12% en renta fija como ocurría en épocas anteriores.

 

 

INVERSOR MODERADO

El inversor moderado asume más riesgo. Puede dedicar parte de su capital a trabajar en un mercado más amplio. Se caracteriza por ser bastante equilibrado, destinando tal vez el 50% del capital a la inversión en renta fija y el otro 50% a la inversión en renta variable.

Este inversor comprará acciones, pero las seguirá y analizará mediante los gráficos y no las aguantará eternamente. Si se equivoca tendrá capacidad para salirse incluso cuando observa que las pérdidas se acercan al 3% o al 5% e intentando subsanar el error entrando tal vez desde una posición más baja y a un precio más ventajoso. De esta forma puede esperar a una subida posterior, recuperando así la primera pérdida.

 

 

INVERSOR AGRESIVO

Operará en productos donde exista apalancamiento, es decir sobre aquellos que invirtiendo poco capital las ganancias se puedan multiplicar por 5, por 10, por 20, y conociendo que esa misma proporción es aplicable a las perdidas.

Los productos financieros con los que trabaja son de alto riesgo y los analizaremos más adelante.

El inversor agresivo se ha formado en bolsa asistiendo a cursos y seminarios, leyendo, siguiendo la actualidad económica e influenciándose por esta de forma moderada.

Su sistema está basado en el trabajo diario, en el análisis constante de gráficos y la simulación le ha proporcionado el conocimiento para prever el movimiento del mercado y su volatilidad.

Este último aspecto es muy importante conocerlo exhaustivamente ya que si no existe volatilidad el mercado no se mueve y por tanto no podríamos tradear ni ganar dinero.

La volatilidad se materializa en los movimientos bruscos que se producen en el mercado de valores, en las desviaciones que se originan en el valor que estemos usando. Explicada de una forma sencilla seria la velocidad con la que se mueve el precio. Por tanto el valor será más o menos peligroso en cuanto a riesgo se refiere dependiendo de esos movimientos bruscos. Igualmente hemos de tener en cuenta que no son iguales los cambios en el precio del café que en el del petróleo. Es mucho más arriesgada la inversión en el segundo que en el primero ya que el petróleo es un producto que entraría dentro de la categoría de primera necesidad.

Por último decir que un inversor agresivo puede dejar sus inversiones en manos de un bróker o entidad financiera pero lo normal es que haga trading, es decir entrará en el mercado realizará su operativa y se saldrá, asumiendo sus beneficios o sus pérdidas. Si es day trader, cerrará sus operaciones en el día para irse tranquilo a la cama. Y si es day trader y hace scalping, que es mi caso, entramos en productos de alto riesgo y a veces nuestra operativa puede durar 1 minuto, 5 minutos , 10 minutos, pero no mucho más de eso. Entramos y salimos del mercado muchas veces a lo largo de las dos horas que tenemos como jornada de trabajo.

En resumen, ser un tipo de inversor u otro va a depender en gran medida de nuestro tipo de perfil, del plazo de la inversión, del riesgo que estamos dispuestos a asumir, de nuestra situación financiera (a mayor liquidez mayor riesgo) y de la cultura financiera que poseamos.

 

PUNTO INFORMATIVO

93422.png¿Sabías que en el entorno de los mercados bursátiles existen unas pautas estacionales? Es decir, que existe un alto porcentaje de probabilidades de que se repitan los mismos patrones de comportamiento de una época del año en las mismas de los sucesivos. Por ejemplo enero, febrero, abril, junio, agosto, noviembre y diciembre son meses alcistas (Siendo enero y diciembre principalmente los más alcistas). El resto de los meses son bajistas.

Basar el análisis técnico en estas pautas no es del todo recomendable pero si pueden ayudar en la toma de decisiones en un momento puntual.