Fernanda Romeu Alfaro, Doctora en Historia por la Universidad de Valencia, discípula de Vicens Vives por medio del Profesor Joan Reglá, muestra en este trabajo y en sus anteriores publicaciones, «Las clases trabajadoras en España, 1898-1931» (1970) y «La Agrupación guerrillera de Levante» (1987) una preocupación primordial: el papel social y el protagonismo de la mujer, tantas veces olvidado o injustamente valorado, en la sociedad y en el devenir de la Historia.
Este «libro nace de la escasa información relativa a la participación de las mujeres en la lucha clandestina» (contra la Dictadura), «cuyo protagonismo es tan importante y esencial para el triunfo de la Democracia».
Partiendo de esta idea y fiel a un método de investigación bien aprendido y asimilado, sus libros son siempre un ejemplo de rigor implacable en sus modos investigativos y en la estructuración y exposición de resultados. Dentro de ese rigor metodológico y expositivo, al fin y al cabo formales, Fernanda Romeu, aún sabiendo que la objetividad es casi imposible, procura que su pensamiento y su particular cosmovisión humanista, social y política, no se confunda con el Discurso de las protagonistas de sus libros.
Al documento escrito, libros, periódicos, revistas y boletines, seguidos y perseguidos no sin dificultades en bibliotecas, hemerotecas y archivos, une el trabajo de campo, el testimonio oral pacientemente recogido, —el historiador debe «saber leer» pero también debe aprender a escuchar siempre que pueda— durante dos años, concretado en 116 entrevistas, algunas de ellas recogidas en un «video» patético en algunos casos, de mujeres vencidas o de hijas de vencidos, de las que apunta la biografía, la lucha política, la lucha cotidiana, en el hogar y en la calle, y el protagonismo central de esas mujeres que empezaron queriendo modificar la Dictadura franquista y al final comprobaron, las que sobrevivieron, que la lucha había modificado esencialmente sus vidas.
«El papel protagonista de la mujer es clave para un sinfín de logros en el largo camino de la Dictadura y al mismo tiempo en el proceso emancipador de la mujer como persona».
Mujeres aisladas recogiendo los cadáveres en los cementerios, mujeres unidas por la militancia política, por las agrupaciones católicas o sindicales que pasaron de la clandestinidad a la ilegalidad en un Régimen que no perdonaba nunca a los vencidos ni a los disidentes.
Esos inicios heroicos y espontáneos de las mujeres antifascistas, recogida de muertos, interrogatorios «físicos», fusilamientos implacables, producen, pese a la «frialdad» científica de Fernanda Romeu, que no hace literatura sino historia, una sensación de horror que se mitiga y llena de esperanza desde los terribles años de la inmediata postguerra (1939-1952), pasando por los de las movilizaciones (1952-1960) y los movimientos organizados (1960-1970), hasta llegar a los años de las reivindicaciones específicas (1970-1975). Del horror se pasa a la esperanza y de esta a la catarsis que nos hace exclamar: ¡Nunca más!
Esta es otra dimensión histórica que se desprende de la indagación de Fernanda Romeu Alfaro.
José Luis Aguirre
Universitat Jaume I. Castellón.