Interludio
Soliloquio de dos
—¿Puedes hacer algo? —preguntó Dalt al socio.
—Ya lo he intentado… muchas veces. Y he fracasado.
—No lo sabía. ¿Por qué no me lo dijiste?
—Sé lo que significa esta chica para ti. He hecho todos los intentos por mi cuenta. Ayer fue el último. Cuando entraste en su cuerpo, me introduje en su mente. Pensé que era el momento de mayor vulnerabilidad.
—¿Y?
—Las células no responden. Soy absolutamente incapaz de ejercer influencia sobre los componentes de otro cuerpo. Simplemente no responden.
—¡Oh! —Una larga pausa, luego un suspiro—, Todo pasa, ¿no?
—Excepto nosotros…
—Sí, excepto nosotros.
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Año 271
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El advenimiento de El Curandero coincidió con un periodo de tumultos políticos en el seno de la Federación. El movimiento restructurista ejercía cada vez mayor influencia y exigía una intervención más activa de la Federación en los asuntos planetarios e interplanetarios. Esta actitud contradecía directamente la orientación más permisiva de la Carta Constitucional de la organización.
La desaparición de El Curandero de los asuntos humanos ocurrió en el momento en que la fricción política alcanzaba su punto culminante. Ciertos estudiantes afirmaban que había sido asesinado en una nave que lo trasladaba fuera de Tarvodet, y existen algunas evidencias que sustentan esta teoría.
Sus seguidores más fantásticos, sin embargo, insisten en que él es inmortal y que está siendo manipulado por las fuerzas políticas. Obviamente, la primera premisa es ridícula, pero la otra podría muy bien tener ciertos visos de verdad.
(Extractado de El Curandero: hombre y mito, de Emmerz Fent)
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