AGRADECIMIENTOS

A Gerald Brenan, que me contó los sorprendentes efectos de la mirada de Teresa de Cepeda a Jerónimo Gracián, y a Ronald Cueto, que me ayudó a seguirlos. A los dos protagonistas de la novela —Teresa y Jerónimo—, cuyos extraordinarios textos autobiográficos han hecho posible el relato. Y a los que me iluminaron de alguna forma el camino por medio de sus escritos: fray Luis de León y fray Luis de Granada. Anselmo Donazar, Efrén de la Madre de Dios y Otger Steggink. Antonio María Fortes, Ildefonso Moriones e Isabel Morujão. Silverio de Santa Teresa, Luis Rosales y Alberto Pacho. Pablo María Garrido, Juan Luis Astigarraga y Tomás Álvarez. María Pilar Manero, Juan Eslava Galán y Carlos Ros. Rosa Rossi, Víctor García de la Concha y Olvido García Valdés.