MUERTA
El diario terminaba cinco semanas antes de Año Nuevo. En la parte de atrás había sujeta una hoja. Karyn anotó unos títulos de libros. Eran textos de psicoanálisis.
Al lado:
Una lista de todos los hombres con los que se había acostado.
3
Karyn Dos
La enterraron en un cementerio judío. La honraron con detalles de buen tono.
Dos teatros Karyn Kupcinet. Una galería de arte Karyn Kupcinet. Una beca Karyn Kupcinet.
Kup y Essee mantuvieron vivo su nombre. Nadie sabe cómo definieron su muerte y su carrera hacia la autodestrucción. Nadie sabe cuántos «y si...» o cuántos
«podría» se pronunciaron en los cócteles.
Karyn murió momentos después de una
instantánea. La cámara la toma de cerca. La chica es todo pasión y desorden. Una ampliación conlleva una implicación: Ahora podía ir a cualquier parte. Quizá fuese verdad. Quizá fuese un capricho engañoso. Dejaba una lista de libros y una lista de hombres como última voluntad y testamento. Quizá
marcase un paso hacia el autoconocimiento. Quizá fuese una tirita para cubrir la herida hasta que su amante de mierda llamara. La chica tenía un corazón ardiente y ninguna voluntad de hacer juicios morales. Su componente compulsivo era común a las mujeres jóvenes. Llevaba su propia clase de peste, que aún no había sido identificada. El tiempo impactó en ella. Su psiquiatra contribuyó a su estado mental y sacó
provecho del talonario de Kup. La chica no captaba bien el estereotipo sexual. No sabía que las mujeres se la metían por las bragas, sistemáticamente. No sabía que el precepto podía encender una voluntad de cambiar. Tenía entendimiento suficiente para captar el concepto. Quizás encontró arrestos para seguir adelante y quemó
su antigua vida hasta los cimientos. No era más que una cría. No sabía un carajo de nada. Trabajó bajo un velo. Creía que el mundo del espectáculo era real. Era la bendición y la maldición de la familia Kupcinet. Había empezado con Kup. Y él la había trasmitido a Karyn y a Jerry.
Jerry cumplió los diecinueve el mes en que murió
Karyn. Le encantaban las artes visuales. Quería forjar una vida Kupcinet al otro lado de la cámara. Fue a la Universidad Bradley y a la Columbia de Chicago.Estudió fotografía. Se graduó e hizo fotos para Playboy. Hi zo tomas para la presentación de Hair en los escenarios de Chicago.
Se convirtió en cámara y director de televisión. Dirigió partes de A.M. Chicago y de Good Morning, America. Se casó con una mujer llamada Suc Levine. Tuvieron un hijo y una hija.
Jerry encontró trabajo en el programa de Richard Simmons. Se trasladó con su familia a L.A. Corría el año 1981. Su hija tenía nueve años. Se llamaba Karyn Ann Kupcinet.
Essee lo llamaba reencarnación. Kup casi estaba de acuerdo. La bendición y la maldición alcanzaron una tercera generación.
Karyn Dos no se parecía a Karyn. Todo estaba dentro. Las Karyn burbujeaban y se agitaban. Vivían para agradar y vivían para actuar. Essee empujó a Karyn Dos por el mismo camino que había empujado a Karyn. La empujó a actuar y a mantenerse delgada.
Karyn Dos asistió a la escuela Parker en Chicago. Siempre iba por la galería de arte Karyn Kupcinet. Fingía que el lugar llevaba ese nombre por ella. Sabía que su tía Karyn había muerto joven. Sabía que alguien la había matado. Nadie le dio más detalles. Ella no mostraba ningún interés en saber más. Jerry trasladó a su familia a L.A. Karyn Dos creció
en el antiguo territorio de Karyn.
Ganó peso y perdió peso. La comida era un castigo. La comida era una recompensa.
Participó en audiciones infantiles. Tuvo algunos papeles en televisión y en el escenario. Hizo de Helen Keller en La obradora de milagros. Entonces cursaba primer año en el instituto. Llevaba un diario. Escribió
una obra llamada La muñeca de porcelana. Trataba de una chica obsesionada con su peso. Escribe sus pensamientos en un diario. Muere joven. Su mejor amiga encuentra el diario y lo lee.
Karyn Dos actuó. Karyn Dos ganó y perdió peso. Karyn Dos tenía un buen novio.
El novio iba a la biblioteca de la Academia de Cine. Allí tenían archivos sobre actores profesionales. Pidió
ver el expediente de Karyn Dos. El encargado le entregó
el de Karyn.
El expediente lo dejó de piedra. Lo hojeó y llamó a Karyn Dos. Ella acudió a la biblioteca y leyó el expediente de cabo a rabo.
Tomó notas de la mayor parte de los datos. Los estudió. Voló a Chicago y buscó entre las pertenencias de Karyn. Kup y Essee guardaban doce cajas. Karyn Dos revolvió en ellas. Leyó los diarios de Karyn. Leyó historias de revistas de fans sobre Andy Prine. Empezó a escribir notas a su tía en su diario. Captó plenamente el asunto de las mellizas
psíquicas. Captó la desagradable creencia en las apariencias que abatió a Karyn y la volvió directamente contra sí misma. Se vio a sí misma como Karyn renacida. Aquello le produjo una tremenda obsesión. Releyó los diarios de Karyn. Repitió los «y si...» y los
«podría...» como redobles. Soñó con Andy Prine. Ella lo quiere. Confía en él. Él la ama. No actúa como un cabrón ni como un asesino.
Esos sueños la volvieron loca. Tal vez fuese Karyn quien se los enviaba. Tal vez lo hacía para absolver a Andy. Tal vez se alegraba de que él la hubiese matado. Su vida era horrible. Tal vez la muerte fuese un regalo. Karyn Dos terminó el instituto. Fue a la UCLA. Se presentó a audiciones. Consiguió trabajos publicitarios y papeles secundarios en culebrones. El que la rechazasen la mataba. Se sintió como la Karyn de 1962. Su OBSESIÓN la devoró viva.
Escribió a una mujer muerta. Releyó sus últimas palabras y acaparó los detalles de su vida. Conservó el bolso de Karyn. Tuvo entre sus manos su monedero y sus cigarrillos, completamente secos.
Había nacido en 1971. Nunca conoció a su tía. Sabía que llevaba en las venas su sangre loca.
Cumplió los veinte. Consiguió un papel estable en The Young and the Restless. Hacía de chiflada embarazada. Llevaba el pelo desmochado y vestía vaqueros raídos. Se pasaba el día llorando, por exigencias del guión. Filmaban el programa en Beverly y en Fairfax. Los apartamentos Monterey Village quedaban a un par de kilómetros al noroeste. La ex mujer de Andy Prine participaba en el programa. A Karyn Dos le encantaba el trabajo. Le encantaba la vorágine que lo acompañaba.
Fiestas y clubes. Acceso a gente interesante. Tipos complacientes y sicofantes. Se introdujo en el ambiente en una ciudad de gente introducida en el ambiente. Limusinas y drogas. Hombres débiles y sexys. El mundo de Kup, puesto al día y revisado para un mercado juvenil.
Cayó de lleno en él. Incluía su diálogo con una mujer muerta y diluía su sangre loca.
El ritmo mantuvo a raya su peso. La cocaína contribuyó. Los alucinógenos redujeron su monomanía. Trató con hombres blandos y obsesionados consigo mismos. «Actores.» «Músicos.» Tíos buenos, de aspecto y «potencial» espectaculares. Sus romances se consumieron en patrones similares. Los tíos buenos se dejaban relevar enseguida. Karyn Dos poseía buenas antenas. Se licenció en Karyn Uno y se graduó en Andy Prine y David Lange. Empezó a juntarlo todo. Pergeñó
una tesis generacional. Se remontó a 1963 y conectó la línea de puntos.
Fue encajándolo lentamente. La escena de L.A. la tentaba y la divertía. Lo encajó todo mientras se lo pasaba bien.
Sangre loca compartida. Dotes encerradas dentro de sí. P.J.’s y el Crescendo. El Rainbow y el Roxy. Desoxyn y alucinógenos. Hombres débiles y cuerpos magros para obligarlos a quererte. Aspirantes a actor y actores. La psique de los actores, definida por alguien que los conocía: «Mi único pesar en la vida es no ser otro.»
Juntó los hechos lentamente. Tipos como Andy Prine la distraían. Lo encajó todo mientras se lo pasaba bien. Estableció las conexiones y selló y cortó el vínculo, todo de una vez. Avanzó.
4
Reapertura
Ahora Karyn Dos se hacía llamar Kari. Llevaba cuatro años fuera de L.A.
Se casó con un chico sensato llamado Brad. Kari tenía una cerería en Chicago. Abandonó sus malas costumbres de L.A. Superó su trastorno con la comida y mantuvo un peso estable y una figura esbelta. Karyn la salvó. Aún estaba poseída por la obsesión. Voló a L.A. para ver el expediente del asesinato. Pasó una semana en el Departamento de
Homicidios. Repasó el expediente. El sargento Bill Stoner lo estudió con ella. Stoner se jubiló en 1994. Había pasado catorce años en Homicidios del Sheriff. Seguía en la reserva activa.
Kari quería retomar el caso ella misma. El
expediente le proporcionó perspectivas y datos de los actores principales. Quería buscarlos e interrogarlos. Quedé con Bill y Kari para cenar. Ocupamos un reservado en el Pacific Dining Car. Hablamos del caso durante tres horas.
El consenso en Homicidios del Sheriff: Andy Prine y David Lange seguían siendo los principales sospechosos... en el caso de que se tratara de un asesinato.
Probablemente Karyn tomó cuarenta y una tabletas de Desoxyn en cuarenta y ocho horas. Quizás había desarrollado tolerancia. La dosis conjunta quizá no la había afectado. O quizá le había causado mareos y palpitaciones.
Hathaway y Rubin corrigieron sus declaraciones tres años después del hecho. Rubin se sacó —nadie sabía de dónde— detalles minuciosos. Hathaway cambió por completo el tono de su primera declaración. El doctor Kade ya había muerto. Había hecho una autopsia poco después de la del caso Kupcinet. Presuntamente, le había comentado a un colega: «¡Por lo menos, a éste no le he roto el hioides!»
Kade tenía reputación de excéntrico. Unos policías lo interrogaron en el 1966 acerca de aquel hioides. Se mantuvo en su declaración original.
Envió su informe inicial el 1/12/63. Señalaba una hemorragia en el interior de la garganta. Encajaba con el presunto hallazgo del hioides roto.
Deslices forenses. Declaraciones inconsistentes. Descomposición avanzada y toxicología incompleta. Testimonios confusos en un entorno confuso. Resultado: posibilidades exponenciales.
El rompecabezas de Kari por solucionar. Su mundo por explorar.
Yuxtapuse a Karyn y a Kari. Fusioné sus rasgos y encuadré un primer plano detallado. Le puse título mientras la imagen se mantenía.
Karyn poseía un gen para la supervivencia. No había tenido la oportunidad de superar sus estúpidos sueños. Diciembre de 1998