CAPÍTULO DIECIOCHO

DESPUÉS DE LOS JUEGOS, ¿QUÉ?

La sombría imagen presentada en las Partes I y II de este libro, en la cual la vida humana es en su mayoría un proceso para llenar el tiempo hasta la llegada de la muerte o de Santa Claus, con poca o ninguna selección en cuanto a los negocios que va uno a tramitar durante la larga espera, es la respuesta común pero no la final. Para ciertas personas afortunadas hay algo que trasciende todas las clasificaciones de comportamiento, y esto es la conciencia de las cosas; algo que se eleva por encima de la programación del pasado, que es la espontaneidad; y algo que es mayor recompensa que los juegos, que es la intimidad. Pero las tres pueden dar miedo y hasta pueden ser peligrosas para el no preparado. Tal vez los individuos estén mejor como están, buscando sus soluciones en técnicas populares de acción social, tales como no estar solos. Esto puede significar que no hay esperanza para la raza humana, no obstante, sí la hay para los miembros individuales de ella.