Introducción
Con un cambio rápido en las formas de vida, costumbres, en las cargas de trabajo, una vida de ritmo rápido o incluso comportamientos personales, este desorden médico parece ser un problema médico de magnitud significativa y seria preocupación. La condición es mucho más prevalente en las naciones en desarrollo y desarrolladas. En Estados Unidos, 67 millones de personas sufren de este trastorno, que afecta a uno de cada tres adultos, y sólo alrededor del 47% de estas personas tienen la enfermedad bajo control. Otros problemas médicos que son igual de precarios también se atribuyen a la condición. Alrededor de 7 de cada 10 personas que tienen su primer ataque al corazón se ven afectadas por este desorden médico. Además, el mismo permanece válido para los accidentes cerebrovasculares. Alrededor de 8 de cada 10 personas que sufren los efectos nocivos de su primer accidente cerebrovascular sufren de esta enfermedad. Asimismo ocurre en la mayoría de los casos relacionados con enfermedades renales, y si la persona está experimentando enfermedades renales, las probabilidades de contraer este desorden médico son más altas. Este desorden médico no es otro que la hipertensión también conocida como presión arterial alta.