Metamorfosis
Prólogo.
Ya se lo decía su madre, no podía dejarse guiar por el corazón, pero como siempre no le hizo caso. El día que apareció en aquella empresa como becaria, se quedó prendada del hombre más encantador del mundo, Jesús. Un cariñoso, atento, servicial y guapísimo socio de aquella enorme sociedad. Desde aquel día, buscó mil maneras de poder trabajar allí y así hallar alguna posibilidad de contacto con el protagonista de todos sus sueños románticos. Dicen que quien la sigue la consigue, y el refrán tenía razón. Un anuncio en prensa indicaba que la empresa ofrecía un empleo para la sección de correspondencia. A pesar de su gran nivel académico, aceptó el trabajo cuando fue seleccionada. Lo había conseguido, estaba dentro y podía contemplar a diario el hombre que amaba. Sin embargo, con el paso del tiempo, la ilusión de llegar a conseguir a aquel enigmático ser, se fue desvaneciendo. Jesús era inalcanzable y por mucho que quisiera llamar su atención, para él siempre sería la chica del correo. Así que sacando fuerzas de su interior, decidió abandonar toda aquella pantomima de mundo de princesas que se había creado y comenzó a enviar currículos a otras empresas en las cuales el cargo que se ofrecía estaba más acorde con los estudios que había realizado. Era el momento de cambiar el rumbo de su vida…