LIBRO CUARTO
SINOPSIS
Comparación de la estructura de la república romana con las de otras ciudades: la Esparta de Licurgo, la ideal de Platón. Reflejo de la política en la escena y en la oratoria.
(LACTANCIO [Ap. XIII 12]; NONIO [ibid. XV 58].) [1,1]
* Porque, si no hay quien no prefiera morirse que convertirse en una forma de aspecto animal, aunque sea conservando la inteligencia humana; ¡cuánta mayor desgracia es un alma animalizada aunque sea con figura de hombre! Al menos a mí, me parece que es así por cuanto el alma es superior al cuerpo (LACTANCIO [ibid. XIII 3]).
(NONIO [ibid. XV 22, 41 y 16].)
〈 ESCIPIÓN. —〉 …el favor, y qué convenientemente [2,2] fueron distribuidas las clases sociales 323, por edades, por rango, por pertenecer a los caballeros, entre los que votan también los senadores, aunque hay ahora mucha gente que neciamente desea alterar este orden y pretende una nueva concesión del derecho de caballero mediante algún plebiscito 324.
[3,3] Considerad ahora qué prudentemente está dispuesto lo demás en favor de la comunidad de vida feliz y honrada de los ciudadanos, pues ésta es la causa principal de la sociedad y lo que la república debe procurar a los hombres, en parte con la educación, y en parte con leyes; en primer lugar, la instrucción de los niños que fueran libres, por la que los griegos se afanaron mucho y sin resultado —y nuestro huésped Polibio acusa de negligencia sólo en esto a nuestra forma de enseñanza—, pretendiendo que no fuese reglamentada y establecida legalmente, ni de carácter público, ni igual para todos, pues…
* …solían dar unos guardianes a los que iban al ejército, que los guiaban en el primer año (de servicio) (SERVIO [Ap. XXI 1]).
(NONIO [ibid. XV 2]; SERVIO [ibid. XXI 3].)
[4,4] 〈ESCIP. — 〉 …desnudarse un joven325. Se llega así, en el fondo, a lo que llamaríamos los fundamentos del pudor. ¡Qué absurdo es el ejercicio físico de la juventud en los gimnasios! ¡Qué frívola esa milicia de los efebos! ¡Qué tocamientos y amoríos sin freno ni contención! Paso por alto los de Elea 326 y de Tebas 327, entre los que el erotismo está permitido con absoluta licencia en el amor de los hombres nacidos libres, pero los mismos lacedemonios, al permitir, en los amoríos entre jóvenes, cualquier cosa menos el estupro, separan con un muro excesivamente débil aquello que prohíben, pues permiten que se abracen y se acuesten juntos, con tal de que lo hagan con túnicas interpuestas.
LEL. — Comprendo bien, Escipión, que, al censurar estas formas de educación griegas, prefieras atacar a pueblos famosos en vez de enfrentarte con tu admirado Platón, al que no mencionas para nada, ni siquiera328…
(LACTANCIO [Ap. XIII 10].) [5,5]
* …nuestro admirado Platón, más aún que Licurgo, dispone que todas las cosas sean comunes, y que ningún ciudadano pueda decir que algo es de su propiedad o que le pertenece (NONIO [ibid. XV 42]).
(NONIO [ibid. XV 34].)
* …la sentencia del censor no reporta al por ella condenado [6,6] más que vergüenza; así, pues, como todo ese juicio versa sólo sobre el buen nombre, la sanción del nombre se llama «ignominia» 329 (NONIO [ibid. XV 4]).
(NONIO [ibid. 47 y 33].)
* …No se nombre un inspector de las mujeres, como suele hacerse en Grecia, sino que sea el censor quien enseñe a los maridos a gobernar a las mujeres 330 (NONIO [ibid. XV 57]).
(NONIO [ibid. XV 6]; CICERÓN [ibid. VIII 6]; Nomo [ibid. XV 5 y 18]; ANÓN. [ibid. III 1]; S. AGUSTÍN [ibid. I 14].)
[7,7] * …«si discuten» dice, pues la discusión es una controversia [7,8] de amigos y no un litigio de enemigos… y la ley supone, por lo tanto, que discuten los vecinos entre sí y no litigan 331 (NONIO [ibid. XV 50]).
(RUFINO [ibid. XIX]; NONIO [ibid. 17,29 y 62]; PRISCIANO [ibid. XVIII 3]; NONIO [ibid. XV 52].)
[9,9] *332 …los cuales 〈poetas〉, cuando consiguen el aplauso clamoroso del pueblo, como si éste fuera un grande y sabio maestro, ¡cuántas tinieblas introducen, cuántos temores causan, con cuántas pasiones inflaman! (S. AGUSTÍN [ibid. I. 3]).
(SÉNECA [ibid. XX 1].)
[10,10] * Pues censuraban como oprobio el oficio de los espectáculos y de toda representación teatral, quisieron (los romanos) que tal tipo de hombres no sólo se vieran privados del honor de los demás ciudadanos, sino que fueran removidos de las tribus mediante la nota censoria 333 (S. AGUSTÍN [ibid. I 1]).
[11] * Jamás las comedias hubieran podido exhibir sus ignominias en los teatros si la moral general no lo hubiese permitido… ¿a quién no afectó o, mejor, no escarneció?, ¿a quién dejó incólume? Es verdad que censuró a demagogos sin honra, como Cleón, Cleofonte e Hipérbolo, sediciosos de la república: pase, aunque mejor sería que a tales ciudadanos los censurase el censor y no un poeta; pero que fuese ultrajado en versos un hombre como Pericles, que había sido el hombre principal de su ciudad durante muchos años, tanto en la guerra como en la paz, y que lo sacaran en la escena, no es más lícito que si nuestro Plauto o Nevio hubieran calumniado a Publio o a Gneo Escipión, o Cecilio a Marco Catón… En cambio, nuestras Doce Tablas, aunque [12] pocos crímenes habían castigado con la pena capital, se la impusieron a los que habían proferido afrentas públicas o compuesto cantos infamantes o injuriosos contra alguien, y muy bien hecho, pues debemos someter nuestra conducta a los juicios de los magistrados y a los procedimientos legales, pero no al ingenio de los poetas, sin tener que escuchar acusaciones a las que no se pueda rebatir legalmente y contestar en juicio… no gustó a los antiguos romanos que en la escena se alabara ni vituperara a nadie vivo 334 (S. AGUSTÍN [ibid. I 1]).
(DONATO [ibid. X].) [11,13]
* El muy elocuente ateniense Esquines 335, a pesar de haber representado tragedias en su juventud, tuvo una actividad política; y los atenienses enviaron varias veces como legado, para tratar importantes negocios de la paz y la guerra con Filipo, al actor trágico Aristodemo 336 (S. AGUSTÍN [ibid. I 2]).
[12,14] (ARÍSTIDES [ibid. IV]; PRISCIANO [ibid. XVIII 4].)
323 Se vuelve al elogio de la organización del comicio centuriado, en el que se reservaba la ventaja de la mayor fortuna.
324 Antes de la revolución gracana los senadores podían pertenecer también al orden ecuestre (equites) a efectos de poder votar los senadores en las centurias de los «caballeros». Sobre un posible plebiscito que había obligado a renunciar a la condición ecuestre cuando se pertenecía al Senado, no tenemos otra información que esta referencia ciceroniana.
325 Se está criticando la forma de educación gimnástico-militar de los efebos, en Grecia, desde los dieciocho a los veinte años.
326 Población de la parte occidental del Peloponeso.
327 Población de Beocia, en la Grecia central.
328 Seguiría en la laguna una crítica de Escipión al «amor platónico» y el sistema educativo expuesto en la República, así como a toda la teoría comunista, como vemos por el siguiente fragmento que cita Lactancio (cit. a cont.)
329 El censor, encargado de hacer el censo, ponía una señal (nota) al lado del nombre del ciudadano censurado por su inmoralidad. La nota censoria tenía carácter moral, pero no dejaba de tener algunas consecuencias desfavorables en la vida del derecho.
330 Se refiere al «ginecónomo» griego, que tenía el encargo de vigilar la moralidad y lujo de las mujeres. Una intervención oficial de este tipo no hubiera sido posible en Roma, donde tal control moral debía corresponder directamente a los padres de las mujeres, y, en su caso, a los maridos, y sólo indirectamente a los censores.
331 La ley de las XII Tablas (7, 5), a la que se atribuye, por esta referencia de Cicerón, la expresión si iurgant para el caso de las controversias de límites de fincas.
332 Cicerón entraba aquí en la crítica de los espectáculos teatrales.
333 El oficio de actor, como el de gladiador, implicaba, por «infamia», una inhabilitación para la representación procesal, la intervención como testigos, el acceso a ciertos cargos públicos, etc. Al perder la pertenencia a una tribu, quedaban privados del voto en el comicio.
334 Cleón, Cleofonte e Hipérbolo son demagogos de Atenas satirizados en distintas comedias de Aristófanes. Pericles (vid. supra, n. 78) fue vejado por varios comediógrafos áticos, especialmente por Cratino. Los comediógrafos romanos, en cambio —como Nevio en el s. III a. C. y después Plauto y Cecilio—, se abstuvieron de este tipo de censura pública de los hombres políticos. Sobre los Escipiones aquí mencionados, vid. supra, n. 7, y sobre Catón, n. 13. La ley de las XII Tablas a que se refiere Cicerón se recoge como el primer número de la tabla VIII.
335 El famoso orador ateniense, antagonista de Demóstenes, por haber tomado partido a favor del rey de Macedonia, se había dedicado al teatro en su juventud (Demóstenes le llamaba «actor de tercera categoría»), pero entró luego en la administración pública de Atenas. Desterrado, al fin, estableció en Rodas una escuela de oratoria; de esa última época se cuenta que, al mostrar sorpresa algunos que le escuchaban la lectura de un discurso suyo que no prevaleció contra Demóstenes, por no comprender cómo había podido perder la causa, les dijo: «No os sorprendería si hubierais escuchado a Demóstenes.» Murió en Samos en 314 a. C., a los setenta y seis años.
336 Aristodemo de Metaponto fue un actor dramático del s. IV a. C., que mereció la ciudadanía ateniense en recompensa a sus actuaciones teatrales. Fue embajador cerca del rey Filipo de Macedonia, después de la conquista de Olinto (348 a. C.), para tratar de la devolución de prisioneros; como tuvo éxito en su gestión, volvió a ser enviado en 346 a. C., con Filócrates, para hacer una paz con el macedonio.