Agradecimientos
A mis abuelos, Pepe y Anuncia, por enseñarme a creer en el hombre de la Sábana.
A Iker, por compartir su vida conmigo. Por los buenos momentos que vivimos en Turín.
A Manuel Delgado, por compartir con nosotros un viaje inolvidable.
A Nacho Ares, por mostrarme la Síndone de Valladolid.
A José Manuel García Bautista y Francisco Contreras, por la documentación que me han facilitado.
A EDAF, por creer desde el primer momento en esta colección.
A todos aquellos que estudian la Síndone y al Centro Español de Sindonología, por la labor que están realizando.