Notas de Napoleón al libro II

1. César, en esta campaña, contaba con ocho legiones, y además de las tropas auxiliares agregadas a cada legión, contaba con un gran número de galos a pie y a caballo y de tropas ligeras, de las Islas Baleares, de Creta y de África, que constituían un ejército muy nutrido. Los 300.000 hombres que los belgas le opusieron estaban compuestos por soldados de diversos pueblos, sin disciplina y sin consistencia. Cap. IV.

2. Han supuesto los comentadores que la ciudad de Fismes o de Laon era la que los belgas habían tratado de atacar por sorpresa antes de dirigirse contra el campamento de César; es un error: se trataba de la ciudad de Bievre y el campamento de César estaba aguas abajo de Pont-a-Vaire. Por su derecha se apoyaba en el recodo del Aisne, entre Pontr-a-Vaire y el pueblecito de Chandarde; por su izquierda en el arroyo de la Mielle, y frente a él se extendían las marismas. El campamento de César en Pont-a-Vaire estaba a una distancia de 8.000 toesas de Bievre, a 14.000 de Reims, a 22.000 de Soisóns, a 16.000 de Laon, lo que concuerda con todas las indicaciones del texto de los Comentarios. Los combates junto al Aisne se desarrollaron a principios de julio. Cap. VI.

3. La batalla del Sambre se dio a fin de julio en los alrededores de Maubeuge. Cap. XXVIII.

4. La posición de Calais está de acuerdo con las indicaciones de los Comentarios. César dice que la contravalación que hizo levantar alrededor de la ciudad era de doce pies de altura, con un foso de dieciocho pies de profundidad; debe de tratarse de un error; hay que leer dieciocho pies de anchura pues dieciocho pies de profundidad supondrían una anchura de seis toesas; el foso estaba construido en forma de palomilla, por lo cual la excavación sería de nueve toesas cúbicas. Es probable que este atrincheramiento tuviese un foso de dieciséis pies de anchura por nueve de profundidad, cubicando 486 pies por toesa corriente; con la tierra extraída había levantado un muro y un parapeto cuyo nivel se elevaba a dieciocho pies sobre el fondo del foso. Cap. XXX.

5. No es tarea fácil hacer observaciones de orden estrictamente militar sobre un texto tan conciso y sobre ejércitos de naturaleza tan distinta. ¿Cómo comparar, en efecto, un ejército de línea romano, reclutado y escogido en toda Italia y en las provincias romanas, con ejércitos bárbaros compuestos de reclutamientos en masa, valientes, feroces, pero que poseían escasísimas nociones de la guerra, que ignoraban el arte de tender un puente, de levantar rápidamente un atrincheramiento, de construir una torre, y que se aterraban en cuanto veían acercarse los arietes a sus murallas? Cap. XXXI.

6. No sin razón se ha reprochado a César, a pesar de todo, el que se dejara sorprender en la batalla del Sambre contando con tanta caballería y tropas ligeras. Es verdad que su caballería y sus tropas ligeras habían pasado el Sambre, pero desde el lugar donde se encontraba advertía que éstos se habían detenido a 150 toesas de él en el linde del bosque; debía, pues, o tener una parte de sus tropas en alerta, o esperar a que sus exploradores hubiesen atravesado el bosque y explorado el terreno. César se justifica con decir que las orillas del Sambre eran tan escarpadas que parecían ponerle al abrigo de sorpresas en el lugar donde quería acampar. Cap. XXXIII.