[1] Axio Paulo, maestro de retórica, docto en griego y en latín, además de literato, fue uno de los más íntimos amigos de Ausonio. Cf. PASTORINO, págs. 46 y sigs. A él dedica Ausonio numerosas cartas y su poema Bissula. De ahí el «Lee también…». Esta epístola inicial y la parte en prosa del final (X) son posteriores a la redacción del poema, como hemos indicado en la Introducción. <<
[2] Sobre el significado de este término y su evolución, hemos hablado en la Introducción. <<
[3] A finales de diciembre se celebraba en honor de Saturno la fiesta de las Saturnales, caracterizada por su gran libertad. En los últimos días de esta fiesta existía la costumbre de regalarse unos a otros pequeñas estatuillas (sigillaria). <<
[4] Literal, «no daría… una bizna (de nuez) ni… una tastana (de granada)», expresiones de ámbito popular como nuestros «no valer (importar, dar…) un bledo, un pepino, un comino, etcétera», en el sentido de «no valer nada» y que se documentan en la comedia latina (que recoge, hasta cierto punto, el habla popular), como atestiguan los autores aquí citados, Afranio y Plauto. <<
[5] Es la única noticia que tenemos de esta actividad del emperador Valentiniano. <<
[6] La expresión braquilógica latina alude, en primer lugar, a Dioniso o Baco, al que los Titanes, según una leyenda, nada más nacer de Zeus, lo despedazaron por orden de la celosa Hera e hirvieron sus pedazos en una caldera, pero fue salvado y reconstruido por su abuela Rea, volviendo a la vida y, en segundo lugar, a Virbio, genio unido al culto de Diana y confundido entre los romanos con Hipólito, que fue resucitado por Asclepio después de haber muerto despedazado por sus corceles. Ausonio quiere decir que con su centón la obra de Virgilio toma de nuevo vida, a pesar de haber sido previamente despedazada por él. <<
[7] Los versos del poema que sirve de base
al centón se cortan por las cesuras, que resultan ser los lugares
más apropiados para este fin. Con objeto de facilitar la
comprensión de la terminología métrica latina, añadimos en el texto
la representación gráfica de las partes del verso que se indican,
cuya forma es: <<
[8] Es decir, «batalla de huesos». Es un puzzle, cuyas características se describen a continuación. También se le conocía como loculus Archemedius («la cajita de Arquímedes»), atribuyéndolo a su invención. Fue conocido también por los árabes. Su reconstrucción, eiemplificada con la figura del elefante de la que habla Ausonio, se puede ver en el apéndice a la ed. de EVELYN WHITE, págs. 395-397. <<
[9] Tipo de gladiador, armado de escudo y espada, pero desprovisto de armadura. Se le solía enfrentar al reciario o al tracio; cf. R. AUGUET, Los juegos romanos, Barcelona, 1970, páginas 82-83. <<
[10] Ausonio juega con un paralelismo de la vida militar, en medio de la que se encontraba cuando compuso este centón. Al soldado que cometía una falta grave se le privaba del sueldo y el dinero volvía al tesoro público. De igual forma, si Ausonio compone con los versos de Virgilio un centón en el que no se guarden las reglas técnicas, el castigo será destruir el centón y que los versos vuelvan a su lugar de origen, es decir, a Virgilio, patrimonio común cultural de los romanos. <<
[11] Los trazos verticales indican la extensión de cada fragmento de Virgilio. En las ediciones al uso se señala la referencia exacta de cada fragmento. <<
[12] Orfeo, el cantor por excelencia de la lira y de la cítara, cuyo invento se le atribuye. <<
[13] Las canciones de boda se cantaban en varios momentos de la ceremonia nupcial: en la sobremesa del banquete, en la conducción de la novia al nuevo hogar (cf. vv. 67 y sigs.) y ante la cámara nupcial de los nuevos esposos (el epitalamio propiamente dicho). <<
[14] Ciudad de Tesalia, famosa por sus tintes y teñidos de color púrpura. <<
[15] La estrella o lucero matutino es el astro que anuncia la Aurora y «trae la luz» (Lucifer) del día. <<
[16] Lucina es la diosa que presidía los partos. <<
[17] De Meonia o Lidia en Asia Menor. <<
[18] Era parte de la ceremonia nupcial romana en la conducción de la esposa a su nuevo hogar. Cf. CATULO, 61, 128 y sigs. <<
[19] Tipo de composición burlesca de origen itálico, asociada a ciertas festividades agrarias y de forma agónica. Se caracterizaba por su contenido satírico y burlesco con total libertad de expresión. Fuera del campo, que le había dado origen, pervivían, transformados, en las canciones de boda y en los triunfos, circunstancias con las que su idiosincrasia se avenía mejor. <<
[20] La primera, por hacer un centón con la noble poesía de Virgilio; la segunda, por hacer con sus versos una temática erótica. <<
[21] JUVENAL, Sát. 2, 3. Manio Curio Dentato, vencedor de los Samnitas y de Pirro, era, como Catón, un personaje representativo de las virtudes romanas antiguas. <<
[22] MARCIAL, I 4, 8. <<
[23] De Plinio el Joven se conservan otras obras, pero no sus poemas. De ellos habla en Epíst. IV 14, 8. En V 3 justifica el carácter «frivolo» de sus poesías haciendo un elenco de los graves hombres que compusieron poemas eróticos. <<
[24] Poetisa de finales del siglo I d. C. Compuso poemas dedicados a su marido Caleno. De ella habla MARCIAL, X 35 y 38. No debe confundirse con la Sulpicia amiga de Tibulo que cantó al estilo de los elegiacos a su amado Cerinto. <<
[25] Entre las numerosas obras de Apuleyo se encuentran dos libros de poesía erótica: Ludicra y Carmina amatoria. De ellos nos han llegado ejemplos en su Apología 9. <<
[26] No conservamos estas cartas, pero DIÓN CASIO (46, 18) critica las relaciones entre Cicerón y esta dama. <<
[27] La temática en El banquete de PLATÓN es el elogio del amor, del amor platónico. <<
[28] Aniano Falisco fue un gramático-poeta, cerebro del movimiento poético de los nouelli en el siglo II d. C. No subsiste la obra aquí mentada, pero su título es buen indicador de su contenido. Cf. n. 19. <<
[29] Levio es uno de los poetas líricos latinos más antiguos que se conocen (siglos II-I a. C.). No se sabe casi nada de él. En sus Erotopegnia o Juegos de amor trata de mitos amorosos, buscando en ellos el aspecto picante. <<
[30] Eveno de Paros, poeta griego del siglo IV a. C., compuso poemas eróticos, de los que sólo quedan fragmentos. <<
[31] La comedia griega, en particular la Nueva —cuyo más eximio representante es Menandro— y la comedia latina tenían un carácter particularmente festivo. Los «líos de faldas» eran, usualmente, los desencadenantes de la trama. <<
[32] Es decir, «la Virgen». Esto lo atestigua también DONATO en Vita Verg. 22. <<
[33] Versos 404 y sigs. <<
[34] Versos 123 y sigs. <<