Nota del autor

Me gustaría poder decir aquello de que todos los hechos y personajes pertenecen a la ficción, pero eso, en esta ocasión, no sería exacto. Algunos de los personajes de esta novela existen o existieron y tengo, o he tenido en algún momento, contacto con ellos, en la noche, en el barrio o en las calles menos céntricas de esta ciudad amada y odiada por cuyas aceras arrastro los pies.

La estrategia del pequinés fue escrita entre enero y septiembre del 2011, un poco a caballo entre Tenerife, La Palma y Gran Canaria, pero principalmente en una casa llena de Astor Piazzolla, Enrique Santos Discépolo y Eladia Blázquez en la que Thalía Rodríguez siempre ha evitado que entre la tristeza. Además de esa sonrisa que no merezco, debo agradecer a Trini Ferrer Mirabal sus cafés con los ojos abiertos al mundo; a Antonio José Rodríguez Marrero su asesoramiento en materia de municiones y sus botellas de vino inesperadas; a José Luis Ibáñez y Gloria Blanco su conocimiento de las calles de Barcelona y su hospitalidad; a la Asociación de Canarios en Bélgica su optimismo en la diáspora, y a Nayra Pérez la atenta lectura que hizo del primer manuscrito que, como siempre, mejoró gracias a sus críticas feroces. Last, but not least, deseo dar las gracias a Gregori Dolz Kerrigan por creer en este libro aún antes de que yo mismo lo hiciera.