Presentación

Se recopila aquí la serie de ataques contra el Régimen que han venido regularmente apareciendo en DIARIO 16 desde el 4 de Agosto hasta el 5 de Octubre de este año.

Veníamos nosotros padeciendo, desde fines del pasado, una atención personalizada (así he visto anunciarse, reveladoramente y algunos servicios y productos de los tiempos) por parte de los Investigadores de la Hacienda, lo cual, a la verdad, nos había sumido en una murria o melancolía muy pesada; porque, si ya toda atención dirigida a uno personalmente (ese crimen cotidiano de conocerlo a uno), lo mismo si es para denigrarlo que para ensalzarlo, acaba por hundirlo a uno en la miseria de ser uno, cuando esa atención se refiere a algo tan íntimo como los tratos de dinero, que son propiamente, según los vislumbres del análisis freudiano, los tratos con la mierda, la propia y la estatal conjuntamente, los resultados de la gestión, si no logra convertirlo a uno a la Fe reinante y que cante el Credo inunum Deum, no pueden menos de ser desoladores para el intento de seguir, a pesar del mundo, tratando, ya que no de vivir, al menos de hacer algo.

Así que no es estraño que no nos resignáramos a dejar esa gestión en el retrete de la privada, y que, al sacarla a la luz pública con un truco, consiguiéramos, medio queriendo y medio sin querer, provocar un alboroto que ha tenido durante cerca de dos meses agitados y ocupados a los Medios; del cual alboroto, al fin, tal vez hay que alegrarse: pues gracias a él se han manifestado algunos encontrados sentimientos, de la gente relativamente suelta y de los mejor vendidos, tocantes a la relación de las Personas con la Hacienda y el Estado y ala contradicción vana de la Política y la Moral.

Esta serie había empezado a publicarse antes de esos alborotos; pero no hay por qué negar que aquellas atenciones de la Hacienda pueden haber servido como estímulo para iniciar este análisis y proseguirlo. De manera que, mire usté por dónde, algunos lectores agradecidos tendrían que felicitar a los Funcionarios del Fisco por su iniciativa.

Ahí se encuentra tal vez el punto de conexión de las dos principales directrices que parecen regir la serie:

abandonar toda distracción con otras formas de tiranía y centrar los ataques en el Dinero, que se ha declarado al fin como la verdadera forma de Poder; y romper la disociación entre vida personal y pública, haciendo de la Persona un tema de política del pueblo.

Es hablar; y, peor aún, es escribir y es imprimir, en periódicos o en libros. Pero, no siendo eterno ni perfecto el Reino del Señor, en cuanto aquí se acierte a decir algo que no sea lo que está mandado y dicho, a tocar en algo de lo que la gente siente por debajo de sus conciencias y personas, hasta de las letras pueden también volver a salir palabras vivas; y las palabras que no son esclavas de la Cultura y las Ideas, son lenguaje y razón común, que está siempre diciendo lo que hace y haciendo lo que dice.

No desprecies, lector, demasiado estas razones; no les prestes tampoco fe: déjalas que hagan, en ti y fuera de ti, lo que ellas puedan.