Nota del autor
El autor del libro que tiene entre sus manos quiere especificar que todo el contenido que se muestra en las anteriores páginas ha sido rigurosamente consultado y documentado en decenas de documentos textuales y audiovisuales que ha ido recopilando en un trabajo de investigación a fondo que ha durado varios años.
He tenido la suerte de poder contactar con Robert Rosen para ampliar y reforzar varios puntos de una temática muy concreta del libro Los 9 de John Lennon. Robert Rosen trabajó, sintió, vivió y sufrió en primera persona las sensaciones de conectar con John Lennon después de su asesinato. Rosen recibió a través de Fred Seaman varias cajas con material sensible del propio músico. Desde 1975 hasta 1980, John Lennon intentó plasmar con su puño y letra cualquier pensamiento y sentimiento que le pasara por la cabeza en instantes muy precisos. Aunque tal como aclararía Rosen en su libro Nowhere Man: los últimos días de John Lennon, todo aquel material le fue robado de su domicilio y jamás volvió a tener acceso a él. Por suerte, la memoria privilegiada de Rosen y todos los apuntes que realizó intensivamente en los meses que todos los diarios se mantuvieron bajo llave en su poder, le permitieron dar a conocer a la sociedad parte de la otra cara desconocida del artista que cautivó a todo un mundo en sus cuarenta años de existencia.
Este libro tan sólo opta a servir como otro eslabón más en la larga cadena de hechos sucesivos en la vida efímera, desconocida y apasionante de John Lennon, pese a la existencia de innumerables ensayos y biografías escritas acerca de la vida del Beatle. Desde que quedara impregnado del magnetismo de la música y arte de John Lennon, he intentado descifrar cada uno de los mensajes que legó a toda la humanidad. Desde Imagine hasta Woman, pasando por todos sus éxitos con los Beatles. Su arte, su mente… Imposible de analizar en una sola obra. John Lennon, al igual que Bob Dylan, merece el estudio de toda una vida para después ser contada en un serial antológico que pudiera desgranar cada micra del trayecto recorrido. Si Lennon recurrió o no a la magia para su propio beneficio no lo sabremos con exactitud nunca, o si tal vez hubiera vuelto a reunir a la banda para volver a hacer lo único que sabía hacer bien: tocar música.
El legado de John Lennon no pertenece con rotunda exclusividad a una única persona, como en este caso pueda ser Yoko Ono, una mujer que ha empeñado los últimos treinta y cinco años de su vida en crear una imagen edulcorada, adulterada y distorsionada de su marido. Una mujer que ha querido hacer únicamente suyos todos y cada uno de los ecos de John Lennon. Una mujer que estableció un peaje excesivamente caro para cruzar la frontera que separa la realidad del universo que confluye en el interior del Dakota. Este libro pasará a la estantería imaginaria de libros prohibidos de la artista japonesa, junto a otros pocos que en su día vieron cómo fueron zancadilleados para no ver nunca la luz, pero que gracias al tesón y a la perseverancia de sus autores, lo consiguieron.
Madrid, finales de mayo de 2015
Fecha: 22 de mayo de 2015
Para: Robert Rosen
Asunto: Re Hola
Robert, te lo tengo que preguntar, si no, estallo… ¿Tú qué sentías al leer las notas personales de Lennon?
Amaiur
Fecha: 22 de mayo de 2015
Para: Amaiur Elizari
Asunto: Re Hola
Seaman llevó los diarios a mi casa a finales de mayo de 1981. Colocó uno de ellos sobre mi escritorio, pero no me contó de qué se trataba.
—¿Qué es esto? —le pregunté.
—Míralo —contestó.
Empecé página a página a través de él y vi que tenía algo que ver con los Beatles. Entonces empecé a leer algo más y me di cuenta: «¡Mierda! ¡Estos son los diarios de John Lennon!».
Me encontraba aturdido y sorprendido. Cuando por fin llegué a transcribirlos y a entender cada palabra, me sentí como si me estuviera comunicando con John desde el más allá. Yo estaba dentro de su conciencia. Sabía que la lectura de los diarios iba a cambiar mi vida. Y lo hizo.
Saludos,
Bob