Capítulo II
—Adiós, Alfred —se despidió Harry—. No te molestaré mucho con mi presencia. Me marcho a Hawai. Siempre he deseado vivir allí.
—Adiós, Harry —contestó Alfred—. Espero que disfrutes mucho.
Torpemente, Harry se excusó:
—Lamento haberte zaherido tanto. Es mi mal sentido del humor. No puedo evitar molestar a la gente. Haciendo un esfuerzo, Alfred declaró:
—Tal vez me haga falta aprender a apreciar las bromas.
Con visible alivio Harry dijo:
—Bueno, hasta la vista.