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No es para ti que, al fin, estas líneas escribo

en la página azul de este cielo nostálgico

como el viejo lamento del viento en el postigo

del día más floral entre los días idos.


Una palabra vuelve, pero no es tu palabra,

aunque fuera tu aliento que repite mi nombre,

sino mi boca húmeda de tus besos perdidos,

sino tus labios vivos en los míos, furtivos.


Y vuelve, cada siempre, entre el follaje alterno

de días y de noches, de soles y sombrías

estrellas repetidas, vuelve como el celaje

y su bandada quieta, veloz y sin fatiga.


No es para ti este canto que fulge de tus lágrimas,

no para ti este verso de melodías oscuras,

sino que entre mis manos tu temblor aún persiste

y en él el fuego eterno de nuestras horas mudas.