ACTO II
Los Needles[1]. Ellen Terry y John Craig[2] están en traje de baño, sentados sobre las rocas, a la orilla del mar).
JOHN: ¡Bueno, ya estamos aquí!
NELL[3]: ¡Oh, qué hermoso es estar sentado sobre una roca en medio del mar!
JOHN: ¿En medio del mar?
NELL: Sí. Esto es el mar, ¿no? ¿Era usted el joven que saltaba por el camino montado en un caballo rojo?
JOHN: Sí, yo. ¿Era usted la joven que cogía prímulas en el camino?
NELL: Sí, yo.
JOHN: ¡Qué bien! ¡Era «verdá»[4]!
NELL: Oh, debe usted procurar que Signor no le oiga hablar así… Pronuncie, por favor, la «d» final.
JOHN: ¡Al diablo la «d»…! ¿Quién es Signor?
NELL: ¿Que quién es Signor? Oh, es el Tiziano[5] de nuestro tiempo.
JOHN: ¿Tiziano?
NELL: Sí. Tiziano. Tiziano. Tiziano.
JOHN: ¿Estornuda usted[6]? Espero que no haya cogido frío.
NELL: No. Me encuentro estupendamente. Sentada aquí, al sol, una puede tostarse… No puede usted imaginarse el frío que pasa la Modestia con su velo.
JOHN: ¿La Modestia con su velo…? ¿Qué diablos significa eso?
NELL: Bueno, yo estoy casada con un gran artista. Y si usted estuviese casado con un gran artista, tendría que hacer de Modestia con un velo.
JOHN: ¿Casada? ¿Es usted una mujer casada? ¿Usted? Su marido, ¿es el viejo de la barba blanca?
NELL: Oh, todo el mundo lleva barba blanca en Dimbola. Pero, como usted supone, estoy casada con el viejo de barba blanca que iba por el camino; sí, naturalmente, estoy casada con él. Este es mi anillo de boda. (Se lo quita). Con este anillo, yo te desposo. Con este cuerpo me entrego a ti. ¿También está usted casado?
JOHN: ¿Yo casado? Pero si sólo tengo veintidós años… Soy teniente de la Armada. Allí está mi barco. ¿Puede usted verlo?
NELL (mirando): ¿Es ése? Es un barco de verdad. No es de esa clase de barcos que naufragan llevándose al fondo del mar todo lo que amamos.
JOHN: Mi querida niña, no comprendo lo que ha querido decir. Desde luego que es un barco de verdad. El «Duque de Hierro[7]». Treinta y dos cañones. Capitán: Andrew Hatch. Mi nombre es Craig. Teniente John Craig, de la Armada de Su Majestad.
NELL: Mi nombre es Señora de George Frederik Watts.
JOHN: Pero tendrá algún otro, ¿no?
NELL: ¡Oh, muchísimos! A veces me llamo Modestia. A veces, Poesía. A veces, Castidad. Otras veces, por lo general antes del desayuno, me llamo simplemente Nell.
JOHN: Prefiero Nell.
NELL: Pues ya es mala suerte, porque hoy me llamo Modestia. La Modestia acurrucada a los pies de Mammón. Cuando me bajé del estrado sólo faltaba por dibujar el dedo gordo del pie de Mammón. Y entonces oí un silbido. Ay de mí, supongo que soy una pobre infeliz. Todo el mundo dice que debo sentirme orgullosa. Imagínese lo que es estar colgada para siempre en la Tate Gallery[8]… ¡Qué honor para una chica como yo! Pero ¿no es horrible?, a mí sólo me gusta nadar.
JOHN: ¿Y estar sentada en las rocas, Nell?
NELL: Bueno, es mejor que estar posando de modelo encima de un estrado. Mrs. Cameron ha matado hoy el pavo. La Musa debía tener alas, ya ve usted. Pero no puede imaginarse cómo se divierten esas gentes.
JOHN: ¿De qué diablos me está hablando? ¿Quién es Mrs. Cameron?
NELL: Mrs. Cameron es la fotógrafo; y Mr. Cameron es el filósofo; y Mr. Tennyson es el poeta; y Signor es el artista. Y la belleza es la verdad; y la verdad, la belleza; eso es todo lo que sabemos y sólo debemos hablar de eso. Sé buena, muchachita, y no molestes a quienes desean ser inteligentes. Ah, y todo sea por la perfección, me había olvidado de eso.
JOHN: Es peor que tomar la altura del sol con un sextante. ¿Es ésta la isla de Wight? ¿O es la isla de los Perros, la isla donde habitan los perros locos[9]?
NELL: Aquí, los manzanos florecen todo el año; los ruiseñores cantan toda la noche.
JOHN: Míreme, Nell. Hablemos un minuto con sensatez. ¿Ha estado enamorada alguna vez?
NELL: ¿Enamorada? Pero si estoy casada…
JOHN: Oh, me refiero a esto. (La besa).
NELL: No, eso no lo conocía. (Él la besa de nuevo). Pero me gusta bastante[10]. En todo caso, me siento confusa.
JOHN: ¿Confusa? (La besa). Confusa, ¿acerca de qué?
NELL: Esto me hace pensar cosas terribles. Creo que no me atrevería a contárselas. Verá, me hace pensar en todas las cosas con las que siempre he soñado… Filetes; cerveza; estar sentada con un paraguas bajo la lluvia; esperar que comience el teatro; muchedumbres; enormes castaños; autobuses… Y entonces, Signor ronca. Y yo me levanto y me asomo a la ventana. Y la luna brilla. Y las abejas están en los espinos. Y el rocío baña la hierba. Y los ruiseñores parecen tristes[11].
JOHN: ¡Es la pura verdad! ¡Dios me bendiga! He estado en los trópicos, pero nunca he visto nada igual. Mira, Nell, tengo algo que decirte…, algo muy delicado. Yo no soy de esa clase de hombres que discurren con rapidez. Te observé detenidamente mientras cabalgaba por el camino. Y me dije, como si hubiese anclado en un campo de nabos: esa muchacha será mía. Y yo ño soy de esa clase de hombres que hacen las cosas deprisa. Mira. (Saca un reloj). Casémonos a las dos y media.
NELL: ¿Casarnos? ¿Y dónde viviríamos?
JOHN: En Bloomsbury[12].
NELL: ¿Hay manzanos en Bloomsbury?
JOHN: Ni uno.
NELL: ¿Y ruiseñores?
JOHN: Nadie ha oído cantar a un ruiseñor en Bloomsbury, te doy mi palabra de oficial.
NELL: ¿Y pintores? ¿Has pintado alguna vez?
JOHN: Sólo el cuarto de baño. Rojo, blanco y azul[13]. Con esmalte «Aspinalls».
NELL: ¿Y qué comeríamos?
JOHN: Bueno, pan y mantequilla. Salchichas y arenques ahumados.
NELL: No hay abejas. Ni manzanos. Ni ruiseñores. Salchichas y arenques ahumados. ¡John, eso es el Paraíso!
JOHN: Entonces, todo arreglado. A las dos y media en punto.
NELL: Oh, ¿y qué hago con esto? (Le muestra el anillo de boda).
JOHN: ¿Realmente te lo dio el anciano de barba blanca?
NELL: Sí. Procede de una tumba. De la tumba de Beatriz. ¡No, de la de Laura[14]! Lady Raven Mount Temple[15] se lo dio, al amanecer, en la cumbre de la Acrópolis. Y simboliza… Vamos a ver, ¿qué simboliza este anillo de boda…? Con este anillo, yo te desposo. Con este cuerpo me entrego a ti… Este anillo simboliza el matrimonio de Signor con el Arte.
JOHN: Ha cometido bigamia. Así lo creo. Mientras cabalgaba por el camino, me dije: Ese vejete me escama[16]. Y no soy de esa especie de tipos que discurren con rapidez.
NELL: ¿Te escama Mr. Watts?
JOHN: Sí, me escama mucho.
(Se oye un ruidoso suspiro).
NELL (mirando a su alrededor): Creo que alguien suspira.
JOHN (mirando a su alrededor): Creo que alguien nos espía.
NELL: Será uno de esos odiosos periodistas. La playa está llena de periodistas. Se esconden detrás de las rocas, ¿sabes?, esperando que el Poeta Laureado perciba el grito enloquecido de la arena al sentirse barrida por la resaca. (La marsopa aparece en primer término). Mira. Mira. ¿Qué es eso?
JOHN: Me parece una marsopa.
NELL: ¿Una marsopa? ¿Una marsopa de verdad?
JOHN: ¿Qué otra cosa podía ser?
NELL: Oh, no sé. Sin embargo, como los ruiseñores son viudos, pensé que la marsopa podía ser viuda. Suspira con tanta tristeza… Escucha. (La marsopa gorgotea). ¡Oh, pobre marsopa, qué suspiro más triste! Estoy segura de que tiene hambre. ¡Mira cómo abre la boca! ¿No tenemos algo para darle?
JOHN: No voy a llevar el traje de baño lleno de arenques…
NELL: Y yo no llevo nada… Sólo este anillo. ¡Eh, marsopa! ¡Toma! (Le arroja el anillo de boda).
JOHN: ¡Por Dios, Nell! ¿Cómo le has dado eso? ¡La marsopa se ha tragado tu anillo! ¿Qué dirá ahora Lady Mount Temple?
NELL: ¡Ahora, marsopa, estás casada con Mr. Watts! ¡Todo sea por la Perfección, marsopa! ¡Levanta los ojos, marsopa! ¡Y no te muevas! Supongo que era una marsopa hembra, ¿no, John?
JOHN: Eso, Nell, le importa un comino a Mr. Watts. (La besa).