ÉRASE UNA VEZ UN GIGANTE…
Keith Laumer
Un comentarista freudiano calificaría de edípico a este relato: el abnegado y protector gigante es el padre simbólico al que el protagonista necesita destruir, para luego mitificarlo a través del arrepentimiento.
Érase una vez un gigante…, que vivía solo con sus recuerdos en un mundo lejano, abrupto y helado. Pero un día, unos enanitos codiciosos llamados hombres…