Patentes

Una patente es un derecho sobre inventos, es decir, dispositivos o procesos que realizan funciones «útiles».[11] Un ejemplo del tipo de dispositivo que puede patentarse sería una ratonera nueva o mejorada. En la práctica, una patente ofrece al inventor un monopolio limitado de la fabricación, utilización o venta del invento. Sin embargo, la patente en realidad sólo le da un derecho de exclusión (esto es, prohíbe a otros aprovechar la invención patentada); en realidad no le garantiza el derecho a utilizar la invención patentada.[12]

No es patentable cualquier innovación o descubrimiento. La Corte Suprema de EE. UU., pro ejemplo, ha identificado tres categorías de sujetos no patentables, que son «leyes de la naturaleza, fenómenos naturales e ideas abstractas[13]». Sin embargo, reducir ideas abstractas a cierto tipo de «aplicación práctica», es decir, a «un resultado útil, concreto y tangible»[14] es patentable. Las patentes en EE. UU., desde el 8 de junio de 1995, duran desde el día de la concesión hasta veinte años de la fecha de solicitud original de la patente[15] (el plazo anterior era de diecisiete años desde la fecha de concesión).