La historia de la narración
por Kenneth Blanchard
Me entusiasma contarles la historia de cómo se creó la narración de ¿Quién se ha llevado mi queso?, porque eso significa que el libro ya se ha escrito y todos podemos leerlo, disfrutarlo y compartirlo con los demás.
Eso es algo que he deseado que sucediera desde que escuché por primera vez a Spencer Johnson contar su magnífica fábula del «Queso», hace ya muchos años, antes de que escribiéramos juntos nuestro libro El ejecutivo al minuto.
Recuerdo que en aquel entonces pensé en lo buena que era esta historia y en lo útil que sería para mí a partir de ese momento.
¿Quién se ha llevado mi queso? es una narración sobre el cambio que tiene lugar en un laberinto, donde cuatro divertidos personajes buscan el «Queso», siendo ese queso una metáfora de lo que deseamos tener en la vida, ya sea un puesto de trabajo, una relación, dinero, una casa grande, libertar, salud, reconocimiento, paz espiritual, o incluso una actividad como correr o jugar al golf.
Cada uno de nosotros tiene su propia idea de lo que es el Queso, y nos esforzamos por encontrarlo porque estamos convencidos de que nos hará felices. Si lo conseguimos, a menudo nos vinculamos a él. Y si lo perdemos o nos lo arrebatan, podemos pasar por una experiencia traumática.
El «laberinto» de la narración representa aquí el tiempo que cada uno de nosotros dedica a buscar lo que desea. Puede ser la empresa u organización donde se trabaja, la comunidad en la que se vive o las relaciones que se tienen en la vida.
En las conferencias que pronuncio por todo el mundo, suelo contar el relato del Queso que usted se dispone a leer ahora y, con frecuencia, la gente me dice más tarde la gran diferencia que supuso para ellos.
Lo crean o no, lo cierto es que esta narración tiene fama de haber salvado carreras profesionales, matrimonios ¡y hasta vidas!
Uno de los muchos ejemplos extraídos de la vida real procede de Charlie Jones, un afamado presentador de la NBC-TV, quien reveló que el hecho de haber escuchado la narración de ¿Quién se ha llevado mi queso? salvó su carrera profesional.
Su trabajo como presentador es singular, pero cualquier persona puede utilizar los principios que él aprendió.
Esto fue lo que sucedió: Charlie había trabajado duro y realizado una gran tarea en la transmisión de las pruebas de pista y campo a través de unos Juegos Olímpicos anteriores, por lo que se sintió muy sorprendido y alterado cuando su jefe le comunicó que en los siguientes Juegos se le retiraría de la transmisión de esas pruebas estelares y se le asignarían las de natación y saltos.
Al no conocer esos deportes tan bien, se sintió frustrado y poco apreciado, lo que provocó en él un gran enfado. Dijo sentir que aquello no era justo. A partir de entonces, su cólera empezó a afectar a todo lo que hacía.
Fue entonces cuando escuchó el relato de ¿Quién se ha llevado mi queso?
Después de eso, aseguró haberse reído de sí mismo y cambió por completo de actitud. Se dio cuenta de que su jefe no había hecho sino «cambiarle el Queso de sitio». Así pues, se adaptó. Aprendió a conocer los dos nuevos deportes que se le habían asignado y, a lo largo del proceso, descubrió que hacer algo nuevo le permitía sentirse más joven.
Su jefe no tardó en reconocer esta nueva actitud y energía, y pronto le ofreció mejores cometidos. Charlie Jones empezó a tener más éxito que nunca y más tarde quedó incluido en el apartado de presentadores del Salón de la Fama del Fútbol.
Ésta no es más que una de entre las muchas historias de la vida real que he oído contar acerca del impacto que ha tenido esta narración sobre la gente y que ha afectado desde su vida laboral a su vida amorosa.
Estoy tan absolutamente convencido del poder de ¿Quién se ha llevado mi queso? que entregué un ejemplar de una edición previa a todos los que trabajan en nuestra empresa (más de doscientas personas). ¿Por qué?
Pues porque, como toda empresa que no sólo desea sobrevivir en el futuro, sino seguir siendo competitiva, The Ken Blanchard Companies está inmersa en un cambio constante. Es decir, sigue cambiándonos el Queso de sitio. Aunque en el pasado queríamos contar con empleados leales, hoy necesitamos gente flexible, que no sea posesiva respecto de «cómo se hacen las cosas por aquí».
Y, sin embargo, como todos sabemos muy bien, vivir en una constante corriente de aguas bravas, con todos los cambios que ocurren en el trabajo o en la vida, puede ser algo muy estresante, a menos que la gente tenga una forma de considerar el cambio que la ayude a comprenderlo. Es decir, que entre en la historia del Queso.
Cuando le cuento esta historia a la gente y luego leen ¿Quién se ha llevado mi queso?, casi puede percibirse cómo empieza a producirse una liberación de energía negativa. Uno tras otro, desde todos los departamentos de la empresa, se esfuerzan por darme las gracias por el libro y decirme lo útil que ya les ha sido para ver, bajo una luz diferente, los cambios que se están produciendo en la empresa. Créanme, se necesita muy poco tiempo para leer esta pequeña parábola, pero el impacto que causa puede ser profundo.
A medida que vaya leyendo, encontrará tres partes. En la primera, «Una reunión», antiguos compañeros de escuela hablan en una reunión de clase sobre cómo afrontar los cambios que están teniendo lugar en su vida. La segunda parte, que constituye el núcleo del libro, es «La narración: ¿Quién se ha llevado mi queso?»
En «La narración», verá que a los dos ratones les va mejor cuando se enfrentan al cambio, porque procuran que las cosas sigan siendo simples, mientras que los dos liliputienses, con sus complejos cerebros y emociones humanas, no hacen más que complicarlo todo. No quiere ello decir que los ratones sean más listos. Todos sabemos que las personas son más inteligentes que los ratones.
Sin embargo, a medida que se observa lo que hacen nuestros cuatro personajes y se da uno cuenta de que los ratones y los liliputienses representan partes de nosotros mismos (lo simple y lo complejo), se termina por comprender que tendríamos muchas más ventajas si, cuando cambian las situaciones, hiciéramos aquellas cosas sencillas que funcionan.
En la tercera parte, «Un debate», la gente analiza lo que significó «La narración» para ellos y cómo van a utilizarla en su trabajo y en su vida.
Algunos lectores del manuscrito inicial de este libro prefirieron detenerse al final de «La narración», sin continuar la lectura, e interpretar su significado por sí mismos. Otros disfrutaron leyendo «Un debate» porque eso estimuló su pensamiento acerca de cómo podrían aplicar lo aprendido a su propia situación.
En cualquier caso, confío en que cada vez que vuelva a leer ¿Quién se ha llevado mi queso? encuentre algo nuevo y útil, como me sucede a mí, y que eso le ayude a afrontar el cambio y alcanzar éxito, en aquello que usted mismo decida que es el éxito.
Espero que disfrute con lo que se dispone a descubrir y le expreso mis mejores deseos. Ah, y recuerde: ¡muévase con el Queso!
KEN BLANCHARD
San Diego (California)