Chip Wills, Universidad de Nuevo México: «No se tiene la sensación de que el del Chaco fuera un pueblo que pasara hambre. Se nota la riqueza de un pueblo capaz de enormes hazañas constructoras y, también, de una avanzada agricultura de regadío bajo circunstancias muy duras. No hay duda, el Chaco fue un lugar importante, muy importante».
Patricia Crown, Universidad de Arizona: «En el año 200, la alfarería se volvió importante [para los anasazi]; también conocieron las ventajas del regadío, el sedentarismo y una organización social más compleja. Sucedió algo que produjo un gran cambio. Y sucedió rápidamente».
Murray Gell-Mann, California Institute of Technology: «En el caso de las sociedades humanas, los esquemas son las instituciones, las costumbres, las tradiciones y los mitos, que constituyen, en realidad, formas de ADN cultural».
Pueblo Bonito, visto desde la orilla septentrional del cañón del Chaco. Las numerosas estructuras circulares son kivas, lugares ceremoniales. Bonito fue la mayor de las Casas Grandes de la comunidad del cañón del Chaco; quedó abandonado en algún momento entre los años 1150 y 1200.
La construcción en el cañón del Chaco pone de manifiesto una gran meticulosidad; una característica arquitectónica es la ventana o la puerta en forma de T (como la que aparece aquí de Pueblo Bonito).
Las vigas de madera están empotradas en las paredes, a menudo en grupos de tres, como en éstas de Pueblo Bonito. Se traían de bosques distantes a más de 80 km y han resistido el paso del tiempo por la aridez del clima. Hoy son fundamentales para establecer la edad del conjunto.
Jeff Dean, Universidad de Arizona: «Lo sorprendente de la arquitectura chaqueña es que los edificios surgen literalmente del suelo».