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Tengo una gran historia que contarte. Yo estaba allí, listo es lo que vi:

Vi a un hombre de principios lamentando sus acciones pasadas e intentando corregir el curso que su joven vida había tomado. Lo vi divorciarse cruelmente de su esposa inocente. En algunos pocos momentos, había asumido el riesgo, saliéndose del círculo imaginario que los hombres libaneses dibujaban a su alrededor con tiza de colores. Se había casado sin respetar la tradición, con una mujer norteamericana, por amor, el mayor de los riesgos. Se divorció por comodidad, por tradición, por seguridad.

Vi a una mujer joven, todavía adolescente, casarse con un hombre muchos años mayor, por obligación, por cumplir su destino. Vi a una mujer que miraba al hombre de principios y lo consideraba un buen marido, un médico, un proveedor, un padre para su futura familia. Vio un buen apellido, y un ascenso en la comunidad. Vio el orgullo en los ojos de su madre.

Vi a un elegante hombre urbano elegir a una montañesa por esposa. Vi cómo escogía a una muchacha sin educación a la que podría formar, moldear con el tiempo, esculpir como su Eliza. Vi a un hombre de una familia de renombre inclinarse por una campesina como esposa, alguien que siempre lo miraría con respeto, nunca lo retaría, nunca lo amenazaría. Vi a un hombre elegir una muchacha por esposa.

Vi a una mujer joven y estúpida, el objeto de las pullas de su familia política. Vi a una incompetente ama de casa intentando denodadamente aprender su trabajo. Vi a una horrorosa cocinera destrozar todos los platos, opresivo el olor a comida quemada. Vi a una muchacha ingenua permanecer durante horas ante electrodomésticos modernos sin saber cómo hacerlos funcionar. Vi a una muchacha llorosa murmurando disculpas desgarradoras por colocar una tetera eléctrica sobre un quemador. Vi una imperdonable sonrisa del resto de la familia.

Vi a una muchacha inexperta mirando a las hermanas del hombre y retrocediendo atemorizada ante las responsabilidades venideras. La vi insegura de qué hacer, cometiendo demasiados errores. Vi a una muchacha sacar el mayor de los partidos a esos errores.