120 “Y el Señor plantó un jardín al Este del Edén; y en él puso al hombre que había formado”. Génesis, II-8.
“Entonces el Señor Dios expulsó al hombre del jardín del Edén, para que cultivase el suelo de donde había salido”. Génesis, III-23. El hombre divino hecho por Dios, tenía su conciencia concretada en el omnipotente ojo único de su frente (es Este). Todos los poderes creativos de su voluntad, centralizados en dicho lugar, fueron perdidos por el hombre cuando éste comenzó a “cultivar el Suelo” de su naturaleza física.<<