Las 10
principales
mentiras de Chomsky sobre sí mismo
10
La mentira: «Nunca me he considerado un “marxista” y de hecho considero conceptos como “marxista” (o “freudiano”, etc.) como más propias de la religión organizada que del análisis racional».[210]
La verdad: Una década antes, Chomsky afirmó: «en mi opinión, una perspectiva marxista-anarquista [en política] se justifica de forma muy distinta de lo que pueda ocurrir en lingüística». Después decía: «No veo razón alguna para abandonar la idea anarquista (…) igual que no abandonaría el marxismo».[211]
9
La mentira: «Mis propios escritos incluyen considerables discusiones acerca de la naturaleza criminal de la doctrina y práctica marxista-leninista».[212]
La verdad: Chomsky había declarado antes: «Sería un error grotesco decir que Stalin fue simplemente la puesta en práctica de los principios leninistas», pues El Estado y la Revolución de Lenin «es en principio excelente». Su principal crítica no fue que Lenin fuera un asesino en masa, sino que eliminara a sus compañeros comunistas.[213]
8
La mentira: «Si mira lo que he escrito sobre la guerra del Vietnam, no hay una sola palabra de apoyo al Vietcong. Toda la izquierda apoyaba a Ho Chi Minh: yo decía que Vietnam del Norte era una brutal dictadura estalinista».[214]
La verdad: Chomsky dijo a una audiencia norvietnamita: «Vuestro heroísmo revela las capacidades del espíritu y el deseo humano. La gente decente de todo el mundo ve en vuestra lucha un modelo para sí mismos».[215] Escribió que Vietnam del Norte estaba «creando una sociedad industrial moderna, igualitaria y democrática», que «ofrece a los campesinos esperanza para el futuro». Y añadía: «Sus logros son, sin duda, muy notables».[216] Llamó al Vietnam comunista de posguerra un «milagro de reconciliación y mesura».[217]
7
La mentira: «[Un crítico] afirma que he argumentado “que no se debe dar credibilidad a los refugiados de Camboya”, basándose en una artículo-comentario (…) en el que escribimos que “sus informes deben ser seriamente considerados”. ¿Cómo puede transformar nuestras conclusiones en lo contrario? Sencillo. Suprimiendo nuestras conclusiones y sólo señalando que “son necesarias cautela y prudencia” por las razones que hemos mencionado, que, como añadimos, son de sentido común».[218]
La verdad: Chomsky argumentaba claramente que no debía darse credibilidad a los refugiados. Refiriéndose a «la extrema falta de credibilidad de los informes de los refugiados», explicaba: «Los refugiados están asustados e indefensos, a merced de las fuerzas extranjeras. Naturalmente, tienden a decir lo que creen que sus interlocutores quieren oír. Aunque esos informes deben ser seriamente considerados, son necesarias cautela y prudencia. En concreto, los refugiados preguntados por occidentales y tailandeses tienen un interés personal en informar de atrocidades por parte de los revolucionarios camboyanos…».[219]
6
La mentira: «Como es difícil creer que los editores tomen a sus lectores por idiotas, supongo que debe ser algún tipo de error tipográfico y que los editores realmente quería decir que nunca he prologado ninguna “publicación de la OLP”. Esto último tendría al menos el mérito de ser verdad…».[220]
La verdad: En 1976, Chomsky escribió el prólogo de un libro de Sabri Jiryis, del Centro de Investigación de la OLP en Beirut.[221] Jiryis se describía a sí mismo como «un viejo terrorista cabezota», añadiendo que después de 1967 había sido responsable de «supervisar acciones clandestinas [es decir, ataques terroristas] de al-Fatah» en el norte de Israel.[222]
5
La mentira: [Desmintiendo su afirmación de que Estados Unidos y Gran Bretaña utilizaron los ejércitos nazis para atacar a la Unión Soviética y prolongar el Holocausto:] «tan ridículo como para merecer comentario (…) Nadie puede emplear seriamente esto como fuente (…) acusaciones infantiles en revistas intentando desacreditar a enemigos políticos (…) un intento de desacreditar un enemigo político odiado (…) No tengo nada que ver (…) casi todo calumnias(…) un ridículo artículo calumnioso en el New Yorker».[223]
La verdad: La afirmación de Chomsky, tal como se cita en el New Yorker, está grabada en vídeo.[224]
4
La mentira: «Probablemente he sido durante años el mayor opositor a la campaña de desinversiones en Israel».[225]
La verdad: Antes, ese mismo año, Chomsky había firmado una petición para que las universidades desinvirtieran en Israel. «La desinversión será un proceso largo y lento», se lamentó una semana antes de aparecer como conferenciante estrella en una convención universitaria para apoyar la campaña de desinversiones.[226]
3
La mentira: «No predije nada [acerca de un “genocidio silencioso” en Afganistán] (…) Las alarmas siguen siendo igualmente adecuadas, una realidad que no debería ser necesario explicar».[227]
La verdad: Chomsky dijo que «un número desconocido de afganos morirán por hambre (…) quizá haya millones de afganos muriéndose de hambre». Declaró que «Washington actuó en seguida para asegurarse la muerte y el sufrimiento de un enorme número de afganos, millones de los cuales ya estaban al borde de la inanición» y observó que el «perceptible plan de la administración sería continuar el programa de genocidio silencioso».[228] Ese genocidio no se produjo entonces ni a partir de entonces.
2
La mentira: «El término “teoría conspiratoria” es particularmente revelador. Siempre me he opuesto explicita y enérgicamente a las “teorías conspiratorias” e incluso soy conocido por ello».[229]
La verdad: Chomsky considera a los deportes, los concursos y el sexo como parte de la conspiración de los medios de comunicación: «En lo que se refiere a la población en general, a la que se dirigen los medios de comunicación de masas reales, lo principal es quitárselos de encima. Hacer que se interesen por otra cosa. Deportes profesionales (…) ¿Quién quiere ser millonario?, quién va a ganar las Series Mundiales, sexo, cualquier cosa que no importe. Y si vemos los medios de comunicación de masas, eso es lo que hacen».[230]
1
La mentira: «Hay muchas cosa que evitan que no fijemos en las estructuras que nos rodean y cualquiera que se salga del guión corre serio peligro. No es que te vayan a pegar un tiro en este país, como ocurriría en muchas sociedades asesinas, pero hay sin duda sanciones, en términos de carrera profesional, estatus, ingresos».[231]
La verdad: Lejos de imponerle sanciones por sus opiniones, el gobierno estadounidense dio a Chomsky su carrera profesional, estatus e ingresos. Como una vez admitió, «el MIT paga sólo un treinta o un cuarenta por ciento de mi salario. El resto viene de otras fuentes, en su mayor parte, del Departamento de Defensa».[232]