Las 10
principales mentiras de Chomsky sobre
Latinoamérica
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La mentira: «La historia moderna de Guatemala fue moldeada decisivamente por la invasión organizada por EE.UU. y el derrocamiento de del régimen democráticamente elegido de Jacobo Arbenz en junio de 1954 (…) La modesta y eficaz reforma agraria fue la gota que colmó el vaso (…) El sistema de EE.UU. encontró intolerable el pluralismo y la democracia de los años 1945-54 y acabó liquidando ese experimento».[100]
La verdad: Arbenz no fue democráticamente elegido y la votación no fue secreta. Arbenz se consideraba a sí mismo un comunista y formalmente se afilió al Partido Comunista en 1957. Su reforma agraria (la «inspiración» del Partido Comunista) fue declarada inconstitucional por el Tribunal Supremo, que posteriormente purgó. Apoyó una resolución parlamentaria elogiando a Stalin; se apoyó en el Partido Comunista para todas las decisiones importantes y recibió armas del bloque soviético.[101] Mató a cientos de oponentes políticos.[102] La CIA «apoyaba los objetivos de la reforma guatemalteca»; actuó porque temía «una potencial cabeza de puente soviética en el hemisferio occidental».[103]
9
La mentira: «El otro 11-S es el 11 de septiembre de 1973, cuando operaciones apoyadas por Henry Kissinger, entre otros, llevaron al bombardeo del palacio presidencial en Chile, el derrocamiento del gobierno parlamentario y la matanza, en una estimación conservadora, de unas 3000 personas (…) Pero cuando se lo hacemos nosotros, es, como usted sabe, un error…».[104]
La verdad: El líder marxista Salvador Allende, y no Henry Kissinger, fue formalmente condenado por el parlamento chileno por destruir la democracia en Chile.[105] Las afirmaciones de que Kissinger instigó el golpe militar de 1973 han sido desacreditadas repetidamente: la política de la Administración Nixon fue apoyar a la oposición democrática y la prensa independiente contra Allende.[106]
8
La mentira: «[Estados Unidos se ha] opuesto con tremenda ferocidad a cualquier mejora en los derechos humanos, el aumento de los niveles de vida y la democratización en Latinoamérica. Lo más esencial de la política estadounidense ha sido incrementar las masacres y la represión».[107]
La verdad: Estados Unidos ha apoyado o impuesto transiciones democráticas en Ecuador (1979), Perú (1980), Bolivia (1982), Honduras (1982), Argentina (1983), Brasil (1985), Uruguay (1985), Guatemala (1986), Surinam (1987), Panamá (1989), Chile (1990), Nicaragua (1990), Guayana (1992) y Paraguay (1993). Colombia y Venezuela han sido democracias durante décadas, Belice y Costa Rica lo son desde su independencia. Aparte de la Cuba comunista, todo el hemisferio occidental es ahora democrático.
7
La mentira: «En los años 1980, EE.UU. libró una gran guerra en América Central, dejando unos 200 000 cadáveres torturados y mutilados, millones de huérfanos y refugiados y cuatro países devastados. Uno de los primeros objetivos del ataque de EE.UU. fue la Iglesia Católica, que había cometido el terrible pecado de “preferir la opción de los pobres”».[108]
La verdad: Las únicas intervenciones militares estadounidenses fueron la imposición de democracias en Granada y Panamá, con una mínima pérdida de vidas humanas. Estados Unidos no peleó en ningún otro lugar de la región, y mucho menos atacó a la Iglesia Católica. El apoyo soviético y cubano a las fuerzas comunistas ocasionó las guerras civiles en Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala.[109] La mayoría de las muertes ocurrieron en Guatemala, mientras el país estaba sujeto a un embargo de armas estadounidense por motivos de derechos humanos.
6
La mentira: «Las masacres organizadas por EE.UU. [en El Salvador] se incrementaron cuando Reagan asumió el poder [en Estados Unidos]. Un años después, la Iglesia [salvadoreña] informaba que unos 30 000 civiles habían muerto y había 600 000 refugiados (…) El número de muertos y refugiados muy probablemente se ha doblado desde entonces».[110]
La verdad: Los grupos de derechos humanos han confiado para sus estadísticas de muertos civiles en la Oficina de Asistencia Legal de la Archidiócesis de San Salvador. La primera Oficina de Asistencia Legal, Socorro Jurídico, fue repudiada por la Iglesia Católica Salvadoreña a causa de su partidismo a favor de las guerrillas comunistas. Su sustituta, Tutela Legal, se ha demostrado que inventó una masacre del ejército de 250 personas. Un desertor comunista informó que Tutela Legal era un frente guerrillero. Un periodista residente en El Salvador descubrió que Tutela Legal sencillamente falsificaba las notas de prensa del ejército calificando a las muertes de guerrilleros como asesinatos de civiles.[111]
5
La mentira: «Los escuadrones de la muerte [salvadoreños] que ayudamos a establecer y han sobrevivido desde entonces, que inevitablemente han quedado fuera de aparato de inteligencia y paramilitar que construimos para nuestros intereses y las condiciones sociales que alimentan la disidencia y las revueltas que son en buena medida nuestro legado».[112]
La verdad: Estados Unidos apoyo a los Demócrata Cristianos de centro-izquierda, muchos de los cuales fueron asesinados por escuadrones de la muerte. Las fuerzas de seguridad se dividieron entre reformistas pro estadounidenses y fanáticos de extrema izquierda, que organizaron escuadrones de la muerte esperando evitar la democracia y la reforma agraria. Los escuadrones de la muerte fueron tan hostiles a Estados Unidos que planearon matar a su embajador.[113] Durante el periodo de ayuda estadounidense, los asesinatos de los escuadrones de la muerte se redujeron masivamente y acabaron por desaparecer.
4
La mentira: «incluso si se aceptan todas las acusaciones creíbles, la cifra sandinista [en Nicaragua] se compara favorablemente con la de los países, hoy y en la pasado, en la órbita de EE.UU. en la región y en otros lugares, por decirlo suavemente».[114]
La verdad: Los sandinistas fueron bastante peores que la mayoría de los dirigentes de Latinoamérica. La Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua informó de 2000 asesinatos políticos en los primeros seis meses del régimen, con 3000 desaparecidos en el mismo periodo. La Comisión ha documentado hasta ahora 14 000 casos de torturas, violaciones, secuestros, mutilaciones y asesinatos.[115] En contraste, los asesinatos y desaparecidos en Brasil, Paraguay, México, Uruguay, Bolivia y Honduras se cuentas por pocos centenares.[116] En Belice, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Venezuela, Guayana y Surinam no ha habido asesinatos o desaparecidos.
3
La mentira: «Para asegurarse de que Nicaragua formara parte del “bloque de estados esclavos dominado por los comunistas”, EE.UU. ha estado librando una guerra por poderes de cada vez mayor intensidad contra Nicaragua al tiempo que bloqueaba cualquier fuente de armamento que no fuera la preferida: al URSS y sus satélites (…) sólo se permite al bloque soviético proveer armas a Nicaragua para defenderse de nuestro ataque».[117]
La verdad: Al quedar claro que los sandinistas recibían armas de los soviéticos, Chomsky trata de echar la culpa al apoyo estadounidense a la Contra. De hecho los sandinistas estaban recibiendo armas inmediatamente después de hacerse con el poder en 1979. Tanques y artillería empezaron a arribar a mediados de 1980 y al final de 1981 los sandinistas habían firmado un tratado con los soviéticos que permitía la ampliación del ejercito nicaragüense a 120 000 tropas, el mayor de la región. El destacado oficial Roger Miranda explica que los sandinistas se alinearon con los soviéticos porque estaban «construyendo una sociedad comunista en Nicaragua y porque Washington no podía ignorar los esfuerzos sandinistas por derrocar gobiernos centroamericanos…».[118]
2
La mentira: «Incluso el hecho de que Nicaragua tuviera un gobierno elegido popularmente no puede expresarse en el sistema de propaganda de EE.UU., con sus estándares de disciplina que pocos intelectuales respetables se atreverían a desobedecer».[119]
La verdad: Las elecciones de 1984 eran a la Asamblea Nacional, Presidencia y Vicepresidencia. Todos los cargos estaban subordinados a los nueve Comandantes Sandinistas, cuya «posición de poder nunca ha sido puesta en cuestión ni ratificada electoralmente. Estas nueve personas no están más sujetas a ratificación por voto que el Comité Central del Partido Comunista en cualquier país del bloque del Este…». Los sandinistas podían manipular las elecciones (engañando a la vez a muchos observadores) evitando el requisito de una votación secreta de forma que «las autoridades habían tenido la oportunidad de averiguar cómo había votado cada individuo».[120]
1
La mentira: «[En la película Power and Terror] Chomsky argumenta que mientras lloramos a los 3000 que murieron en las torres gemelas [el 11-S], no prestamos atención al número casi igual de civiles que perecieron cuando (dice) EE.UU. bombardeó el barrio panameño de El Chorrillo durante la invasión estadounidense de 1989».[121]
La verdad: El periodista Marc Cooper comenta: “Yo estaba en ese barrio pocos días después de que fuera arrasado y Chomsky simplemente se equivoca: no fue bombardeado. Se incendió después de un enfrentamiento a tiros entre tropas estadounidenses y panameñas. Y por muy reprensible que fuera la invasión de EE.UU., la propia comisión de derechos humanos de Panamá afirma que murió un total de quizá 400 personas (soldados y civiles) durante todo el conflicto.[122]