Dirigir la energía
Crea otra vez en tus manos la sensación mencionada, centrando tu atención en la superficie de la piel de las palmas y recordando la sensación experimentada antes, a fin de recrearla.



Pero ahora vamos a describir esta experiencia con otras palabras. Imagínate que la energía se filtra hacia el interior a través de las manos haciendo vibrar la piel. Puedes imaginarte que tus manos son como receptores de radar, sensibles a la energía, y que el espacio que te rodea está lleno de energía. Hay ondas de radio, rayos X y rayos gamma, hay energía mental, energía sexual, luz, sonido, calor, amor, energía de curación —todo un mar de energías—, y todas esas energías las puedes ahora sentir, entrando por tus manos.
Siente cómo la energía que penetra por tus manos sube por los brazos y por todo el cuerpo. Siente cómo recarga tus baterías. Siéntete energetizado. Siente cómo te vuelves más claro, más centrado, etc. Dedica un poco de tiempo a este ejercicio, a llenarte de energía, hasta que tengas la impresión de que dicha energía irradia toda la superficie de tu cuerpo, el cual brilla ahora como una bombilla eléctrica.
Después, dirige de nuevo la atención a la superficie de la piel de las palmas de las manos. Ahora vamos a describir las sensaciones de una manera diferente. Dite a ti mismo que lo que ahora estás sintiendo se debe al hecho de que tus manos irradian energía. Siente cómo la energía irradia de las manos, como en el ejercicio anterior.
Mientras sientes esa energía irradiando de las manos, podemos todavía darle otro nombre. Podemos llamarla Luz Blanca. Imagina que la sensación que experimentas es la de la Luz Blanca que irradia de tus manos. Con la Luz Blanca es con lo que curamos. Dedica un tiempo a este ejercicio, y luego, relájate y sigue leyendo el libro.
Cuando decidiste que la energía se filtraba por tus manos y penetraba en ellas, pudiste sentir cómo se desplazaba y notaste sus efectos. Cuando decidiste que la energía salía de tus manos también fuiste capaz, no sólo de sentirla tú, sino que otra persona también la pudo sentir. No tuviste que forzar la energía para que saliera de tus manos ni para que entrase en ellas, todo lo que has tenido que hacer es decidir en qué dirección se desplaza ésta, y seguidamente sentir que se está desplazando en dicha dirección, según las tres etapas mencionadas en el ejercicio A:
1: Decidir lo que va a ser verdad en la nueva realidad.
2: Estimular la percepción de lo que está ocurriendo.
3: Decidir que ello ahora es verdad.

Ahora sabes que eres capaz de sentir la energía. Lo sabes porque lo has experimentado. Sabes también que puedes detectar y dirigir la energía, porque también lo has experimentado. Esa energía se filtra siempre a través de ti y ahora eres consciente del hecho de que esa energía puede ser dirigida por tu consciencia. En realidad, esto lo has hecho siempre. Somos seres energéticos y cuando bloqueamos el flujo de la energía con una fuerza suficiente, el resultado es siempre algún tipo de síntoma físico.
Así, cualquier síntoma puede describirse simplemente como un bloqueo de energía. Ya que tienes la capacidad de dirigir la energía, también puedes desbloquearla en los lugares donde se haya obstruido, tanto en ti mismo como en los demás. Al hacer esto, la curación ocurre. Puedes curarlo todo. ¿Acaso no dijo un famoso sanador del pasado que lo que él hacía también nosotros lo podríamos hacer e incluso aún mejor? ¿No crees que decía la verdad?
Todo se puede curar.