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Introducción

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Para escribir un guión excelente no basta tener una buena idea, ni es suficiente ponerla por escrito. Cuando trabajamos un guión de cine, o de televisión, y más aquí que en cualquier otra forma literaria, no es el escribir, sino el reescribir lo que convierte un guión bueno en excelente.

Los principios válidos para escribir un guión son básicamente los mismos que para reescribirlo. Si estás escribiendo tu primer guión, este libro te ayudará a desarrollar las cualidades que necesitas para contar una historia de forma dramática y atractiva. Si eres un escritor veterano, te ayudará a articular las que ya posees de modo intuitivo. Y si ahora mismo estás atascado, tratando de reescribir algo, el libro te ayudará a analizar y a resolver los problemas para volver a encauzar tu guión «por buen camino».

El libro se centra en la reescritura, porque si escribes, tendrás que reescribir. Así es nuestra profesión. A menos que escribas «para ti solo» y escondas los guiones en una caja, dentro del garaje, verás como tarde o temprano te encuentras reescribiendo una y otra vez. Primero lo harás para que tu primer borrador «quede bien». Después tus amigos te harán un par de sugerencias, y lo reescribirás «para que quede un poco mejor». Tu agente te hará varios comentarios acerca de cómo hacerlo más comercial, y los incorporarás. El productor y el ejecutivo de un estudio querrán que lo reescribas, «para que puedan aprobarlo». Y los actores tendrán varias ideas acerca de «lo que funciona mejor para ellos» y querrán que les des a cada uno «sólo un poquito más de tiempo en la película».

Entonces, por fin, quedará tu guión completo y terminado, suponiendo que hayas sabido Qué reescribir y suponiendo que cada revisión lo haya mejorado. Desafortunadamente, esto sucede muy pocas veces.

Muchas personas piensan como el que decidió ser escritor por lo malas que eran las películas que veía en cine y en televisión. «La verdad es que yo puedo hacerlo mucho mejor», pensó. Y después de enviar su guión a un productor que lo rechazó, protestó; «¡Pero si es mucho mejor que la mayoría de las cosas que se ven!». «Naturalmente, —repuso el productor—, cualquiera puede escribir mejor. El truco está en escribir algo de forma tan extraordinaria que, después de que todo el mundo lo destroce con las revisiones, aún quede algo digno.»

Por desgracia, esto es cierto. Muchos guiones van de mal en peor en las sucesivas revisiones. Cuanto más se alejan de la idea original, más se estropean: comienzan a perder su magia inicial. Allá por la quinta revisión se han suprimido varios elementos y quedan cabos sueltos sin ningún sentido. Al llegar a la duodécima, la historia es completamente distinta y para entonces ya nadie quiere hacer esa película.

La solución parece que sería «¡No reescribas!», pero, lamentablemente, no es una alternativa seria. La mayoría de los guiones, incluso con toda la magia y la creatividad que el guionista pone en el primer borrador, no funcionan por sí solos. Unas veces pecan por exceso: son demasiado largos para hacer una película que se pueda vender. Otras, por defecto: hay escritores que, en plena borrachera creativa, se olvidan de atar un cabo suelto, de completar la evolución de un personaje, o de terminar una trama secundaria. Hay escritores que tienen una brillantísima idea en germen a lo largo del guión, que sólo aparece tímidamente a medida que se profundiza más y más en la historia. Si no se reescriben, todos estos elementos se quedan sin arreglar.

¿Cuál es, pues, la solución? ¿O es que no hay ninguna? La respuesta, en teoría, no parece tan difícil: reescribir lo que no funciona y dejar lo que está bien. El problema es hacerlo, porque a menudo supone trabajar en contra de la tentación de seguir y seguir cambiando cosas. Supone no dejarse llevar por una idea nueva y diferente, que es apasionante pero que no resuelve el problema. Supone no arreglar todo el guión, sino sólo lo que no va bien. Supone saber rechazar una aportación creativa adicional, porque la aportación original del autor «está suficientemente bien, gracias». Y supone que las sugerencias se hacen para que el guión siga su camino, no para aparcarlo.

¿Cómo se consigue esto? Este libro está pensado para dar esa respuesta, para ver cuál debe ser la trayectoria correcta de un guión y para estudiar conceptos que le sean aplicables y lo mejoren. Está pensado para enseñarte cómo escribir y reescribir con rapidez y eficacia, manteniendo la «magia» hasta el último borrador, que es el importante: el guión de rodaje.

Mi carrera como consultora de guiones se ha centrado casi exclusivamente en cómo hacer que un guión siga su camino, resolviendo los problemas que tenga y manteniendo la creatividad original. He trabajado en cientos de guiones de cine y televisión. He trabajado en miniseries, telefilms, series dramáticas, sitcoms y en películas de terror, aventuras, comedias, dramas y fantasías. El reto es siempre el mismo: cómo hacer que el próximo borrador funcione. Da lo mismo que trabaje para escritores, productores, directores o ejecutivos de estudios. Nuestro trabajo es analizar los problemas en común, definir las ideas y encontrar las soluciones que harán que funcione un borrador. He trabajado con muchas de las personas de mayor talento y éxito en la industria, y he podido comprobar que problemas, al reescribir, los tiene todo el mundo, no importa cuánta experiencia se tenga como escritor.

Por lo general, las dificultades se dan porque los problemas no están bien definidos ni analizados al comenzar a reescribir. Suele ocurrir que el productor dice: «es el segundo acto lo que falla… y se hace una revisión para arreglar el segundo acto. Después, el director dice: «me parece que tenemos un problema con el protagonista… y luego se hace otra revisión para arreglar un problema de una trama secundaria, pero esa revisión echa por tierra la trama principal, por lo que hay que hacer una nueva revisión más para arreglarlo.

Como el guión funciona en su conjunto, los cambios de una parte afectan al resto. Mi trabajo como consultora es identificar y analizar esos problemas antes de la reunión, y trabajar con los creadores para asegurar que todos los problemas se solucionen. He comprobado que reescribir no es un proceso amorfo y misterioso, algo que «puede que funcione, puede que no… Existen elementos específicos que convierten un guión bueno en excelente, elementos que pueden ser analizados a conciencia, y mejorados.

Naturalmente, como cada guión es único, los problemas de cada guión son distintos. No hay libro que pueda indicar punto por punto cómo crear el guión perfecto. El proceso creativo no es un proceso de «pintar por la línea de puntos». Este libro, desde luego, no está escrito para proporcionar reglas simples y fórmulas que se apliquen de modo automático.

Sin embargo, en mi experiencia profesional, he visto muchos problemas comunes que se repiten una y otra vez. Problemas en la exposición, problemas con el impulso, problemas con una idea que no está suficientemente desarrollada, problemas al crear personajes con volumen. Son problemas que pueden suponer la diferencia entre vender un guión o recibir otra carta de rechazo, entre el éxito comercial o el fracaso en la taquilla.

Para entender cómo se han resuelto estos problemas en guiones excelentes, he estudiado algunas de las películas más reconocidas y gratificantes: Lo que el viento se llevó, La Reina de África, Tootsie, Único Testigo, Tiburón, Regreso al futuro, Tras el corazón verde y La guerra de las galaxias. Todas estas han respondido muy bien en taquilla y han recogido elogios de la crítica. Mencionaré, con menos profundidad, otras cuatro películas: Cocoon, Pasaje a la India, En un lugar del corazón y Cazafantasmas. Si no has tenido ocasión de verlas, te aconsejo que las alquiles en vídeo. Convendrá que te familiarices con ellas porque cada capítulo trata, con cierta profundidad, diversos elementos suyos. Además, así, de paso que descubres por qué funcionan o no esas películas, pasarás un rato estupendo.

Pienso que reescribir bien debe traducirse en películas que entretengan, que tengan algo que decir, y que posean gran calidad. Mucha gente ha escrito buenos guiones. Este libro pretende enseñar cómo convertir un guión bueno en excelente.