ACTUALIZACIÓN DE LOS HECHOS
CON motivo de la publicación de la vigesimoséptima edición en lengua italiana, considero necesario añadir algunos datos informativos sobre el desarrollo de los hechos que siguieron a la publicación de «EL MAS ALLA EXISTE».
I. La Fundación Andrea Sardos Albertini
En su día, renuncié a los derechos de autor de «El MAS ALLA EXISTE» y de las otras dos obras que publiqué posteriormente, tanto a los de las versiones italianas como a los de las extranjeras. Gracias a ellos, y con aportaciones personales que efectué más tarde, creé la «Fundación Andrea Sardos Albertini», con el fin de difundir los mensajes de mi hijo y de estudiar si en los hechos considerados paranormales que se verifican en la realidad, inexplicables por medio de fuerzas físicas o psíquicas de carácter terrestre, existen elementos que puedan ser considerados prueba o indicio de la existencia del más allá.
Esta Fundación ha publicado un volumen titulado «PROVE E INDIZI DELL’AL DI LA’» -Ediciones Rizzoli- («Pruebas e indicios del Más Allá»), en el que se estudia el problema. Con este fin, el contenido del libro «EL MAS ALLA EXISTE» ha sido sometido a un examen crítico, tanto por mi parte como por la de doce acreditados estudiosos, entre los que se encuentran nueve preeminentes sacerdotes y tres conocidos laicos. En el ámbito de sus actividades, esta Fundación, con domicilio en la calle XXX Ottobre, 4, 34122 Trieste, ha creado una revista llamada «Amigos de Andrea» que se manda gratuitamente a todo aquel que lo solicita.
II. Los extraordinarios resultados religiosos del libro
Hay que señalar un hecho extremadamente relevante sucedido tras la publicación de «EL MAS ALLA EXISTE». Me refiero a los excepcionales, imprevisibles y, en cierto sentido, humanamente inexplicables resultados espirituales y religiosos que se han derivado de dicha publicación.
Numerosísimas personas, mas de siete mil, me han escrito, de forma muy afectuosa y a menudo incluso conmovedora, para agradecerme que haya publicado el libro gracias al cual han obtenido grandes beneficios espirituales.
En síntesis, el fenómeno tiene las siguientes características:
Numerosísimas personas de ambos sexos y de todas las edades y niveles culturales, después de haber leído el mensaje de Andrea:
a) De ateos convencidos y a menudo militantes se han convertido en creyentes fervientes y activos practicantes.
b) Han pasado de una condición de Fe y de práctica religiosa puramente formal y superficial a un reforzamiento concreto y decidido de la Fe, con asidua práctica de la vida sacramental y religiosa tras decenios de ausencia.
c) Han cambiado completamente su comportamiento frente a la vida y los valores espirituales y materiales de la misma, presidida hoy por el sentido cristiano y superando incluso situaciones de odios y rencores profundos que se han transformado en relaciones de sincera y fraternal amistad.
d) Han vencido situaciones de desesperación, en algunos casos incluso al límite del suicidio, aceptando, con espíritu cristiano, la voluntad de Dios y llegando incluso a agradecer a Este las pruebas sufridas.
Otro aspecto fundamental de estos resultados positivos es el hecho de que gran parte de las personas que han leído el libro han sentido la necesidad espiritual de divulgarlo, dándolo a conocer al mayor número posible de personas, aconsejándolo, regalándolo, tomando iniciativas para su difusión, con el ánimo de proporcionar al prójimo el mismo beneficio espiritual que ellos obtuvieron.
Con este espíritu, hay personas que han adquirido cien, doscientos o más ejemplares para regalarlos a quien podía obtener de él provecho espiritual. Por ejemplo, el comandante de un Batallón de Tiradores adquirió mil copias y las regaló en Navidad a todos sus soldados, suboficiales y oficiales.
Es evidente que estos sentimientos, provocados, sin ninguna duda, por los mensajes de Andrea, son la genuina expresión del verdadero amor al prójimo, que no consiste, simplemente, en dar un plato de sopa al necesitado, cosa que puede hacer prácticamente cualquier entidad asistencial y que no resuelve el problema de fondo, sino de hacer que Dios llegue al corazón de los hombres. Es decir, darles la verdadera felicidad, incluso terrenal, independientemente de las vicisitudes personales y de las condiciones materiales de vida, como demuestra ampliamente la experiencia.
Obra, esencialmente, de los propios lectores, en el marco del espíritu antes mencionado, y sin ningún tipo de publicidad por mi parte o por la del editor, el libro ha obtenido una difusión extraordinaria, no sólo en Italia (veintiséis ediciones y más de ciento cincuenta mil ejemplares vendidos), sino también en el extranjero, en todos los continentes.
Siempre a iniciativa de los lectores, ha sido traducido, editado y distribuido en Brasil, Checoslovaquia, Suecia, Francia y países francófonos.
Otros lectores han asumido, voluntariamente, el trabajo de hacerme llegar la traducción realizada espontáneamente por ellos mismos, en inglés, español, alemán y croata, al objeto de poder disponer de ellas en el caso de que alguna editorial deseara editarlo y distribuirlo en cualquiera de estas lenguas.
También han sido muy numerosas las iniciativas llevadas a cabo por lectores que, con el fin de difundir el libro, han promovido conferencias y entrevistas, incluso en televisión, en distintas ciudades de Italia y del extranjero.
He considerado necesario destacar este aspecto de los resultados de «EL MAS ALLA EXISTE» puesto que, repetidamente, el Evangelio enseña que los buenos frutos demuestran la bondad del árbol, como se lee, por ejemplo, en el de Mateo (VII, 15-20): «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros disfrazados de oveja pero que por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Dan quizás uvas los cardos o higos los zarzales? Todo árbol bueno da buenos frutos y todo árbol malo da malos frutos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buenos frutos es cortado y arrojado al fuego. Así pues, por sus frutos los conoceréis».
Con este espíritu y por este motivo publiqué, en Enero de 1988, el libro «DALL’ALDILA’ LA FEDE» -Ediciones Rizzoli-, («Del Más Allá, la Fe»), en el que exponía y documentaba estos resultados mediante ejemplos.
Hay que señalar, que estos resultados siguen produciéndose ininterrumpidamente, es más, a un ritmo creciente y que cada vez se amplía y extiende más el fenómeno que hace que sean innumerables las personas que consideran a Andrea un santo, al que se dirigen pidiéndole gracias que afirman, frecuentemente, haber recibido, a veces en forma de verdaderos y auténticos milagros.
Son muchas las personas que solicitan que se inicie un proceso de canonización de Andrea.
III. Extraordinarias «señales» al padre y a terceros
Creo también necesario referir el desarrollo de la situación tras la publicación de «EL MAS ALLA EXISTE».
Ya en el citado libro explicaba como, en la época en que me hallaba aún indeciso sobre si debía dar testimonio de los mensajes que recibía, había hecho a mi hijo la objeción de que, si lo llevaba a cabo, existiría el peligro de que se dirigieran a médiums más personas de las que ya lo hacían, lo cual conllevaba la posibilidad de daños materiales y, peor aún, espirituales, por lo que le pedía las indicaciones oportunas.
El me respondió haciéndome notar que no había que recurrir nunca a médiums que actuasen con ánimo de lucro ni hacer preguntas banales, pero que por ser muy difícil para nosotros los vivos distinguir a los verdaderos médiums, la Luz Infinita permitía, en ocasiones, que se dieran «señales» como las que él nos había dado.
Posteriormente, precisó explícitamente que me había dado las «señales» de la mancha roja en el periódico «II Giornale» y de las fotografías «no reales» del rio Po, y que yo, no obstante, seguí obstinándome en no escucharle.
Hago notar que con la expresión «señales» me refiero a hechos completamente extraordinarios e imprevisibles, absolutamente inexplicables por causas físicas o psíquicas de carácter terrenal y del todo ajenos a la intervención e incluso presencia del médium, por lo que podemos formular la hipótesis de que constituyen pruebas e indicios de la existencia del Más Allá.
Debo añadir que, posteriormente, he sabido que algunos teólogos definen como «sello divino» las señales que pueden producirse en relación a ciertos hechos paranormales, cuando en realidad se trata de hechos de naturaleza preternatural.
Si, como decían los antiguos romanos, es lícito comparar las cosas pequeñas con las grandes, me permito recordar, a título de ejemplo, que el conocido teólogo Padre Oscar Gonzalez-Quevedo S.J. indica, como «sello divino» (es decir, como hechos absolutamente inexplicables con fuerzas terrestres físicas o psíquicas) y como confirmación del carácter preternatural de las apariciones de Fátima, el hecho de que centenares de millares de personas de todas las edades, condiciones sociales y niveles culturales, vieran rotar el sol (hecho ciertamente no natural), y como «sello divino» en el caso de las apariciones de Lourdes, los numerosos hechos extraordinarios que las acompañaron y siguieron, como, por ejemplo, el imprevisto crecimiento de 15 cm. de una pierna y muchos otros hechos inexplicables naturalmente.
Dicho esto, considero que debo explicar que, en el caso de Andrea, se produjeron, efectivamente, hechos extraordinarios con las mencionadas características de «señales» no explicables por fuerzas físicas o psíquicas de carácter terrestre, como se ha referido en el curso de los hechos transcritos en el libro «EL MAS ALLA EXISTE», pero también durante la redacción de «DALL’ALDILA’ LA FEDE», según relato en el mismo libro. Estos hechos se han comprobado, así como los producidos cuando estábamos procediendo a la realización de la casete «ANDREA Y LA LUZ INFINITA», durante el despacho de la correspondencia de los lectores, o a lo largo de la preparación del libro «PROVE EINDIZI DELL’ ALDILA’»
Se ha comprobado también que, durante la redacción de «DALL’ALDILA’ LA FEDE», «señales» de este tipo se produjeron, también, con terceras personas lectoras del libro, hecho del que di cuenta en el mismo.
Dichas señales han seguido y siguen manifestándose aún a lectores de «EL MAS ALLA EXISTE». Normalmente, se trata de manchas de color rojo (definidas por Andrea: «rojas como la sangre que derramé» y que explica como «señales» de su presencia para demostrar la existencia del Más Allá), aunque en ocasiones dichas señales han sido de distinta naturaleza (como perfume o su firma).
Debo señalar, que tras la publicación del libro «EL MAS
ALLA EXISTE» los mensajes de Andrea a través de la Sra. Anita prácticamente cesaron, como explico en el libro «DALL’ ALDILA’ LA FEDE». Lo cual me pareció necesario y muy justo, ya que si el fenómeno hubiera continuado habría dejado de ser un hecho extraordinario, como fue, con el particular objetivo de hacerme escribir un libro testimonio, y se habría transformado en una especie de centralita telefónica de comunicaciones con el Más Allá, cosa claramente inadmisible.
De todos modos, a través de distintas personas han seguido llegándome, esporádicamente, mensajes pertenecientes a Andrea, con frecuencia de aliento u orientativos en mi actividad de «peón».
Sin embargo, como ya digo en el libro «DALL’ALDILA’ LA FEDE», estaba y estoy convencido de que, al menos parte de ellos, pueden ser expresión del inconsciente de quien los recibe. Sea como fuere, ni estaba ni estoy en posición de emitir juicios.
He considerado justo abstenerme de realizar ulteriores preguntas creyendo necesario evitar investigaciones sobre el Más Allá, como ya menciono en el citado libro.
No obstante, confrontado a repetidas manifestaciones de hechos que parecían ser «señales» de Andrea y en mi condición de instrumento, consideré mi deber preguntarle si éstas procedían de él, si eran señales suyas, formulándole una pregunta concreta.
De este modo he obtenido respuestas en su mayoría positivas, salvo en casos excepcionales en los que éstas han sido negativas.
Todo ello se comenta en el libro «PROVE E INDIZI DELL’AL DI LA’», en el que se exponen una cincuentena de ejemplos con su correspondiente documentación fotográfica.
Con posterioridad a la publicación de este libro se produjo un hecho muy importante que considero necesario dar a conocer.
Había notado que en las respuestas en las que confirmaba que las «señales» provenían de él, Andrea añadía casi siempre circunstancias o informaciones relativas a las condiciones personales, familiares o psicológicas de la persona que había recibido la «señal» o de sus familiares, o incluso relacionadas con el motivo por el que la «señal» había sido concedida, las cuales yo ignoraba por completo y, con mayor razón aún, totalmente desconocidas para la persona que había recibido la respuesta.
Por ello, consideré oportuno recabar información de las partes interesadas, a fin de averiguar si tales circunstancias correspondían a la verdad.
Lo más extraordinario ha sido la comprobación de que correspondían totalmente a la realidad y que, en ocasiones, habían incluso pasado desapercibidas a la persona interesada, que se apercibía de las mismas sólo tras la lectura de los mensajes. A veces, se ha tratado incluso de hechos o situaciones preanunciadas y que más tarde, efectivamente, se han producido.
Creo necesario llamar la atención sobre la gran importancia de esta circunstancia, por cuanto demuestra que las respuestas proceden de una «mente» que se encuentra en situación de conocer hechos del todo desconocidos por quien ha realizado la pregunta, por quien ha recibido la respuesta y, a veces, también por la persona interesada, o que ni siquiera han ocurrido aún. Lo cual es humanamente inexplicable. También hay que remarcar que estas informaciones suplementarias en relación al objeto de la pregunta justifican la opinión de que son proporcionadas a fin de dar prueba del carácter preternatural de las respuestas.
Para ilustrar mejor y más concretamente este fenómeno, dado que no ha sido mencionado en ninguno de los libros publicados hasta la fecha, considero oportuno citar algunos casos a título de ejemplo:
a) Habiendo preguntado a Andrea si eran «señal» suya ciertas manchas de color rojo sangre de procedencia inexplicable que habían aparecido sobre un delantal de la Sra. B.R. de Cuneo (N. 5690 del protocolo), la cual, tras haber leído el libro «EL MAS ALLA EXISTE», estaba rezándole con fervor rogándole que la ayudara, obtuve la siguiente respuesta:
«Cierto papá. La ayuda pedida por la Sra. B. era de otro género, pero su oración ha despertado en mi el interés por personas que tienen problemas como el suyo y he querido darle una «señal». Estoy contigo. Tu hijo Andrea».
Al remitir esta respuesta a la Sra. B., le rogué me dijera si era cierta la afirmación de Andrea de que la ayuda que ella solicitaba era de otro género.
He aquí la respuesta, sumamente significativa:
«He recibido su carta del 23/7/92, en la que me adjuntaba la conversación habida entre Andrea y la Sra. de Turín. Quedé muy impresionada porque lo que dice Andrea es cierto. Mi problema más importante, efectivamente, es de género muy distinto. A pesar de que yo le pedí ayuda para otras dificultades, él advirtió que mi problema más grave no era el que yo le mencionaba en mi precedente carta, sino otro».
b) Tras preguntar a Andrea si se trataba de una «señal» suya la gran mancha color sangre inexplicablemente aparecida sobre cinco folios blancos colocados verticalmente en un portapapeles de la Sra. L.T. de Chieti (N. 5514 del citado protocolo), y las manchitas, también de color rojo, encontradas por la misma en el bolsillo del pantalón de su marido, obtuve, a la primera pregunta, la siguiente respuesta:
«Cierto papá, ya te he dicho que mi forma de comunicar con vosotros más habitual es ésta. La Sra. L. debe creer más y no lamentarse siempre. Estoy contigo Andrea».
La respuesta a la segunda pregunta fue:
«Las manchas del pantalón ciertamente no son una señal mía. El marido de la Sra. L. ha pedido interiormente a Dios en más de una ocasión que si existe verdaderamente le dé una señal, porque frecuentemente se debate entre dudas e incertidumbres. La salvación le llegará cuando la Luz Infinita crea oportuno abrirle los ojos. Estoy contigo Andrea».
Ante mi solicitud de aclaración respecto a las circunstancias indicadas en tal respuesta, la Sra. L. me escribió en los siguientes términos:
«Andrea afirma: «La Sra. L. debe creer más y no lamentarse siempre». No había dado importancia a este rasgo de mi carácter. Pregunté a mi marido que opinaba al respecto y me respondió que era ciertísimo. Ahora también yo puedo confirmarlo porque frecuentemente me digo a mi misma: «¡Ya me estoy quejando. Cuanta razón tiene Andrea!» Pero casi seguro que su hijo se refiere a mi insatisfacción por el periodo de crisis que estamos pasando (me he visto obligada a vender un apartamento, al que deseaba irme a vivir, para hacer frente a las deudas) y tantas otras cosas. Referente a las palabras «debe creer más» significan que debo tener más confianza en la Providencia, especialmente yo que he tenido del Señor un testimonio tan bello.
También son ciertas las afirmaciones de Andrea respecto al estado de ánimo de mi marido, que él mismo me ha confirmado por completo».
c) Habiendo preguntado a Andrea si eran una señal suya las manchas rojas, inexplicables por causas materiales, que habían sido imprevisiblemente encontradas, al borde de una carpeta de su despacho, por el Sr. S. D. de Mezzo Lombardo (Milán) (N. 5780 del citado protocolo), que, tras haber leído el libro ‘EL MAS ALLA EXISTE», rogaba pidiendo una señal, la respuesta fue la siguiente:
«Ciertamente querido papá. Las pruebas que las personas piden son tantas. Es muy difícil para mi satisfacer a todos, por eso busco a las personas que tienen necesidades espirituales y después ayudo la física».
Estoy junto a ti. Tu hijo Andrea».
Al transmitir mi respuesta al Sr. S. D. añadí: «Debo confesarle que para mi esta respuesta no es nada clara. No comprendo a que se refiere cuando dice que ayuda a la física, hasta el punto que temo que no haya algún error de transcripción en el texto manuscrito que me ha llegado».
El Sr. S. D. en su carta del 28/8/92 contesta de la siguiente forma:
«Y ahora, intentaré aclararle la respuesta dada por Andrea referente a la ayuda física. En ocasiones, puedo transmitir energía cósmica, a través de mis manos, a algunas personas que sufren físicamente. Ello, gracias a un curso que hice hace aproximadamente unos dos años. Durante estos tratamientos yo invoco a la Luz Infinita y también la ayuda de Andrea a fin de poder aliviar a estos hermanos. En consecuencia, creo que la explicación que Ud. me pide debe ser ésta. En lo referente a la necesidad espiritual, la respuesta de Andrea es exacta.»
d) Habiendo preguntado a Andrea si eran una «señal» suya las manchas rojas, no explicables de ningún modo por causas naturales, aparecidas en algunas ropas de la Señorita S. C. de Ascoli Piceno (N. 5727 del mismo protocolo) y que ella le atribuía, dada la gran devoción que sentía por él, la respuesta fue la siguiente:
«Cierto querido papá. Ella ha estado muy mal y me ha pedido ayuda. Las manchas como tu sabes son una señal mía. Estoy contigo Andrea».
Al tener conocimiento de tal respuesta, la Srta. S.C. me escribió en los siguientes términos:
«A mi Ricardo se lo ha llevado la Luz Infinita el 11/11/91, como consecuencia de un accidente de carretera y mientras se encontraba entre mis brazos. Yo he sido la última en verlo. Estaba allí, en el suelo, con él. Me solidaricé con su hermana y padres en todo cuanto me fue posible. Su partida hacia el viaje eterno está ligada a mi. Se ha ido y se ha llevado, además de todos nuestros proyectos, una gran parte de mi. Fue así como me encontré sola, inmensamente sola. En un mes adelgacé diez quilos, me convertí en anoréxica y además de la voluntad de comer perdí también la de vivir. En mi decimoctavo cumpleaños expresé un único deseo, el de morir. Es un pecado, lo sé, pero es la verdad. He sufrido una fuerte depresión y, posiblemente, si no hubiese tenido, gracias a usted, una pequeña luz de esperanza, habría muerto poco a poco y quizás no habría sido acogida por la Luz Infinita. Lo que dice su hijo es cierto, no podría ser de otra forma, he estado mal y él me ha comprendido desde lo alto y me ha ayudado. ¡Tenía realmente necesidad de una ayuda Divina! Me dirigí a Andrea porque en un determinado momento comprendí que únicamente él podía hacer algo por mi y por mi Ricardo. Ahora estoy mejor (¡gracias!) y, sobre todo, me he vuelto a acercar a Dios. En efecto, me había alejado por completo de la Iglesia. Ha sido, pues, así como, gracias a Ud. y a su hijo, he vuelto a encontrar todo aquello que es importante en esta vida y quizás también aquella despreocupación sin la cual a un joven le es imposible vivir. Efectivamente, ¿cómo podría hoy no amar a Dios y a la vida, hoy que sé que el Más Allá existe? Es el día más importante de mi vida y este día me lo ha regalado su hijo.
Ahora puedo afirmar que soy amiga de Andrea. ¡Dios mío, que alegría tan grande. Me explota el corazón!»
e) Tras haber preguntado a Andrea si era una «señal» suya la gran mancha de color sangre, absolutamente inexplicable por causas naturales, aparecida en dos hojitas de apuntes que el señor N. D. L. de Brescia había colocado en un portalápices, obtuve la siguiente respuesta:
«Querido papá, el señor N. ha estado rodeado de hechos que lo han alejado de la verdad pero mi labor con él ha sido fácil porque en lo más hondo de sí mismo era creyente. Si papá ha sido una señal mía. Estoy contigo. Tu hijo Andrea».
Al igual que en los demás casos, al transmitir la respuesta al interesado le pregunté si lo que decía Andrea respecto de él correspondía a la realidad.
He aquí la respuesta del Sr. N. D. L., llegada por carta el 25/8/92:
«La respuesta de Andrea es más que exacta, ya que, muchas veces, en aquel periodo de desconcierto había confesado a mi mujer que no conseguía creer en nada. ¡Creía en un Dios que estaba por encima de toda realidad! Y, además, rodeado de un sin fin de compañeros ateos, lo veía todo desde un punto de vista (personal) que me alejaba claramente de El. Andrea dice que, en mi fuero interno, yo era creyente. Tiene toda la razón.
He vuelto al seno de la Iglesia y soy practicante, gracias a su hijo.»
f) Tras preguntar a Andrea si era una «seña?» suya el intensísimo perfume percibido diversas veces por la Sra. L. B. de Piovene (N. 6053 del mismo protocolo), no explicable por causas naturales, y la ligera brisa que le había acariciado el pelo y rozado el cuello sin explicación lógica posible, la respuesta obtenida fue la siguiente:
«Si papá, su hijo está siempre a su lado. Es una señora muy sensitiva. Las cosas que ella siente son reales. Su fuerza nos da fuerza a nosotros. Estamos siempre con ella».
La citada señora no tenía la más mínima idea de que poseía dotes de médium.
Tras esta respuesta intentó, por vía mediúmnica, ponerse en contacto con su propio hijo muerto y obtuvo resultados tan extraordinarios que, habiendo sido verificados por varios sacerdotes, han sido objeto de un libro titulado: «Dios no quita sino que da la vida», escrito por un monseñor al cual conocí.
g) Habiendo preguntado a Andrea si era una «señal» suya la mancha roja, completamente inexplicable por causas naturales, aparecida sobre unos recortes de periódico que el Sr. M. M. de Correggio (N. 5744 del protocolo) tenía en un libro que estaba leyendo, obtuvimos la siguiente respuesta:
«Cierto papá. Le he querido dar una señal mía de aprobación respecto a lo que está haciendo. Es muy bonito. Le estoy agradecido. Las cosas que hace y dice son buenas. Estoy a tu lado. Tu hijo Andrea».
Realmente, la alusión contenida en la respuesta, que afirma que «las cosas que hace y dice son buenas», no tenía nada que ver con la pregunta planteada. Pero tras recibir la citada respuesta, en la misma fecha me llegó una carta del Sr. M. M. en la que a lo largo de tres páginas exponía detalladamente cuanto hacía para colaborar en la misión de Andrea, explicando minuciosamente como abordaba a las personas, como sacaba el tema de Andrea y como se comportaba según las primeras reacciones. Acompañaba tales planteamientos con diversas consideraciones y citaciones de carácter psicológico. Finalmente, pedía mi opinión sobre si aquello que hacía y decía para colaborar en la misión de Andrea era correcto.
Es realmente sintomático y significativo que en la mencionada comunicación de Andrea diera justamente esta precisa respuesta a tal pregunta, tanto que no pude hacer otra cosa, al responderle, que ceñirme al juicio expresado por el propio Andrea de manera tan extraordinaria.
h) Cuestionado Andrea respecto a si era o no una «señal» suya la firma con su nombre y apellido que la Sra. N. T. de Brescia (N. 5757 del citado protocolo) había encontrado sobre un folio blanco que tenía en el libro, la respuesta fue:
«Querido papá, las pruebas que la Luz Infinita me permite daros son muchas. PREGUNTA A LA SEÑORA COMO LO HA HECHO PARA ENCONTRAR MI FIRMA. ELLA HA ESTADO EN CONTACTO CONMIGO. Estoy contigo Andrea».
Al remitir a la persona interesada esta respuesta le rogué que explicara lo que quería decir: «como lo ha hecho para encontrar mi firma», además de pedirle que aclarara el significado de la afirmación de que ella estaba en «contacto» con él.
En su respuesta, la Sra. N. T. informaba que había conseguido ponerse en contacto con Andrea por medio de la escritura automática y a través de su propia madre.
Además escribía:
«Respecto a su pregunta sobre como encontré la firma de Andrea no sabía que añadir a lo que le había mencionado. Por ello, he preguntado a Andrea, directamente, a que se refería y me ha recordado un hecho QUE ES CIERTO».
El mensaje de Andrea referente a la citada pregunta decía textualmente:
«Si, te he hecho mi firma, pero tu no has dicho donde la has encontrado. No estaba en el libro, sino en tus hojas de borrador cuando estabas probando. Si, te has equivocado. La colocaste en mi libro después. Y esto probaba que quien escribía con la señora de Turín era Andrea quien escribía contigo y mi padre habría entendido».
A modo de confirmación la señora N.T. añadía:
«Yo estaba convencida de haber encontrado el folio firmado en el libro de Andrea, pero fue tanta la sorpresa y agitación que me produjo tal hallazgo que me confundí. Cuando Andrea me ha contestado, al reflexionar, he pensado que tenía razón. Cuando encontré el folio estaba probando de recibir algún mensaje a través de la escritura automática porque deseaba ponerme en contacto con él y, entre todos estos folios garabateados con signos temblorosos que yo esperaba poder leer, había uno, limpio, con una firma en su parte superior. Me quedé de piedra y, tras haberme preguntado donde había visto anteriormente esta firma, doblé el folio, metiéndolo en el libro en el que aún sigue. Es por esto que, con el aturdimiento, pensé haberlo encontrado en el libro».
Quiero llamar la atención sobre la importancia de estas precisiones e informaciones, por el hecho de que no sólo eran ignoradas por mi y por la médium sino que incluso la parte interesada las había olvidado.
Considero importante y mi deber exponer que ha sido sometida a examen la firma de Andrea recibida por la Sra. N. T., comparándola con su firma autógrafa extendida en el carnet de conducir, llegándose a la conclusión de que en la recibida por la Sra. N. T. había claros elementos de identificación. El hecho es tanto más significativo aún si tenemos en cuenta que la citada Sra. N. T. ignoraba completamente las características de la firma de Andrea, no habiendo tenido nunca la más mínima ocasión de verla.
IV. Acogida de los sacerdotes al libro
Considero que, finalmente, debo mencionar la acogida extremadamente favorable que numerosos sacerdotes o entidades católicas han otorgado al libro «EL MAS ALLA EXISTE».
Señalo que, ya antes de decidirme a publicar dicho libro, conté con la ayuda y colaboración de cualificados sacerdotes, quienes me apoyaron y animaron en la fase de recepción de los mensajes y de preparación del libro.
Quiero añadir también que, cuando tras casi dos años de incertidumbre me decidí a escribir el libro con los mensajes de mi hijo, como él deseaba que hiciera, solicité una nueva opinión, la del prestigioso Rvdo. Padre Andrea Resch, Director de la Cátedra de Estudios Paranormales de la Universidad Pontificia de Letrán, a quien remití el borrador del libro y todo el material de los mensajes recibidos. El Padre Resch me dio una opinión totalmente positiva y alentadora sobre el interés de la materia a publicar.
Para obtener otra confirmación, pedí también la opinión de uno de los más acreditados exponentes culturales católicos italianos e internacionales, el Padre Pasquale Magni, ex-superior de la Congregación de San Pablo, quien no sólo aprobó la publicación, sino que, además, se ofreció espontáneamente para realizar el prólogo del libro, como efectivamente hizo.
El propio Padre Magni se encargó también de escribir el del segundo libro: «DALL’ALDILA’ LA FEDE».
En dicho libro se transcriben quince páginas con la opinión de numerosos sacerdotes, todas muy favorables.
A éstas hay que añadir los comentarios de nueve prestigiosos sacerdotes que expresan su parecer en el libro «PROVE E INDIZI DELL’ALDILA’», por citar únicamente las opiniones que han sido objeto de publicación.
Creo necesario citar que el libro «EL MAS ALLA EXISTE» ha sido traducido, impreso y publicado en el Brasil por la Editorial Loyola, dirigida por los Jesuitas, y que, asimismo, ha sido traducido al eslovaco y publicado en la antigua Checoslovaquia por un grupo de sacerdotes católicos.
Además, los Misioneros Combonianos de Verona han producido una casete llamada «Andrea y la Luz Infinita - Una experiencia de comunicación con el Más Allá», en la que resumen, en forma de diálogo y con comentarios musicales, el contenido de los dos libros: «EL MAS ALLA EXISTE» y «DELL’ALDI- LA’ LA FEDE’», distribuyéndolos, entre otros, a las más de trescientas Casas de Misiones existentes en los 37 países en los que están establecidos.
Cabe también señalar las críticas extremadamente favorables publicadas por la revista «LETTURE», editada por los Jesuitas de Milán de Piazza San Fedele, en sus números de mayo de 1988 y junio de 1992.
Considero, además, merecedor de ser comentado el hecho de que he sido invitado a presentar el libro en muchas sedes parroquiales e incluso en el Aula Magna del Seminario diocesano de Aversa. Y que, por exigencias prácticas, tuve que hablar, en tres ocasiones, desde el Altar Mayor de la Iglesia.
Muy numerosos son también los casos en que profesores de religión han comentado el libro «EL MAS ALLA EXISTE» durante las horas de clase, aconsejando su lectura a los alumnos, y aquellos en los que también ha sido recomendada por sacerdotes e incluso obispos.
Un lector me contó que tuvo conocimiento del libro en el transcurso de una predicación durante la Santa Misa en la que fue aconsejado por el sacerdote que oficiaba. También sé de un caso en el que el sacerdote tiene siempre el libro en el confesionario para poder usarlo durante su ministerio.
Muchos sacerdotes me han manifestado que consideran a Andrea como un santo, al que imploran gracias.
Un franciscano me llamó desde el convento pidiéndome que implorara a Andrea que le asistiera durante una delicada intervención quirúrgica.
El párroco decano de una gran parroquia de un estado extranjero me comunicó que había colocado permanentemente la fotografía de Andrea bajo el mantel del Altar Mayor, junto a la reliquia del Santo Patrón, y que cada día mantiene encendidas dos velas sobre el altar, una dedicada a Este y otra a Andrea.
Varios sacerdotes, entre los que se encuentra un alto cargo del Vaticano, me han solicitado, en repetidas ocasiones, que exponga el caso de mi hijo a la oficina competente para la causa de los santos, al objeto de que se inicie el proceso para su canonización.
Para finalizar, y a titulo de ejemplo, deseo exponer dos casos significativos.
Primero, deseo transcribir las palabras que me escribió Monseñor Mario Shirza, de Trieste, persona muy docta y acreditada, que realizó profundos estudios sobre lo paranormal incluso en el extranjero:
«Considero que el libro «EL MAS ALLA EXISTE» es de una grandísima trascendencia y que la Iglesia, los párrocos, los catequistas, deberían conocer la existencia e importancia del libro y el valor de su difusión.
Si yo fuera párroco o catequista difundiría gratuitamente el libro a la salida de la Santa Misa y a los alumnos de las escuelas básicas y superiores. Deberían recogerse donaciones entre todos los lectores para la difusión gratuita del libro.
Yo, que en un tiempo había sido ateo, juzgo este libro de tanta importancia que, para mi uso y consumo, lo considero como el «quinto evangelio de la naciente sociedad del dos mil», teniendo presente que Evangelio significa Buena Noticia. Y para la opulenta sociedad del dos mil, como han previsto los estudiosos y la nueva tecnología, será necesaria la Buena Noticia de que el Más Allá existe».
Como conclusión, transcribo la «plegaria privada» dedicada a Andrea compuesta por el obispo de Susa Monseñor Giuseppe Gameri, quien me ha escrito que la recita frecuentemente:
«Oh, Andrea Sardos Albertini,
que, sujeto de milagro a los cinco años,
Transcurriste tu joven vida
con una conducta cristiana
altamente ejemplar y que,
por la trágica muerte,
cumples admirablemente desde el Más Allá tu misión de Fe,
ruega por nosotros, peregrinos aún en este valle de lágrimas
y concédenos la gracia de ser válidos misioneros de verdad,
de justicia, de amor, de alegría y de paz»
FINALIZO SUBRAYANDO QUE TODO CUANTO AQUI RELATO ESTA RIGUROSAMENTE DOCUMENTADO.
Trieste, a 30 de septiembre de 1993
Lino Sardos Albertini