FABIO
Siendo las horas tan pocas
que aquí Teodoro ha de estar,
bien haces, Marcela, en dar
ese descanso a tus ojos.
TEODORO
No te den celos enojos665
que han de pasar tanto mar.
FABIO
En fin ¿te vas?
TEODORO
¿No lo ves?
FABIO
Mi señora viene a verte.
(Sale[n] la CONDESA y DOROTEA y ANARDA.)
DIANA
¿Ya, Teodoro, desta suerte?
TEODORO
Alas quisiera en los pies,670
cuanto más, señora, espuelas.
DIANA
¡Hola! ¿Está esa ropa a punto?
ANARDA
Todo está aprestado y junto.
FABIO
En fin ¿se va?
MARCELA
¿Y tú me celas?
DIANA
Oye aquí aparte.
TEODORO
Aquí estoy675
(Aparte los dos.)
a tu servicio.
DIANA
Teodoro,
tú te partes; yo te adoro.
TEODORO
Por tus crueldades me voy.
DIANA
Soy quien sabes, ¿qué he de hacer?
TEODORO
¿Lloras?
DIANA
No, que me ha caído680
algo en los ojos.
TEODORO
¿Si ha sido
amor?
DIANA
Sí debe de ser,
pero mucho antes cayó
y agora salir querría.
TEODORO
Yo me voy, señora mía;685
yo me voy, el alma no.
Sin ella tengo de ir,
no hago al serviros falta,
porque hermosura tan alta
con almas se ha de servir.690
¿Qué me mandáis? Porque yo
soy vuestro.
DIANA
¡Qué triste día!
TEODORO
Yo me voy, señora mía;
yo me voy, el alma no.
DIANA
¿Lloras?
TEODORO
No, que me ha caído695
algo, como a ti, en los ojos.
DIANA
Deben de ser mis enojos.
TEODORO
Eso debe de haber sido.
DIANA
Mil niñerías te he dado
que en un baúl hallarás.700
Perdona, no pude más.
Si le abrieres, ten cuidado
de decir, como a despojos
de vitoria tan tirana:
«Aquestos puso Dïana705
con lágrimas de sus ojos»
[Aparte ANARDA y DOROTEA.]
ANARDA
Perdidos los dos están.
DOROTEA
¡Qué mal se encubre el amor!
ANARDA
Quedarse fuera mejor.
Manos y prendas se dan.710
DOROTEA
Dïana ha venido a ser
el perro del hortelano.
ANARDA
Tarde le toma la mano.
DOROTEA
O coma o deje comer.
(Sale[n] el CONDE LUDOVICO y CAMILO.)
LUDOVICO
Bien puede el regocijo dar licencia,715
Dïana ilustre, a un hombre de mis años
para entrar desta suerte a visitaros.
DIANA
Señor Conde, ¿qué es esto?
LUDOVICO
¿Pues vós sola
no sabéis lo que sabe toda Nápoles?
Que en un instante que llegó la nueva720
apenas me han dejado por las calles,
ni he podido llegar a ver mi hijo.
DIANA
¿Qué hijo? Que no te entiendo el regocijo.
LUDOVICO
¿Nunca, vuseñoría, de mi historia
ha tenido noticia, y que ha veinte años725
que enviaba un niño a Malta con su tío,
y que le cautivaron las galeras
de Alí Bajá?
DIANA
Sospecho que me han dicho
ese suceso vuestro.
LUDOVICO
Pues el cielo
me ha dado a conocer el hijo mío730
después de mil fortunas que ha pasado.
DIANA
Con justa causa, Conde, me habéis dado
tan buena nueva.
LUDOVICO
Vós, señora mía,
me habéis de dar en cambio de la nueva
el hijo mío que sirviéndoos vive,735
bien descuidado de que soy su padre.
¡Ay, si viviera su difunta madre!
DIANA
¿Vuestro hijo me sirve? ¿Es Fabio acaso?
LUDOVICO
No, señora, no es Fabio, que es Teodoro.
DIANA
¿Teodoro?
LUDOVICO
Sí, señora.
TEODORO
¿Cómo es esto?740
DIANA
Habla, Teodoro, si es tu padre el Conde.
LUDOVICO
¿Luego es aqueste?
TEODORO
Señor Conde, advierta
vuseñoría…
LUDOVICO
No hay qué advertir, hijo,
hijo de mis entrañas, sino solo
el morir en tus brazos.
DIANA
¡Caso estraño!745
ANARDA
¡Ay, señora! ¿Teodoro es caballero
tan principal y de tan alto estado?
TEODORO
Señor, yo estoy sin alma de turbado.
¿Hijo soy vuestro?
LUDOVICO
Cuando no tuviera
tanta seguridad, el verte fuera750
de todas la mayor. ¡Qué parecido
a cuando mozo fui!
TEODORO
Los pies te pido
y te suplico.
LUDOVICO
No me digas nada,
que estoy fuera de mí. ¡Qué gallardía!
Dios te bendiga. ¡Qué real presencia!755
¡Qué bien que te escribió naturaleza
en la cara, Teodoro, la nobleza!
Vamos de aquí; ven luego, luego toma
posesión de mi casa y de mi hacienda;
ven a ver esas puertas coronadas760
de las armas más nobles deste reino.
TEODORO
Señor, yo estaba de partida a España,
y así me importa…
LUDOVICO
¿Cómo a España? ¡Bueno!
España son mis brazos.
DIANA
Yo os suplico,
señor Conde, dejéis aquí a Teodoro765
hasta que se reporte y en buen hábito
vaya a reconoceros como hijo,
que no quiero que salga de mi casa
con aqueste alboroto de la gente.
LUDOVICO
Habláis como quien sois, tan cuerdamente.770
Dejarle siento por un breve instante,
mas porque más rumor no se levante
me iré, rogando a vuestra señoría
que sin mi bien no me anochezca el día.
DIANA
Palabra os doy.
LUDOVICO
Adiós, Teodoro mío.775
TEODORO
Mil veces beso vuestros pies.
LUDOVICO
Camilo,
venga la muerte agora.
CAMILO
¡Qué gallardo
mancebo que es Teodoro!
LUDOVICO
Pensar poco
quiero este bien, por no volverme loco.
(Váyase el CONDE y lleguen todos los criados a TEODORO.)
FABIO
Danos a todos las manos.780
ANARDA
Bien puedes, por gran señor.
DOROTEA
Hacernos debes favor.
MARCELA
Los señores que son llanos
conquistan las voluntades.
Los brazos nos puedes dar.785
DIANA
Apartaos, dadme lugar;
no le digáis necedades.
Deme vuestra señoría
las manos, señor Teodoro.
TEODORO
Agora esos pies adoro790
y sois más señora mía.
DIANA
Salíos todos allá.
Dejadme con él un poco.
MARCELA
¿Qué dices, Fabio?
FABIO
Estoy loco.
DOROTEA
¿Qué te parece?
ANARDA
Que ya795
mi ama no querrá ser
el perro del hortelano.
DOROTEA
¿Comerá ya?
ANARDA
¿Pues no es llano?
DOROTEA
Pues reviente de comer.
(Váyanse los criados.)