Gula
La alabanza a Dios, Señor de los Mundos.
El Clemente, el Misericordioso.
Rey del Día del Juicio.
A ti adoramos y pedimos ayuda
Y el camino recto Para hacer una Azora buena Acerca del pecado de Gula.
—La gula no es pecado —dijo fastidiada la Leona.
—Mami, está entre los Siete Pecados Mortales —dijo el Leoncillo.
—Eso está cambiando —dijo ella—, en el Gran Cambiamento que ha hecho un papa sonriente y gordo, en la religión. Así como ha suprimido el amito, el manípulo y la estola de los prestes, así ha suprimido el pecado de gula de entre los Capitales, siendo él como era un poco comilón; y válgale que no los haya suprimido los otros seis. Pero eso puede venir, progresando el mundo.
—Mami, nosotros somos antiprogresistas y preconciliares. Nosotros estamos todavía en el catecismo viejo.
—Está todo equivocado, y no es razonable. ¿Me van a venir a decir que porque una sea un poco aficionada de más al dulce de leche y al mate amargo Dios la va a mandar de golpe y porrazo al infierno?
—Mami, el padre Amancio dice que el mate amargo no es gula, solamente es vicio; es a lo más guluzmería. Vos todo lo que decimos te lo aplicás a vos, y nosotros ni pensamos en vos.
—Ya sé que no piensan en mí, porque son ingratos, porque ésa es la filiedad de los muchachos de ahora. Pero dejen no más. Yo lo voy a arreglar a ese profesor Pérez Borje, con sus azoras. Lo que deben escribir es contra la mentira. Ése si que es pecado y no macana.
—Mami, la mentira no es pecado; y vos siempre nos estás cargando con la mentira; y vos también, algunas mentirijillas…
—Porque son unos mentirosos de mil diablos. Y para que vean, las mujeres nunca mentimos.
—Bueno mami, ésta es la última fábula; y si al final no te gusta, la incineraremos—:
Había un cadí medinés que comía muchísimo, porque el ALCORÁN dice en la Azora 5 Aleya 90: «Comed de todo». Eso sí, beber no bebía ni gota, porque El Libro en la Azora 2 Aleya 216 dice: «Si os preguntan sobre el vino y el juego del truco (maysir) responded: En ambos hay gran utilidad, pero hay también gran pecado; sobre todo en el vino».
—¿Y de dónde sacaron ustedes eso, quieren decirme?
—Mami, no interrumpas, que no acabamos nunca. El profesor de Historia Media Moderna y Contemporánea nos ha dictado 77 aleyas para que compongamos con ellas una azora.
—Está loco. ¿Es árabe, por si acaso?
—Galleguísimo es y anticlerical y franquista; pero se ha hecho muslim de rabia que les tiene a los judíos. Dice que la religión cristiana es la mejor como dice Mahoma en la Azora 9 Aleya 30, pero no la que predican ahora los curas, sino la que tuvo el Patriarca Abraham, que Mahoma no hizo más que restaurar, corrompida como estaba por judíos y cristianos. Tres meses se ha pasado explicando los árabes; y cuando viene un inspector le recitamos de memoria una lección sobre Ricardo Corazón de León, para disimular.
Borje enseña que Ricardo Corleón se hizo mahometano por amor de su amigo Saladino, y por eso lo echó de Inglaterra su hermano Juan Sintierra.
Este cadí ¿cómo era que se llamaba? Vener ben Walija empezó a engordar por demás, y ya era rechonchito de nacimiento, y como era petizón, se iba haciendo más ancho que largo; y comía hasta cuando estaba oyendo los testigos de un juicio, pues tenía siempre una fuente de chaluzz y otra de emhri alao la mesa. Así que lo echaron de Tribunales.
No fue al principio; a él el cargo de cadí le venía del padre… Fue a raíz de una sentencia a favor de un ricacho que quería divorciarse a la vez de sus cuatro mujeres sin devolver la mitad de la dote, como manda el Libro en la Azora 4, Las mujeres y en la 65, La repudiación; y el tal ricote le había mandado una mula cargada de dátiles y charqui de chancho, prohibido por el Profeta. Empezó a comerse literalmente todos sus ahorros y sus muebles; porque daba a sus amigos comilonas espléndidas. Como los dos imanes de la ciudad lo retaban cada vez que lo topaban —y uno d ellos era bastante dado a la tragonía— y le cobraban multas en la mezquita, se salió de la secta mediní, y se inscribió en la mequí, que es la primera fase de la evolución de Mahoma y no tiene imanes; y después se salió también désta y se adscribió a la jarichí, que ya es herejía, pues no admite más que el pelado texto, como los caraítas judíos, y los protestantes cristianos; y rechaza la Tradición o Sunna y los comentarios o tanaín y la teología o amoraín; y, sobre todo, permite la interpretación libre de todas las aleyas no abrogadas. Porque la Azora 5 Aleya 90 («Comed de todo lo que Dios permite») éste la interpretaba suprimiendo el permite, que decía era abrogado.
—Pero ¿qué demonio de enredos son éstos? —dijo la Leona.
—Mami ¡los apuntes del profesor Borje, que es una biblioteca nacional ambulante!
Bueno, cayó en la última miseria. No le daban empleo ni tampoco tenía gana de trabajar. Quiso emplearse de vigilante; pero tenía el cerebro entorpezado por los vapores.
—Los turcos son buenos —dijo la Leona ahogando un bostezo—, mejores que los judíos. ¿Dónde han visto un judío que trabaje de vigilante? Y yo conozco un turquito que trabaja de chafle.
—Perdió los muebles, perdió las joyas, perdió la casa; y quería seguir dando francachelas; y hasta un pergamino del ALCORÁN completa versión consonántica diacrítica tuvo que entregar a un usurero judío. Un tío que tenía, que era hereje chiís, con esa solidaridad familiar del árabe, lo quiso salvar, y le daba de comer moderadamente; pero cuando éste vio que le tasaba más y más la comida, un día se puso furioso y casi lo mata. Andaba en la compañía de las mujeres hipopotánculas y los varones adefágicos; que no los admiten en las literas colectivas, porque aplastan a todos los viajeros y ocupan lugar de dos; y a veces hasta las mulas protestan. Bueno, no solamente no podía empiparse sino que comenzó a pasar hambre; y hay que ver cómo enflaqueció, que antes decía él no podía enflaquecer con ningún tratamiento.
—Bueno, enflaqueció y se murió —dijo la Leona—. ¿Y ésta es la famosa fábula?
—No mami, recién empieza; y no es fábula, sino un poema del obispo árabe católico Quuss o Quoss que recogió de la trasmisión oral once siglos más tarde el padre Cheikho de San Marón.
Canta el obispo Quoss que nuestro Vener ben Walija desesperado por el hambre y más por el vicio hizo un pacto con el diablo, para lo cual tuvo que salir de la secta jarachí, que no cree en el diablo, y hacerse de la secta persa Mazdú. Los pormenores del pacto no los cuenta el obispo, deben de haber sido los corrientes. El diablo le prometió volverlo a la vieja bonanza, y asegurarle morfe para toda su vida, sin decirle que la de los obesos es corta; con tal que cometiese uno de tres pecados graves, a elección: o matar a su padre, o ultrajar a su madre, o emborracharse. Escogió el más chico, por supuesto. Fue a la taberna del Francés, junto con el diablo que iba a salir garante. Se emborrachó en forma.
Y una vez que estuvo borracho, ultrajó a su madre y mató a su padre.
—Qué horrores —dijo la Leona—. Válgales que lo han leído en un libro de un obispo, y no lo han inventado ustedes; aunque yo no sé por qué diablos los obispos católicos deben ocuparse en hacer poesías. Le voy a contar esta poesía a mi primo el de Flores que es un borrachón perdido y no me paga nunca los dos mil pesos que le presté cuando se casó. ¿Qué se ha creído?