La mujer de 32 años, que se encuentra en busca y captura después de destripar a varias víctimas por todo el país, desconcierta a la policía. Un estudio de todos los descuartizamientos acaecidos en Suecia desde los años sesenta muestra un claro predominio de asesinos pertenecientes a profesiones como carniceros, médicos, cazadores y veterinarios. Según Sten Bergman, profesor en psiquiatría legal, esto se debe, por una parte, a que estos han superado el miedo que la mayoría siente ante un descuartizamiento, por otra, a que reúnen los conocimientos necesarios para llevarlos a cabo. En esto se diferencia la mujer de 32 años de la estadística, según la investigación policial. Nada muestra que haya tenido contacto o experiencia de las profesiones referidas. Pero es necesario algo más, por supuesto, para crear un descuartizador potencial:

Un defecto físico que resulte en una falta de compenetración social y en un fuerte desprecio por otras personas. Otra explicación es una grave enfermedad psíquica. A veces el asesino, por ejemplo, no puede separarse de sus víctimas, lo que parece ser el caso de la mujer de 32 años. Necesitan un trofeo que recuerde al muerto y, en ciertos casos, el mismo acto en sí. Eso significa que creen tener poder sobre la vida y la muerte. Todas las víctimas de la mujer han sido destripadas con ensañamiento. Se diferencia del descuartizamiento pasivo en que este último se realiza para ocultar el crimen y dificultar la investigación. En el caso que nos ocupa no se ha intentado hacer nada por el estilo, al contrario, el único deseo de la mujer parece ser el de ultrajar a sus víctimas. La policía aún guarda silencio sobre qué órganos tiene la mujer...