La policía progresa lentamente en la investigación sobre el asesinato de Jörgen Grundberg, de 51 años, ayer noche en el Grand Hotel. La sospechosa es Sibylla Forsenström, de 32 años, la mujer que Expresen contó que había cenado con el hombre de 51 años la noche del jueves. Se ha emitido una orden de busca y captura. El recepcionista que se encontraba de servicio en el Grand Hôtel la noche del jueves ha informado a la policía que fue el hombre quien reservó la habitación de la mujer, bajo un nombre que resultó ser falso después de comprobarlo. La mujer consiguió burlar el cordón policial el viernes por la mañana, pero abandonó una serie de pruebas antes de huir. Un informador añadió que la mujer había utilizado una peluca y que la olvidó en la habitación del hotel. Además, la policía ha encontrado un maletín que, según la misma fuente, podría contener el arma homicida. La policía no ha querido comentar qué tipo de arma se ha encontrado.

La policía consiguió identificar a Sibylla Forsenström gracias a la ayuda de las huellas dactilares halladas en el maletín. Estas coinciden con las que se encontraron en la llave de la habitación de la víctima, y en la habitación de ella se ha hallado un vaso con las huellas dactilares de la víctima. La mujer es un misterio para la policía. En 1985 desapareció de un hospital del sur de Suecia, donde seguía un tratamiento por problemas psíquicos y

desde entonces no ha estado en contacto con ninguna autoridad municipal o estatal. Se desconoce qué ha sido de ella durante los últimos catorce años. Sus huellas dactilares estaban en el archivo de la policía a causa del robo de un vehículo y conducción ilegal en 1984.

La mujer creció en una familia de clase alta en un pequeño pueblo al este de Småland. No tiene domicilio conocido desde 1985; por eso la policía ha pedido ayuda a aquellos que tengan información sobre su paradero. Al mismo tiempo, la policía desea advertir al público que se teme que la mujer pueda estar desconcertada y ser violenta. En el maletín abandonado se ha encontrado una agenda que está siendo investigada por el psicólogo criminalista de la policía. Las anotaciones sin sentido encontradas en esta confirman, según nuestros datos, el estado de confusión de la mujer. La policía también desea resaltar que la fotografía publicada es de Sibylla Forsenström cuando tenía dieciséis años. El camarero que sirvió a la mujer de 32 años y a la víctima el jueves por la noche describe a la mujer como correcta, bien vestida y de buena apariencia. Este se ha prestado para ayudar al dibujante de la policía a realizar el retrato robot. Todas las observaciones o información relacionadas con la mujer pueden comunicarse a la policía en el número 401 00 40 o en la comisaría de policía más cercana.