Día 17
LA MUERTE A LA PUERTA DE CASA
A la puerta de Lanzarote, a la puerta de la casa que, si la suerte ayudase, tal vez podría llegar a ser su nueva casa. A veinte metros de la costa, en Costa Teguise, cuando seguramente ya intercambiaban unos con otros risas y palabras de alegría por haber conseguido llegar a buen puerto, el rompiente hizo volcar el cayuco. Habían atravesado los cien kilómetros que separan la isla de la costa africana y acabaron muriendo a veinte metros de la salvación. De los más de treinta inmigrantes a quienes la necesidad extrema obligó a enfrentar los peligros del mar, en su mayoría jóvenes y adolescentes, veinticuatro murieron ahogados, entre ellos una mujer embarazada y algunos niños de pocos años. Seis se salvaron gracias al valor y la abnegación de dos surfistas que se lanzaron al agua y los libraron de una muerte que, sin su intervención, habría sido inevitable.
Éste es, con las palabras más simples y directas que he podido encontrar, el cuadro de lo que ha pasado aquí. No sé qué más podría decir. Hoy me faltan las palabras y sobran las emociones. ¿Hasta cuándo?