Para mi marido.

Creo que los hechizos de amor funcionan y que también

existe el «fueron felices y comieron perdices».

Gracias por estar a mi lado durante todos los momentos más

caóticos y desquiciantes. Gracias por ayudarme a

mantenerme medio cuerda, por ser un padre fantástico y,

sobre todo, por preparar la cena. Te quiero.

Y para mis maravillosas, asombrosas y geniales editoras:

Liz Pelletier y Libby Murphy.

Nada de esto habría sucedido sin vosotras.