Capítulo 10

Savous se tumbó de espaldas en la oscuridad de su habitación. El frío no les afectaba, ni la oscuridad pero se pregunta por el hecho de estar despierto en la misma posición durante la mitad del día. Había regresado tarde en la noche de su búsqueda de la fruta galpa. La fruta espinosa, se apilaba en un saco en el suelo cerca de la puerta lista para ser llevada al rhaeja.

Tal vez eso es lo que lo retuvo. Sabía que su próxima tarea sería ver a su padre y completar su castigo, pero su resentimiento y enojo aún no había disminuido lo suficiente para hacer frente a Valanth.

Dreidon le había dicho que Radin estaba con Irin. Se dijo a si mismo que estaba contento. Si alguno de los dos fuera el primero de ella, debería ser realmente Radin. Tenía doscientos ciclos más experiencia que Savous y mayor interés en las damas. Aunque Savous apreciada a las mujeres, había pasado mucho tiempo con su historia y calculando pergaminos para convertirse en un verdadero conocedor como Radin. Irin merecía para su primera vez el mejor.

Eso era lo que Savous se decía.

Un golpe en la puerta lo despertó por fin. Se empujó hacia arriba y cruzó la habitación con facilidad en el terreno negro. ^

"Hola, Trev," saludó al muchacho que esperaba afuera.

"Savous." El chico sonrió. "Radin lo ha mandado a llamar."

"¿Radin? ¿No está con Irin?"

La sonrisa creció. "Sí".

Savous parpadeó. Entonces se echó a reír. "Bueno si necesita ayuda con ella quién soy yo para negarme ¿eh?"

El muchacho se echó a reír con él.

"Oh, Trev. Necesito que me hagas un favor." Se inclinó y recogió la bolsa de fruta. "Entrega esto al rhaeja por mí."

Los ojos del muchacho se ampliaron, pero aceptó el saco con una inclinación de cabeza.

Savous se preguntaba si Valanth dejaría que se saliera con la suya al no entregarle la fruta el mismo, pero empujó el pensamiento fuera de su mente. Tanto él como su padre sabían que el verdadero castigo había sido perderse el concurso de virgen de Irin. Eso había terminado.

Se detuvo mirando la forma en que el muchacho había desaparecido. Se preguntó si debería haberle dicho a Trev no mencionar que iba donde Radin e Irin. Con un suspiro se encogió de hombros. Era demasiado tarde ya.

Alrek lo dejó en la antesala de la suite donde Radin e Irin compartían sus nueve días. El muchacho no pudo contener su sonrisa sabionda. Savous tenía que coincidir preguntándose en que estaba pensando ahora Radin.

Ser el aprendiz de Radin era raramente aburrído.

Savous abrió la puerta. "¿Qué pasa, viejo? ¿Irin es mucho para ti? "Él frunció el ceño cuando cerró la puerta. Irin estaba sentada en el regazo de Radin, escondida fuertemente contra su pecho. Estaban ambos desnudos pero no había nada remotamente sexual en su abrazo. Estaba asustada y él estaba en modo de protección. Hizo que el cuero cabelludo de Savous picara. "¿Qué pasa?"

Radin señaló con la barbilla a él. "Escuda la habitación.

"¿Qué?

"Te lo explicaré después de que escudes la habitación." "¿De qué?"

"De detectar magia."

El quería preguntar pero doscientos ciclos como aprendiz de Radin le habían enseñado ese tono. Raramente usado, siempre era mejor hacer lo que pedía primero y preguntar después. El hechizo era familiar por lo que no le llevo mucho tiempo. Radin lo había preparado al comienzo de su aprendizaje, cada vez que iba a enseñarle a Savous un nuevo hechizo o un giro de su poder. Después de un tiempo Savous había aprendido a establecerlo él mismo para sus sesiones. Señaló el poder y sello las paredes de la misma. "Muy bien. Hecho." Se acercó a la cama. "¿Qué está pasando? Así ¿por qué no lanzas un hechizo de escudo tu mismo?"

"Toda mi concentración esta en escudar a Irin", espetó Radin. "Es un mago y sus poderes se acaban de despertar. No podía correr ningún riesgo."

"¿Ella es qué?" Savous sintió el goteo de poder cuando Radin bajó la guardia.

"Ella es un mago. Por lo menos. Tal vez una hechicera. No puedo decirlo todavía."

"¡No puede serlo! Lo hubiésemos sabido."

Radin negó con la cabeza moviéndose rápidamente tanto Irin como él mismo hacia un lado de la cama para hacer espacio a Savous para sentarse. "Mi mejor conjetura es que su poder fue suprimido junto con su deseo y su periodo."

Irin se asomó para ver Savous por un flequillo, con el rostro

apenas visible detrás del brazo de Radin. Su mirada perdida

rompió el corazón de Savous. Se arrodilló junto a ellos y alargó la mano para

recorrer con suavidad la mano por su cabello, casi rompiendo a llorar cuando

vio por sí mismo la humedad que llenaba sus ojos.

"Él me va a tomar", susurró.

No había necesidad de preguntar a quién se refería. Savous forzó una sonrisa, deliberadamente mal interpretándola. "¿Quién? ¿Radin? ¿No te ha tomado todavía, gatita?"

Ella no respondió a sus burlas. "No. El rhaeja. Si soy un mago..." Se interrumpió con tristeza.

Radin desenrolló un brazo de Irin y usó la mano libre para rozar las lágrimas de sus mejillas. "No pienses en eso ahora, gatita. Vamos a darte algo de control sobre este poder tuyo. Luego, nos ocuparemos de otras cosas." Levantó la mirada hacia Savous. "Necesito que te quedes aquí. Tendrás que asegurarte de que nadie sepa lo que está pasando."

Savous ladeó la cabeza. El dominar su poder podría tardar un tiempo. Dependiendo del estudiante podría tomar días. "Ellos hablaran."

Radin se encogió de hombros. "No se puede evitar. Nuestro único consuelo es que creerán que soy yo. Todo el mundo puede pensar que lo desestime por uno de mis caprichos."

"Estas..." Miró a Irin pero decidió que tenía que preguntar. "¿Estás seguro de que puedes hacer esto? La magia de los humanos podría ser diferente que la nuestra."

Radin respiró ondo. "No tenemos otra opción. Es bastante

similar. Me di cuenta... tarde". Savous escuchó el auto-disgusto

en la voz de su maestro. Radin siendo Radin sin embargo le restó importancia a

favor de la situación actual. "¿Lo puedes sostener?"

Savous lo consideró ahora que sabía la razón por la que Radin lo había llamado. Estudió a Irin consciente de su desnudez, de su belleza, pero trató desesperadamente de ponerlo a un lado. "Dame un momento para establecer el escudo." Él miró a través del cuarto. "Parece que Alrek tiene reservas para un día." Miró a la estatua de tiempo de color rojo de la llama naranja que indicaba que apenas había pasado el amanecer. "¿Tendremos que buscarlo ahora?"

Radin lo considero y luego asintió.

Savous se inclinó sobre la cama y rápidamente desechado sus botas. Antes de levantarse, se inclinó hacia la pareja todavía abrazada. Él sonrió a Irin. "Dame un beso, gatita".

"¿Qué?

"Alrek va a esperar que hayamos empezado algo. Tenemos que hacer que se vea bien."

Radin resopló sonriendo suavemente. "Siempre pensando." Dio un codazo a Irin. "Bésalo, gatita".

Ella se mordió el labio pero se retiró de los brazos de Radin arrodillándose en las pieles. Savous vio el arrastre sobre el aura Radin, vio a su maestro tomar su magia en jaque. Sonriendo para ella, extendió la mano para ahuecar su barbilla. Ella ronroneó. "Qué suerte la mía. Pensé que tendría que esperar por este privilegio."

Ella se sonrojó y una sonrisa jugueteo en sus labios.

Mientras estaba sonriendo él se inclinó y rozó sus labios con los suyos. Respondió de buen grado abriéndose para que su lengua chocara en su boca. Se sumergió en el interior y al instante olvidó su entorno. El sabor de ella era más fino que el vino y más dulce que cualquier postre que había probado en la historia. Gimiendo deslizó una mano hacia arriba a su pelo, asegurando su boca a la suya. Con su mano libre llegó alrededor de las caderas y tiró de ella contra él. En un simple giro de la cintura había llegado a horcajadas entre sus piernas apretada contra él. Sus fuertes brazos alrededor de su cuello, sus dedos tirando de su cabello.

El gemido de Radin lo trajo de vuelta a la realidad. A regañadientes se aparto de los labios de Irin pero no puso lo bastante de sí mismo de fuerza para liberarla. "Lo siento," murmuró sus labios rozando los de ella. Ella trató de seguir adelante pero su mano en el pelo impidió el movimiento. "Radin, yo..."

"Olvídalo. Follala."

Irin se estremeció en sus brazos, un exquisito lloriqueo salió de sus pulmones. Luchó por la razón. "¿Qué?"

"La lujuria es demasiado alta." Savous reconoció el tono profundo de la lujuria de Radin. "Vamos a tener que quitar solo el borde para poder hacer algo."

Savous logró volver la cabeza para hacer frente a su maestro. Irin hizo todo lo posible para distraerlo acariciándolo en la oreja. Los ojos de Radin estaban medio cerrados su mano ya envolviendo alrededor de su polla. Radin le sonrió. "Fóllala."

"Pero..."

No creiste que pasarías días aquí sin ello, ¿verdad?

"No he tenido mucha oportunidad de pensar."

"¡No pienses!" Declaró Irin. Que clavaba sus uñas sobre la piel lisa de los hombros Savous. Apenas escuchó algo de lo que se dijeron entre Radin y Savous solo escucho la parte de fóllala. Sí. Ella luchó por sostener su cabello y consiguió tener un poco más. Encontró su oreja y le chupó duramente el lóbulo. Su cuerpo se estremeció. "Follame" exigió respirando acaloradamente en su oreja.

El gimió torciendo la cabeza hacia atrás para tomar su boca de nuevo. Ella hizo el mismo sonido, se retorcía con entusiasmo en su contra. Le clavo las uñas en sus hombros, sobre los duros músculos de su pecho y el vientre hasta que encontró la pretina del pantalón. Ansiosa, lo empujo abajo, rompiendo algo en su prisa. Lo libero y se aferró a la longitud dura, presionando la cabeza en su vientre. Él contuvo el aliento de su beso mordiéndola en el labio inferior. Ella gimió bombeándolo mientras él con sus dedos agarraba su trasero.

"Fóllame". El mandato era severo. Más tarde lo exploraría se prometió. Ahora solo lo necesitaba en su interior.

Sus fuertes manos la levantaron. Ella posiciono su pene una vez que estuvo lo suficientemente a su altura. Luego las manos de él bruscamente la bajaron.

Gritó, apenas pudo oír el eco del gemido de él. Era dolorosamente bueno. Ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura presionando sus tobillos en la parte baja de su espalda mientras se aferraba a sus hombros. Ese maravilloso y aterrador sentimiento hervía en su vientre, en ese lugar profundo que el mantenía golpeando mientras seguía penetrándola con su polla, cuando la levantaba y la hacía estrellarse contra su espalda hacia abajo varias veces.

"Espera" el murmuró, calmándola con sus manos. Respirando.

"¡No!" Exclamó, meciendo sus caderas. Estaba tan cerca.

"No voy a durar."

"No me importa. ¡Ahora!"

Un gemido agónico arrancó de la garganta de él y abruptamente sus manos ya no estaban. Ciega y desesperada, Irin se hizo cargo. Apoyando sus manos en sus hombros, doblando las rodillas a ambos lados de las caderas indinándose para tener fuerza para elevarse, se levantó y se dejó caer en su regazo. Ella gritó de nuevo tratando de liberar esa tormenta, tratando de provocar eso...

Se puso tensa y explotó.

Fueron preciosos momentos antes de que Irin pudiera abrir los ojos o no respirar tan pesado. Vio dónde estaban ahora las manos de Savous que se

habían ido. Radin estaba arrodillado detrás de su aprendiz, agarrando al

hombre más joven por las muñecas en su espalda. Savous jadeaba ahora con la

espalda apoyada contra el pecho de Radin. Aquellos hermosos y brillantes ojos rojos cerrados y ese pelo miel bañaba su rostro.

Irin se reunió con Radin con una mirada divertida. Una breve preocupación cruzó por su mente. Se supone que esto era después de todo su tiempo juntos y ella despiadadamente se había entregado a Savous sin dudarlo un instante.

Pero la preocupación se desvaneció cuando miro ese rostro divertido. No parecía remotamente molesto. Con ternura le apartó el cabello de la cara a Savous y deslizó la otra mano alrededor para descansar en el pecho del hombre.

"¿Te sientes mejor, gatita?"

Ella sonrió una perezosa y enorme sonrisa. Giró la cintura y sintió el inesperado placer de sentir tan dura todavía la polla de Savous, se movió dentro de ella. "Mucho", le aseguró a Radin colocando su mano debajo de la suya en el pecho y meciéndose contra Savous de nuevo.

Esta vez Savous se arqueó, una mirada cerca del dolor arrugo sus facciones. El mecía sus caderas debajo de ella clavando sus dedos en sus muslos. "¿No se supone que debo estar recibiendo de Alrek alimentos y bebidas?" Gemía con los ojos todavía cerrados.

Radin se rió entre dientes. "Más tarde". El inclinó la cabeza y mordió el lóbulo de la oreja de Savous. Un mechón del pelo de Radin cayó hacia delante sobre el pecho Savous casi ocultando la mano mientras pellizcaba los pezones rasurados de Savous. "¿Tu escudo se mantendrá para la primera lección de Irin?"

Irin quedó sin aliento, deteniendo su ingle fuertemente apretada a la perfección con la de Savous. "¿Ahora?"

Savous la miro y se echó a reír. ¿O fue un gemido? "Radin casi siempre enseña a través del sexo."

Radin la miró desde debajo de sus pestañas blancas como la nieve. "Hace que sea mucho más agradable de esa manera."

Ella los miro con la boca abierta, entonces se echó a reír. "Todo lo que han dicho de ustedes es cierto, ¿no?" "Tal vez." El toco los labios sobre los de su aprendiz. "¿Savous?" "Sí. El escudo se mantendrá."

Radin jugó con la punta de su lengua sobre el oído de Savous.

"¿La mantendrás?"

Savous gimió cuando Irin se levantó y se hundió en su pene. "No, si ella sigue haciendo eso".

Radin se rió entre dientes. "Trata de mantenerla durante un tiempo." Levantó la mano ahuecando la barbilla de Irin encontrando su mirada con la de ella. "Fóllalo lento, gatita. Siéntelo dentro de ti. Es cómodo. Es seguro, ¿no?"

Ella gimió cerrando los ojos sintiendo cuando comenzó a montarlo de nuevo. "No es precisamente cómodo."

Se echó a reír. "¿Pero es bueno, no?" "Oh, sí".

"El está rodeado por ti."

"Mmmm."

"Savous date la vuelta y ponla entre nosotros."

Savous llegó a tirar de ella contra su pecho. Sosteniéndola le dio la vuelta sin perder nunca su lugar en lo profundo de su coño. Los dos hombres rápidamente la tenían entre ellos. Su espalda estaba amortiguada por los músculos del pecho duro de Radin y el vientre, su polla dura contra la parte baja de la espalda. Savous cogió sus muslos y los puso a alrededor de la cintura, inclinándose para que pudiera rozar su cuello incluso cuando se deslizaba dentro y fuera de su coño.

"Ahora" continuó Radin con voz tranquila, como si Savous no fuese suficiente distracción. "Estás rodeada por nosotros".

Radin besó su frente y sus labios sobre su oreja. "¿Te sientes segura?"

"Y... ¡Oh! Sí".

"Bien. Concéntrate en ello. Memorízalo. Decide cómo se siente, y sostenlo en tu mente."

"¿Concentrarme?"

Él se rió entre dientes. "Sí. Concéntrate. Es muy fácil. ¿Realmente puedes pensar en otra cosa que no sea estar rodeada por nosotros?"

A decir verdad, no. Así que hizo lo que pidió. Memorizo el calor, la presión de los cuerpos. Se retorció en Savous tratando de acelerar pero parecía estar en sintonía con la voz calmada de Radin que se mantenía lento y pausado.

"Eso es, gatita. Ahora debes ir a ese lugar en el que hablas mente a mente conmigo como antes". Ve

Savous quedó sin aliento. "¿Mente a mente?"

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Radin lo ignoro. "¿Puede volver allí, gatita?"

Ella frunció el ceño. Todavía no estaba segura de cómo lo había hecho por lo ^ que no estaba segura a dónde ir para "volver".

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Las manos de Radin recorrieron sus mejillas. "Está bien, gatita. No trates tan duro. No es algo que puedas buscar. Vuelve a la sensación de seguridad."

Ella siguió sus instrucciones, sintiendo la seguridad, entonces buscó algo elusivo dentro de ella. Mientras tanto, Savous la distrajo creando fuego en su vientre, que comenzó a hervir su sangre a través de ella. Se retorcío debajo de

él, tratando de concentrarse, tratando de enfocarse en las palabras de Radin. No podía quedarse quieta.

"Savous, más", murmuró Radin.

"Al fin", se quejó Savous y cogió el ritmo, golpeando duro en Irin.

Se corrió con un grito, agarrándose de los hombros Savous. Pero él no había terminado con ella todavía. Radin le murmuró al oído, abrazándola, pellizcando sus pezones mientras Savous se zabuía en ella, capturándola antes del primer clímax y rápidamente construyéndole otro. Lo hizo y se elevó.

¡Savous! exclamó ella.

Savous abrió bien los ojos y perdió el agarre de su control. Su cuerpo se convulsionó sobre el de ella.

¡Allí, Irin! Radin dijo en su mente.

¡Diosa! Savous exclamó al correrse

Savous estaba sobre ella, jadeando. Yacía cálida y relajada debajo de él, pero Radin tomó su barbilla, sacudiéndola de manera que tuvo que abrir los ojos. "Recuérdalo, ¿Irin?" Había urgencia en el tono de su voz que despertó el sentido en ella.

"Yo... No."

Radin sonrió. Savous gimió y cayó en la cama al lado de ellos. Radin la subió más en la cama y la puso de modo que estuvo tendido sobre ella, sus caderas acunado las suyas. "Todo está bien, gatita. Nadie lo consigue la primera vez." Él frotó su mandíbula. "Pero tenemos días para seguir intentándolo."