Capítulo 6
Radin se sorprendió. ¿El qué?
Los siguientes pensamientos de Salin eran el equivalente de un encogimiento de hombros mental. Yo pensé que podrías querer saber.
¿Fruta Galpa?
Eso es lo que me dijeron.
Radin dejó caer el pincel en la mesa y se puso de pie, mirando fijamente a la pared mientras digirió las palabras de Salin. ¿Para qué?
Yo no tengo ninguna idea.
¿Cuándo fue?
No hace mucho tiempo. Probablemente ni siquiera ha alcanzado la superficie todavía. Pero ¿por qué se fue?
No estoy seguro. Todos en Garn dicen que fue cuando se enteró de la muerte de Brin, se fue por su cuenta.
Salin hizo una pausa. Radin se dio cuenta de su renuencia a seguir adelante. Dreidon pensó ir a ver al rhaeja...
¿Qud?
¿Debo pensar que no hsa oído hablar de Brin?
¿ Qué pasa con Brin ?
Ella murió esta tarde.
Con cansancio, Radin se pasó una mano por la cara. Eso me va a enseñar a meditar.
Salin rió secamente.
Radin tenía pensamientos turbios. Oír de la muerte de Brin pudo molestar a Savous. Se tomó la muerte de cada una de las amantes de su padre duro. Pero, ¿se habría enfrentado a Valanth? No. Seguro que si lo hubiera hecho, el rhaeja lo hubiera matado. O lo hubiera arrojado al vetriese.
Como ocasionalmente hace, lo que Radin reflexionaba mentalmente se debió filtrar a través de Salin, porque su hermano respondió. ¿Lo qué habría sido una buena cosa?
¿El vetriese? No, no lo seria.
¿Por qué?
Porque él no está preparado.
Salin envió el equivalente silencioso de un resoplido. Por favor.
Él tiene sus motivos para no acudir a Ella.
Todos ellos egoístas e infantiles. Él pudo haber terminado esto hace mucho tiempo.
No sabemos eso.
Deja de engañarte. ¿Quién sino él?
Radin sacudió la cabeza. No tiene sentido estar sobre esto otra vez.
Verdad.
¿Está bien?
Salin suspiró, claramente perturbado. Como guerrero, Salin prefería que las cosas sucedieran en lugar de esperar. No entendía, ni aprobada la vacilación de Savous. Hasta donde yo sé, sí. Se le vio salir por su propia voluntad.
Bien.
Radin hecho una mirada a la estatua del tiempo. Era hora de irse. ¿Irin lo sabe? No. ¿Debo dejar que Hyle lo sepa?
Radin suspiró. Sí
Suzana estaba sentada en la parte delantera de la plataforma baja, con los ojos violeta con impaciencia hablando en la reunión. Radin se sentó en el suelo junto a ella, cogiéndola por sorpresa. Ella saltó, con el pelo largo y blanco que cubriéndole sus ojos mientras caía casi sobre el borde de la plataforma.
Radin la atrapó. "Lo siento, pajarito." Él afirmo la espalda sobre las almohadas. "No fue mi intención asustarte."
Ella le sonrió, quitándose el pelo de las mejillas negras y redondas. "Está bien, Radin".
Detrás de ella, Krael resopló antes de tomar un sorbo de vino. "Pensaba que ibas a saltar a sus brazos, Suza."
La sonrisa que dirigió a Radin creció. "Está bien, mi señor."
Radin se echó a reír y ayudó a ponerse en sus rodillas a la diminuta mujer. Su pelo suelto derramado sobre los hombros y sus pechos llenos y desnudos. El
abrigo que llevaba sobre sus caderas era azul plateado y una gema gruesa de gargantilla rodeaba su cuello delgado.
"Estás emocionada", observó.
Ella juntó las manos sonriendo. "¡Por supuesto! No ha habido otro concurso de virgen, desde el mío. Ahora puedo ver lo que es."
Suzana había sido la primera virgen encontrada por los raedjour en muchos ciclos. Antes que Suzana fuera encontrada, había predicho Nalfien que Irin sería la próxima virgen. El concurso de la virgen Suzana había sido decidido por Radin en sí y había sido una batalla de fuerza. Krael había sido el que había ganado y sorprendentemente se había vuelto también su verdadera pareja. Antes de este par, los raedjour habían llegado a creer que no habría una verdadera pareja con el primer hombre con el que una mujer se apareaba.
En el salón detrás de ella, casualmente Krael cogió una variedad de golosinas situado en una bandeja junto a ellos. "No vas a ver mucho."
Se retorció para tirar de él con cuestionamiento en la mirada. "¿Por qué no, mi señor?"
Él hizo una mueca. "Voy a tener toda su atención antes de lo que sea que termine".
Si un rubor pudiera haber sido demostrado en su brillante piel negra, Radin estaba seguro de que estaría en un color rojo vivo. Se puso las manos en su boca llena y apartó la mirada tímidamente. "Por supuesto, mi señor."
Radin se subió a sentarse en el borde de su plataforma al lado de Suzana. -"Vas a ver algunos", le dijo casualmente, examinando la creciente multitud de ellos. "Y el concurso de Irin será algo diferente al tuyo."
¿Cómo es eso?
"Ella es una mujer diferente con necesidades diferentes". Radin le dio una mirada sagaz a Krael. "Tal vez le sorprenda saber que no todas las mujeres quieren mal educados, cerebros de madera o patanes como Krael".
Más rápido de lo que había creído posible, Krael atacó y lo pateó frente a la plataforma. Radin rió al ponerse ya en pie, sacudiéndose los pantalones. ¡Como si nada hubiera pasado!, Krael fue de nuevo a degustar los dulces.
Suzana le dio una mirada en amonestación, pero divertida. "¡Radin! ¡No se puede decir tales cosas sobre mi señor!"
Radin cambio miradas con el muy presumido Krael. "Ella es demasiado buena para ti, Krael".
"Y sin embargo, es mía."
Los ojos Suzana se volvieron para contemplar a su verdadera pareja y fueron testimonio de esto y mucho más.
De repente incómodo, Radin se volvió para mirar a la multitud que llenaba la arena.
Irin y Gala estaban sentadas en una plataforma circular baja en el centro del amplio espacio. Muchas almohadas se amontonaban a su alrededor, con piel de oso por debajo para una mayor amortiguación y calor. Cuatro fornidos guardias situados casi en la plataforma de espaldas a las mujeres frente al público que las rodeaba por todos los lados del escenario iluminado brillantemente. La multitud como Suzana y Krael - de pie o recostados en las plataformas que rondaban a los lados de la arena.
¿Va a estar compitiendo, Radin?
Se volvió hacia Suzana. Ella lo miró con curiosidad, tocando su collar.
"En realidad, lo hará."
Ella sonrió. "¡Ah bueno! "
"¿Bueno?"
"Sí. Krael me dijo algo de Irin... recientemente." Ella se volvió a ver a verdadera pareja. Radin tuvo la idea clara de que a Suzana le hubiera gustado haber oído hablar antes de Irin. "Y él me dijo cómo has ayudado a criarla. Estoy segura que eres alguien que ella conoce y confía en que su primera vez lo hará mejor para ella."
Krael miró pensativamente a su pareja volviéndole la espalda a él, pero su atención estaba en Radin.
El le sonrió, honestidad se veía en su cara. "No hay garantías de que la va a ganar".
Ella inclinó la cabeza, una mirada de asombro burlandose en la cara. "¿Podría ^
alguien, posiblemente ser mejor que Radin?"
El se quedó asombrado. Ella le estaba tomando el pelo, la muy descarada. Krael se derrumbó por la risa.
Gala sonrió a Irin. "¿Cómoda?"
Irin le devolvió una sonrisa nerviosa, jugueteando con el borde de la falda corta.
"Todo lo que puedo estar." Aparte del hecho de que éste era su concurso de virgen, ésta era también la primera vez que Irin estaba en público y era el centro de atención. Durante toda su vida, sus protectores la habían mantenido a salvo
en las afueras. Cualquier salida pública a la que asistió, se
quedó atrás y fue cuidada en todo momento. Esta noche a
pesar de que aún estaba rodeada por una protección, era sin duda el foco de
atención de todos.
Gala se rió entre dientes. "No te preocupes. No será incómodo por mucho tiempo." Ella miró por encima del hombro a las ansiosas miradas en el centró centradas en Irin. "No, si tienen algo que decir al respecto."
Nerviosa, Irin no miraría al grupo de solteros en espera de su oportunidad con ella. Mantuvo la mirada revoloteando de Gala a su falda muy consciente del hecho de que ella estaba vestida finalmente como una mujer. Sólo llevaba una falda pequeña y sandalias. Sus pechos estaban desnudos, e incluso no pudo cubrirse con sus cabellos ya que Gala había insistido en mantenerlos así para la ocasión.
Sonrojándose, dirigió su mirada sobre la arena de nuevo. "¿Dónde está Savous?"
Gala bajo en el ceño fruncido a mirada. "Yo debería haber sabido que lo notarias". Suspiró. "Parece que no va a estar aquí esta noche, Irin."
Irin quedo boquiabierta. "¿Él no? ¿Por qué? "
"Le pidió a Rhicard darte el mensaje, pero él me lo pasó a mí. Savous quería pedirte disculpas, pero el rhaeja lo despidió por unos días."
"¿Por qué?"
"No estoy del todo segura."
Irin sólo podía mirarla. "¿Por qué iba a irse esta noche?"
Gala negó con la cabeza. "No lo sé cariño, pero debe haber sido una buena razón."
"Pero... ¿por qué...?"
"Lo sé. Lo sé. Pero no se puede evitar. Él ya se fue. Radin está aquí."
Irin no necesitada ver. Sabía dónde estaba. Lo había sabido desde que entró en la habitación. Radin no se presentó con el grupo de los solteros. En su lugar, conversó con Krael y Suza, encaramado en el borde de su plataforma. Parecía positivamente comestible en esos brillantes pantalones dorados y con esas botas a juego hasta la rodilla con adornos en negro. Su largo pelo blanco hasta la cintura atado en una coleta que colgaba en ondas sueltas por la espalda. Ella hizo un mohín por eso. Él sabía que ella amaba su cabello.
Puso los pensamientos de Savous a regañadientes a un lado. Estaba demasiado nerviosa para pensar en él en este momento. "¿Puedo elegir ahora?" Murmuró a Gala.
Gala se echó a reír. "Oh vamos Irin. Mira el magnífico banquete que se te ofrece." Agitó la mano para indicar a los hombres que esperaban. "No te limites. Además..." Se inclinó para susurrarle al oído a Irin. "... Si dejas que los hombres trabajen para ello un poco, vale la pena al final. Créeme". ^
"¿Trabajar?" |
"Sé que te has decidido por él, pero no dejes que gane con demasiada facilidad.
Sobre todo porque Savous no está aquí. Si él no está muy seguro, va a trabajar más duro y va a quererte más. Y de todos modos, ya es hora de Radin tenga que ^ trabajar para algo".
Compartieron una risita por eso.
Un silencio descendió cuando Betaf entró por una de las cuatro
entradas. La misma visión fue una rara ocurrencia, cuando el
hechicero era visto rara vez lejos de Valanth. "El rhaeja no estará presente esta
noche", anunció Betaf, aprovechando sus ropas formales. Miró a Irin, y una
sonrisa fría curvó los labios. "El rhaeja extiende sus mejores deseos a la virgen,
así como para el hombre que gane sus favores." Con ese pronunciamiento, se
volvió y se fue.
"Bueno. ¿Deberías sentirte ofendida?" Resoplo Gala, no fue lo único que se oyó al salir Betaf de la habitación.
Irin dijo después del hechicero. "En realidad para ser honesta, estoy un poco aliviada."
Gala le apretó la mano. "Entiendo el sentimiento."
Hyle subió a la plataforma a sus pies. "Ya es la hora."
Gala asintió y puso una mano sobre el hombro desnudo de Irin. "Vas a estar bien. Te lo prometo." Ella se inclinó y besó a Irin muy suavemente en los labios. Irin no imaginaba los murmullos de aprobación de todo el cuarto.
Gala dio un paso atrás y fuera de la plataforma. Hyle se adelantó a arrodillarse en su lugar. Irin con mucho gusto se centró en su calma y su rostro dulcemente bello. "¿Estás lista?"
Respiró hondo. Tan pronto como dijese que sí comenzaría.
Ella asintió.
Él sonrió y extendió la mano para recorrer sus dedos en una caricia breve sobre su mejilla. Luego dio un paso atrás en la plataforma. Con un gesto, envió a los
guardias lejos para que sólo él e Irin quedaran en el centro de la arena. Se quedó quieto estudiándola. A continuación una chispa roja en sus ojos comenzó a resplandecer cada vez más brillante. Levantó las manos lentamente a los lados. Un brillo de color naranja suave se cernía sobre sus palmas hacia arriba. Él se volvió y las junto entre sí, y el brillo de color naranja lució más rojo, parecía aplastarla en una esfera. Cuando la esfera fue de ancha alrededor de una palma de mano, le dio un empujón hacia ella. La miro con los ojos muy abiertos, ya que se detuvo a una longitud de un pulgar de su corazón, luego reventó. No tenía ninguna sensación, pero parpadeó de todos modos. Por el momento sus ojos estaban abiertos de nuevo, la bola se hizo mucho más grande. Rodeaba la plataforma y era tal vez como de su altura estando de pie. Era sobre todo transparente e invisible tenía una neblina de color rojizo tenue. Extrañamente, ella lo sentía.
Hyle se volvió hacia los hombres que esperaban. "El Shri ha sido lanzado, y las llaves están en el Lus Vet Fallón." Lujuria e interés.
Unas cuantas miradas serias ante eso. El anuncio de la segunda llave era lo que estaban esperando. El Shri era la llave a dos emociones. La lujuria era siempre un factor, y era la base de este y muchos otros hechizos raedjour. La otra llave era una variación, cambiaba con cada uno de los hechizos que eran lanzados. O cada vez que el hechizo era lanzado a una persona. El hechizo se usaba a veces como deporte y podría ser lanzado sobre los hombres también.
Después de su anuncio, Hyle se apartó de su lado, tomando su lugar con Gala no muy lejos. Como su tutor, era su deber mantenerla a salvo, pero no tenía derecho a estar a su lado.
Ellos se acercaron. Algunos con cautela, algunos con entusiasmo. Uno se adelantó y se plantó en el borde del Shri, justo delante de ella. Se inclinó apretó
las manos y el pecho al Shri y sonrió. Ella lo sabía y siempre había creído que era maravillosamente hermoso y muy encantador. Le gustaba la sonrisa de Dreidon. Sus ojos se abrieron de sorpresa cuando sus manos se hundieron en el escudo un poco como un pulgar presionado una suave manzana. Tuvo que empujar, pero la hizo ceder. Curiosa, ella sacudió su atención al hombre a su lado y noto dos cosas interesantes. En primer lugar la otra mano no se había hundido en el Shri. En segundo lugar, en el instante que su mirada se poso en el hombre, las manos de Dreidon aparecieron de nuevo al borde del escudo.
Irin se rió en su mano. ¡Oh, esto iba a ser divertido!
Radin se quedo atrás para que otros hombres compitieran por la atención de Irin. Observó divertido, ganando su atención poco a poco, avanzó hacia el escudo, sólo para ser empujado de nuevo cuando otro ganaba su atención. Era un juego bien conocido y la mayoría de los que tomaban el primer intento sabían que no era probable ganar. Pero, al mostrar algún interés, le hacían saber a Hyle, quien probablemente los recordaría y los pondría en la lista de los amantes de Irin. Además, contribuirían a avivar las llamas de lujuria de Irin, que se extendían afectando a la audiencia.
El ataque inicial disminuyo la rivalidad natural de los hombres que empujaban por obtener su atención. Sólo una pelea estalló, pero fue menor.
Gradualmente, los contendientes más serios intervinieron. Estos fueron los hombres mayores en su naturaleza primitiva, mucho más enfocados en la intención de alcanzar la meta de la virgen. Radin los veía cuidadosamente. Estos hombres eran más ruidosos y mucho más seductores, llamando a Irin y murmurando promesas oscuras. Radin tuvo que sonreír ante el rubor que
aparecía calentando las redondas mejillas de Irin. Como si lo hubiera oído todo antes, pero nunca dirigido a ella.
Sin embargo Radin esperó, mirando de cerca. Podía sentir su excitación creciendo. El hechizo de la virgen hacía que todo el mundo en las cercanías lo sintiera. Detrás de Radin en las plataformas de visión, ya docenas de parejas - y más - se ligaban entre sí, ya no estaban interesados en el resultado del concurso de la virgen.
Tres hombres quedaron. Cada uno de ellos había conseguido la atención suficiente en distintos momentos, habían puesto un pie en la plataforma.
Radin se adelantó. Fue a su izquierda, por lo que no respondió de inmediato al verlo. Estaba tendida su mayor parte en la espalda en las almohadas, los ojos fijos en Khavya quien pisaba cuidadosamente en la plataforma, murmurándole dulcemente. Las manos del hombre se deslizaron por sobre su pecho, ella dirigió su mirada a sus ajustados pantalones.
Con un gesto casual Radin extendió la mano y soltó su pelo de su cola, asegurándose de déjalo volar. Al agitarlo, él llamó la atención. Khavya maldijo y se tambaleó cuando el Shri lo empujó de nuevo al borde.
Los grandes ojos azules de Irin se clavaron en el rostro sonriente de Radin. Sus pupilas estaban muy abiertas, y su respiración se entrecorto. Él se preguntaba si ella se daba cuenta que sus caderas se retorcían. Sus manos estaban demasiado apretadas en su regazo. Su olor era embriagador.
Él dejó caer su pelo hacia adelante para ocultar la mayor parte del lado izquierdo de su cara, mirándola a través de la larga caída blanca que sabía que ella adoraba. "Hola, gatita".
"¡Irin!" Llamo Khavya.
Sus ojos se posaron en el otro. Radin rodo los ojos. ¿No estaba cansada de esto ya?
Khavya se acentó en el límite del Shri, sus ojos fijos en ella, manteniéndola cautiva. Radin frunció el ceño. ¿No podía estar tentada?
Se paseó junto a Khavya, estudiando al hombre casualmente, al pasar detrás de él. Khavya del mismo modo casual, se quitó la camiseta, dejando al descubierto su torso desnudo. Cuando Khavya llegó al otro lado tiró el chaleco hacia Irin. El Shri sólo impedía el paso de los cuerpos vivos, no de los objetos. El chaleco medio aterrizó en su regazo. Miró hacia abajo a eso y alejo su mirada de Khavya. Khavya se burló con buen humor hacia él cuando ella acarició el chaleco. Las normas declaraban que tenía que seguir con las botas y los pantalones puestos, nada de camisetas o chalecos. Radin sabía que no era el primero de la noche en distraerla con la ropa, y Khavya también lo hizo.
Sonriendo hacia Khavya, se volvió hacia Irin. Colocó una mano sobre el Shri, explorando lo que parecía de hielo, caliente, húmedo, duro y resbaladizo. Pasó su mano lentamente sobre ello, acariciándolo. El movimiento llamó su atención. Irin vio sus dedos suaves sobre lo que se veía que era la nada. Apoyó todo su cuerpo contra el Shri mientras sentía dar y presionar la barbilla y la parte posterior de su mano. "Déjame entrar, gatita," murmuró. "Es hora de nuestra próxima lección."
Haz que trabaje por ello, Irin trató de recordar, pero el recuerdo era débil, y el deseo de sentir esa mano sobre su piel era mucho más convincente.
Este era Radin. Los ojos rojos quemaban su centró con avidez, uno de ellos parcialmente oscurecido por la caída de cabello blanco que sabía personalmente que era sedoso al tacto. Aros de oro brillaron alegremente a lo largo de todo el
borde de su oreja derecha, rogándole recorrerlos con su lengua. La idea la hizo retorcerse.
Haz que trabaje por ello, ella lo intentó de nuevo, diciéndose a sí misma que mirara a otro lado. Khavya, después de todo, era un hombre impresionante, aunque no tenía los ojos rojos y el pelo largo. Sin duda sus labios serían tan sabrosos como los de Radin. Y su cuerpo era aún más musculoso que el hechicero. Khavya era ciertamente digno de mirar. Entonces ¿por qué no lo hacía? ¿Por qué estaba tan cautivada mientras Radin se hundía lentamente sobre sus rodillas apenas un pie detrás de ella?
Sus ojos se toparon con el bulto en los pantalones de color amarillo brillante, y se tragó un gemido. ¿Con quién estaba tonteando? Ella lo deseaba. Sólo había otro hombre al que ella podría querer más, y él había decidido ausentarse. Quería a Radin. Él se estaba ofreciendo. ¡Ella lo iba a tomar!
Siguiendo las reglas, ya que no llegó a salir. Ella acabó de plantear su mirada en sus ojos y los mantuvo allí, dándole una sonrisa. Él se la devolvió y se arrastró hacia adelante. Enloquecedoramente, él no la tocó. Se arrastró hasta su cuerpo, a horcajadas entre las piernas, el torso inclinado sobre ella, hasta que sus brazos estaban apoyados en la piel a ambos lados de los hombros. Aspiró con gratitud, llenando sus pulmones con el olor caliente de él.
"Eres mía, gatita"- murmuró él, inclinándose hacia abajo, el pelo cayó hacia delante, de modo que sus labios contra los suyos fue un toque que disolvió el Shri.
Sus labios rozaron los de ella, casi un toque familiar. Ella le había besado en innumerables ocasiones. Pero esto era diferente. Sus labios exploraban el contorno de ella, acariciándole las comisuras de la boca. Atrapó el labio inferior entre los suyos y la chupó suavemente. Su lengua saqueaba su boca, buscando su lengua, sacando y explorando su boca. Él con ternura la devoraba, y se quedó debajo de él como una comida dispuesta