Capítulo 8
Radin regresó para encontrar a Irin de pie, desnuda sin pudor ante la mesa sobre la cual Alrek había puesto la comida. Su pelo castaño claro caía liso sobre sus hombros y espalda, cosquilleando la cima de su dulcemente redondeado culo. Radin estaba bastante agradecido de que Irin tomara el entrenamiento de Salin en serio y practicara con armas básicas regularmente. Además de aumentar su seguridad, esto también mantenía su cuerpo bellamente delgado y musculoso. Él sonrió al recordar el agarre apretado de sus muslos sobre su cintura. Riendo en silencio por como el hecho mismo hizo a su polla agitarse - ¿o tal vez era por la vista? - cerró la puerta detrás de él. Ella giró hacia él, con una porción de pastel de carne entre sus labios. "¿Hambrienta? " preguntó él.
"¿Dónde has estado?" exigió ella sobre su porción de pastel. Él notó que no estaba ni un poco cohibida por su desnudez.
"Fui a hacer un informe sobre tu progreso a Nalfien y Hyle". Ella se ruborizó entonces, un muy bonito rubor en sus mejillas y cuello. "Yo había olvidado eso". Recuperándose, masticó, arqueando una ceja hacia él. "¿Y cómo lo hago?"
Él se encogió de hombros, pasó a su lado para recoger un crujiente y dulce tubérculo tamaño bocado y meterlo en su boca. "Has tenido un buen comienzo."
Ella sorbió, terminando su pastel con un poco elegante empujón en su boca. "Pienso que lo hice muy bien".
Él no podía evitar reírse. Era tanto la niña que él conoció, como también esta joven encantadora. Fingió ignorarlo, trayendo una taza de vino a sus labios para tragar el pastel. Él aprovechó la oportunidad para observar su cuerpo, delgado y fuerte, como una joven chica en su primera temporada. Deslizó su mano sobre
la curva de su cóccix, dejando sus dedos bajar hasta el centro de la grieta de su trasero. Ella tembló, deslizándose un paso más cerca hacia él.
Cuando ella dejó a la taza, él tendió la mano para enroscar un dedo en el collar que ella siempre llevaba. Lo usó para llevar su boca hacia la suya. "Lo hiciste muy bien. Veamos si puedes hacerlo mejor".
Probó su boca, golpeado por el gusto embriagador de ella. Un calor abrumador se difundió de ella hacia a él y lo puso completamente duro en un instante, su erección presionando su costado a través de su pantalón. Había pasado tanto tiempo desde que había tomado a una mujer durante los nueve días completos. ¿Por qué alguna vez se había detenido? Ella se volvió hacia él, envolviendo con entusiasmo sus brazos alrededor de su cuello. Radin la sostuvo cerca y profundizó el beso mientras ella trabajaba afanosamente para liberar su pelo de la cinta que lo mantenía en una coleta hacia su espalda. La llevó hacia atrás hacia la cama y con cuidado la empujó sobre ella cuando sus pantorrillas golpearon el lado de esta. Cayó con gracia, su dulce cara redonda giró hacia arriba con una sonrisa expectante. Él la igualó.
"¿Todavía hambrienta?". Hizo un gesto casual hacia la mesa. "¿Debería hacer un plato para ti?"
Ella resopló, sus manos colocándose sobre los lazos de su pantalón. "No. De lo que tengo hambre está justo aquí".
Él se rió, divertido de su franca impaciencia. Le dejó desatar sus cordones y jadeó cuando ella apenas hizo a un lado la tela para llegar a su polla adentro. "Paciencia, gatita".
No prestó atención a sus palabras. Sus ojos estaban grandes y redondos, mirando sus propias manos tocar y rodear su longitud. Podría colocar ambas manos alrededor de él, lado a lado, y todavía la cabeza de su polla estaría expuesta. "Tan grande, " respiró ella, usando un pulgar para presionar hacia atrás suavemente la piel floja y exponer la cabeza.
Como la criatura vanidosa que era, Radin no pudo evitar la oleada de orgullo por su admiración inocente. "Gracias."
"¿Son todos ellos del mismo tamaño?"
Él rió entre dientes. "No. Soy un poco más largo que la mayoría". Con cuidado, él empujó la banda de la cintura de su pantalón, liberando más de su ingle al aire tibio. "Aquí". Él colocó una de sus manos sobre las suyas en la base de su polla, apretando para dejarle saber que no tenía que tratarlo tan suavemente. Deslizó el pulgar de su otra mano a lo largo de la punta de su polla hacia la cabeza, reuniendo el aceite lubricante que ya brillaba sobre la piel. Finalmente él paso el pulgar por la gota de pre-semen que rezumaba por el orificio, luego levantó el pulgar a sus labios.
Sus ojos se ampliaron, mirando sus acciones, luego destellando hacia él cuando su pulgar alcanzó su boca.
"Prueba"
Sus labios se separaron, quizás más que nada por la sorpresa, pero ella aceptó su pulgar de bastante buena gana. Ambos gimieron, ella por el gusto y él por la sensación exquisita de su pequeña lengua lamiéndolo.
Ella chupó el pulgar de Radin, casi olvidando las manos que todavía tenía alrededor de su polla. ¡Él tenía tan buen sabor! Caliente y cosquilleaba sobre su lengua. Él comenzó a retirarse, y ella realmente mordió su nudillo para
impedirle escapar. Su risa burlona irrumpió en su placer.
Levantando sus ojos hacia los de él, ella liberó su pulgar con un sonido de explosión húmeda "Sabes bien".
"¿Ah?" Él enroscó sus dedos en su pelo y tiró ligeramente. "Tiene aún mejor sabor en el lugar de origen".
Sus ojos bajaron hacia la cabeza del enorme órgano que apuntaba hacia ella. Primero lamió sus labios, luego lanzó su lengua hacia fuera para lamer el diminuto blanco exudado que se filtraba hacia fuera en la cabeza.
El suspiro de placer de Radin la aguijoneó, y lamió la cabeza, golpeándola como si quisiera limpiarlo de los deliciosos aceites que lo cubrían. Dejó resbalar la punta a través de sus labios, explorando la textura satinada y caliente sólo con sus labios y la punta de su lengua mientras mantenía ambos puños alrededor de su longitud. Ella tarareó, empujando hacia adelante para rodear el borde de la cabeza, fascinada por la combinación de firmeza y suavidad.
Radin jadeó. Irin miró hacia arriba. Sus ojos estaban cerrados, y una mueca marcaba sus rasgos oscuros. Su cabeza estaba inclinada hacia delante, así gran cantidad de cabello sedoso se derramaba hacia adelante cubriendo sus hombros. Ella tarareó otra vez, encantada por la vista. Ella soltó la polla del agarre de la mano más cercana a ella, dando a su boca más espacio para deslizarse adelante. Él la llenó completamente, empujando la parte posterior de su garganta. El gusto de él cubrió su boca, y cerró sus ojos, mejor para saborearlo.
Dicha. Pura y dulce dicha. Radin sostuvo suavemente la cabeza de Irin, alentándola en sus exploraciones enloquecedoras. Ella pellizcó y aspiró tan delicadamente, probándolo como un regalo delicioso. Incluso sin instrucción, su obvio placer extendió un calor casi tangible por su ingle, por sus piernas, y
hacia la parte superior de su cuerpo. Era el sentimiento más
delicioso y uno para el cual no estaba preparado. Él estuvo de
pie por largos y exquisitos momentos, dejando a su mente solamente a
disfrutar.
Su cuerpo no podría aguantar de pie por mucho tiempo. Con delicadeza, él ahuecó la parte de atrás de su cabeza, enroscando sus dedos por su pelo. Usó el asimiento para empujarla hacia atrás, permitiendo a sus labios deslizarse despacio a lo largo de su longitud. Ella abrió sus ojos para encontrar su mirada, y él sonrió. "Chupa" sugirió él, oyendo la promesa oscura de su propia voz. Ella lo hizo, y él casi se retorció como un muchacho en la sacudida que estremeció sus pelotas. "Ah, sí" suspiró él, dirigiendo su cabeza adelante, luego empujándola hacia atrás otra vez, lentamente. "Haz eso".
Ella sonrió tanto como pudo alrededor de su contorno, luego tomo el mando. Agarró sus caderas con ambas manos, usándolas para dirigirlo hacia adelante y hacia atrás dentro del dulce cielo de su boca. Esa sensación de hormigueo bailó por debajo de su piel, brillando a través de todo su cuerpo para unirse en una pelota ardiente justo delante de la base de su espina. Una de sus manos se deslizó hacia adelante para tentativamente explorar sus pelotas. Él jadeó en la ardiente sensación que casi lo hizo correrse en su garganta.
Él separó su cabeza y rió sin aliento de su puchero confuso. "Eso fue exquisito, gatita" le aseguró él, colocando una rodilla sobre la plataforma entre sus muslos. "Pero si te dejo continuar, esto va a terminar demasiado pronto".
Ella sonrió, escabulléndose felizmente hacia atrás ante su leve gesto. Extendió sus muslos de buen grado, y él se colocó entre ellos, recostando su polla contra el calor de su sexo. Él presionó sus labios con los suyos, probándose a sí mismo en la lengua que ella extendía para unirse a la suya. Era perfecta para él.
¿Verdadera Pareja?
Él dejó de lado el pensamiento a favor de disfrutar el momento.
Ella murmuró contra sus labios. "Radin".
"¿Sí, gatita?"
"¿Tenemos que ir lento esta vez?"
Él rió entre dientes. "¿No te gustó la última vez?"
Ella mordió su labio inferior. "No es eso y lo sabes. Es sólo..."
Él levantó su cabeza para ver por completo su rostro, curioso de donde iba esto. "¿Sólo?"
Ella sonrió, algo avergonzada. "Cada vez que vi sexo, era rápido y... duro".
Él sonrió abiertamente. "Nosotros hicimos eso". ^
Ella tiró de un mechón de su pelo, haciéndole muecas. "Lo sé. Pero..."
Se compadeció de ella. Bruscamente, se retiró para arrodillarse. Agarró sus
hombros. "Sé lo que quieres. Voltéate".
Sus ojos se hicieron más redondos, pero retorció para obedecer.
Él gimió al ver ese insolente pequeño culo girado hacia él. Colocó ambas
palmas sobre sus cachetes redondeados, abarcando cada uno con sus largos dedos, y apretó. Ella gimió, echándole una ojeada sobre su hombro.
Sonriéndole, él resbaló su pulgar entre sus cachetes e hizo cosquillas en su ano. "Guardaremos esto para otro momento" prometió él, solo para ver una sorpresa perversa en sus expresivos ojos azules.
Puso una mano sobre su espalda, empujando. Fuera de
guardia, ella cayó hacia adelante, su mejilla sobre las pieles, lo
que hizo fácil para él separar sus muslos. El brillante rosado de su sexo revelado
ante él. Apuntó su polla y se deslizó todo el camino hacia adentro.
Irin jadeó ante la invasión repentina, adorando el estirar de sus músculos internos para acomodarlo. Gimió, agarrando las pieles bajo ella mientras él se retiraba y empujaba hacia adelante. "¿Es esto lo que quieres?" ronroneó él encima de ella.
"¡Mmmm! ¡Más!"
Se apuntaló a sí misma mientras él empujaba otra vez, abriéndola porque no estaba del todo lista. Mojada, pero apretada. Penetró profundamente dentro de ella, algo que ella sólo podría asumir era su matriz, y la agonía de esto era otro tipo de placer que ella no se molestó en tratar de comprender. Se retorció y retrocedió, impaciente por aceptar algo y todo lo que él tenía para dar.
Sus manos se cerraron alrededor de sus hombros, presionándola hacia las pieles y reforzándose para los duros y calientes envites que la tenían gritando. Las lágrimas se filtraron en el sudor que ahora brillaba sobre su piel. Ella no podía moverse bastante, y no podía aguantar el quedarse quieta, retorciéndose y luchando por su asimiento aunque estaba exactamente donde quería estar.
Se empujó hacia atrás hacia él- con todo que tenía, física y mentalmente. Necesitaba consumirlo todo y enfocó cada onza de su ser en aquel objetivo. El mismo aire que respiraba se unía sobre ella, asfixiándola con el calor. Lo empujó de vuelta hacia él, cubriéndolo, combinándose con él. Su vida se expandió hasta que no pudo contenerla, y gritó su liberación. Radin gritó, incapaz de evitar la liberación que el pequeño cuerpo apretado de Irin le produjo. El calor explotó, chupando su piel, hacia abajo en su espina y dentro
de sus pelotas, luego se disparó de su polla mientras se corría en chorros interminables dentro del asimiento apretado de Irin.
Cayó hacia adelante con un jadeo, derrumbándola debajo de él. Atento a ella, él la agarro hacia su pecho y rodó hacia su lado, abrazándola. Ambos jadeaban en el olvido del sueño mientras su caliente liberación se desvanecía.
de sus pelotas, luego se disparó de su polla mientras se corría en chorros interminables dentro del asimiento apretado de Irin.
Cayó hacia adelante con un jadeo, derrumbándola debajo de él. Atento a ella, él la agarro hacia su pecho y rodó hacia su lado, abrazándola. Ambos jadeaban en el olvido del sueño mientras su caliente liberación se desvanecía.