7
(La conversación telefónica se desvanece y, mientras tanto, se va haciendo de nuevo la luz y ante nosotros aparece el ámbito del muchacho, que acaba de llegar, pensativo y excitado a la vez. Echa una mirada distraída al contestador automático y ve que hay una llamada. Lo pone en marcha.)
VOZ FEMENINA ADOLESCENTE.—¿No estás? No he dado señales de vida porque mi madre estaba aquí, dándome la paliza. Mis padres se ocuparán de la clínica y de resolverlo todo. (Pausa.) No lo sé. No lo sé, aún. ¿Y si no aborto? Tranquilo, paso de ti. Ese hijo, si llegara a existir, no ha de ser cosa tuya. (Pausa.) Si te apetece, llámame, y si no, que te zurzan.
(El mensaje ha terminado. El muchacho cavila. Pasea, quizá se quita alguna prenda de abrigo. Mira el teléfono, de lejos. Se decide y se acerca de nuevo. Pero entonces suena el teléfono. Una mueca de asco y lo coge.)
MUCHACHO.—Diga.
VOZ MASCULINA CÁLIDA.—Ya estás de vuelta.
MUCHACHO.—Sí, ven, te espero.
VOZ MASCULINA CÁLIDA.—Llego ahora mismo. Estoy en el bar de la esquina. No podía más.
MUCHACHO.—(Ríe.) Estás impaciente.
VOZ MASCULINA CÁLIDA.—Algo parecido.
MUCHACHO.—Tienes ganas de mucha marcha, ¿eh?
VOZ MASCULINA CÁLIDA.—Esta vez te quiero para mí solo toda la noche.
MUCHACHO.—A un buen cliente no se le niega nada.
VOZ MASCULINA CÁLIDA.—Haz volar la imaginación. El dinero corre de mi cuenta.
MUCHACHO.—Lo pasaremos bien. Ya lo sabes, por eso vuelves.
VOZ MASCULINA CÁLIDA.—Sí, por eso vuelvo siempre.
MUCHACHO.—Y no será la última vez.
VOZ MASCULINA CÁLIDA.—De ti depende.
MUCHACHO.—Volverás. No te quedará más remedio. Conmigo llegarás al fondo. Y volverás muchas veces. Nadie te dará lo que yo te daré. Me caes bien. Y necesito pasta. (Pausa. Como si bromeara.) Tengo que mantener a un hijo.
(Se superpone el sonido de dos conversaciones telefónicas sucesivas, que eclipsan sus voces. Al cabo de un momento, el muchacho cuelga. Se oye la primera conversación mientras él, pausadamente, empieza a desnudarse.)
VOZ MASCULINA 1.ª—Vivir es doloroso. Pretendemos eliminar nuestro dolor y lo único que hacemos es pasárselo a los demás.
VOZ MASCULINA 2.ª—¡Palabras! ¡Excusas! ¡Eres un cabrón!
VOZ MASCULINA 1.ª—No soy ningún sinvergüenza. No eres ningún sinvergüenza. Las cosas han sido así, ¿qué quieres? Nos alcanzan, una tras otra, sucesivas oleadas de dolor, y nosotros no paramos tampoco de enviar a los demás oleadas de dolor. Te equivocas si crees que yo salgo ganando. Lo peor del dolor es que nadie sale ganando, que no sirve absolutamente para nada.
VOZ MASCULINA 2.ª—¡Para ya de charlar! ¡Tendrás que vértelas conmigo! ¡No te lo perdono, no me liarás con palabras! ¡Me las pagarás! ¿Entiendes? ¿De acuerdo? ¡Me las pagarás!
(El muchacho ha ido desnudándose completamente, prenda a prenda. Mientras tanto, la segunda conversación telefónica enlaza con la primera.)
VOZ FEMENINA.—¡Cálmate! ¡Tienes que aceptarlo, no te excites!
VOZ MASCULINA 3.ª—¿Aceptar el qué? Aceptar, resignarme, nunca, ¿lo entiendes? ¡No me conocéis! ¡No me resignaré! ¡Crees que estoy acabado, os doy lástima, con suerte tenéis piedad de mi aburrido fracaso!
VOZ FEMENINA.—¡No! ¡Te queremos! ¡No!
VOZ MASCULINA 3.ª—Oh, sí, y quizá a vuestra manera llevéis razón. Pero escucha bien, no me conformo. ¡No voy a estarme quieto!
(Ahora que está completamente desnudo, el muchacho se coloca sobre el cuerpo alguna cosa estridente, obscena, vulgar, pero seguramente efectiva, que de hecho no oculta su desnudez, sino que la adorna y la realza. Se trata seguramente de alguno de los posibles uniformes profesionales.)
VOZ MASCULINA 3.ª—¡No es el final, no te equivoques, no me he muerto, todavía tengo tiempo! ¡Y me río de vuestra conmiseración piadosa! Lo alcanzaré, ¿lo entiendes? ¡Sí, lo alcanzaré! ¡A pesar de todos vosotros, finalmente, lo conseguiré! ¡Un día…, un día encontraré lo que busco, llegará el día en que vuestra risa se helará, y aquel día me habré salvado! ¡Yo habré inventado la salvación! ¡Yo habré inventado la salvación! ¡Yo habré inventado la salvación!
(De golpe, estridente, fortísimo, suena el timbre del apartamento. Las voces que hablan al teléfono se interrumpen completamente, en seco. Silencio total. Pausa. El muchacho se prepara. Mira hacia la puerta. Oscuridad.)