1Después de esto, la voz que hablaba a mi espalda dijo: «Juan, hijo de la tierra, bebe de la tercera fuente: la que alimenta a la nueva Jerusalén. La primera fuente derrama la gracia del Padre y su agua ya está en ti. La segunda brota del seno del Hijo Eterno y Original y su agua ya está en ti. Ahora bebe de la tercera y el agua santa del Espíritu Infinito te reconfortará por toda la eternidad».

Y bebí y caí como muerto. Y en sueños tuve la siguiente visión:

El que Actúa

Vi de nuevo la Morada Santa, aquella que contiene los tres tronos. Pero el primero y el segundo se hallaban ocultos a todas las miradas. Dos ángeles de luz montaban guardia frente a los tronos y su luz era cegadora. Y en el tercer trono se sentaba un anciano. Pero su rostro jamás era el mismo. Miré una vez y su faz era tierna, como la Misericordia. Miré después y sus ojos eran dulces, como el Amor. Y miré por tercera vez y el anciano tenía la serenidad de la Justicia. Y también vi un rostro de Poder y un rostro de Sabiduría y un rostro de Creador. Y caí a los pies del tercero de los tronos, clamando piedad. Y la voz del espíritu de Dios habló así:

«No temas, Juan, hijo de la tierra, porque estás ante la presencia del que Actúa. Éstos son sus doce nombres. Escríbelos para que otros conozcan la revelación que te ha sido confiada».

Y escuché los doce nombres del que Actúa. Y son éstos: «Espíritu Infinito, Supremo Guía, Creador conjunto con el Padre y el Hijo, Divino Administrador, Pensamiento Infinito, Espíritu de los Espíritus, Aquel que Actúa, Espíritu Omnipresente, Coordinador Final, Acción Divina, Espíritu Madre de la Isla Eterna e Inteligencia Absoluta».

Y el espíritu de Dios dijo:

«Éste es el Espíritu de la Trinidad, la tercera persona de la Deidad. Él es desde la aurora de la Eternidad. Él es la consecuencia del Dios Pensamiento y del Dios Palabra. Él es el Dios Acción: el divino ejecutor de los planes del Padre y del Hijo Eterno y Original. Tu pensamiento mortal y limitado no puede concebir su naturaleza. Limítate a sentirla. Él es desde siempre y desde que Dios Padre y Dios Hijo concibieron el gigantesco plan de la creación universal. Ése fue su "nacimiento sin nacimiento". Y el Dios Espíritu es uno y trino. Es uno entre tres y uno en la Unidad».

Fiel al Padre y dependiente del Hijo

«Y en su comienzo sin comienzo, el Dios que Actúa cerró el ciclo perfecto de la Infinitud. Y desde su "nacimiento sin nacimiento", el Espíritu Infinito reconoció a sus divinos padres: al Padre-Padre y al Hijo-Madre. Y Él sabe de sus distintas naturalezas y de su naturaleza conjunta. Y Él es parte de esa naturaleza conjunta. Y aun siendo una misma cosa, Aquel que Actúa es fiel al Dios Padre e infinitamente dependiente del Dios Hijo. Y así será en el tiempo y en el no tiempo. El vasto plan de la creación establece la primogenitura del Padre, la revelación perpetua del Hijo y la continua, sabia y misericordiosa acción del Espíritu. Éste es el ciclo de la Eternidad. Son independientes y necesariamente dependientes. Dios Padre establece sus designios y, conjuntamente con su Hijo, los activa y revela. El Dios de Acción, por su parte, los ejecuta. Él anima las bóvedas desoladas del espacio. Es el Coordinador Final quien hizo, hace y hará realidad las esferas perfectas y los siete Superuniversos materiales. Él transforma las divinas ideas del Padre y del Hijo y las hace flotar y girar en los espacios creados y en los increados. Y las energías potenciales del "antes" de la Eternidad fueron encomendadas a su divina sabiduría y a su divino poder y hoy son. Él es el Creador de los mundos perfectos de Havona, obedeciendo así a los pensamientos y deseos asociados del Padre y del Hijo. Es así como la tercera persona de la Trinidad adquiere su título de Creador conjunto con el Padre y el Hijo. Y el Espíritu Infinito es uno con el Gran Universo Central. Y ambos fueron a un tiempo y ambos son eternos. Havona es, pues, "simultáneo" al "nacimiento sin nacimiento" del que Actúa. A diferencia del resto de la creación, el universo perfecto y central, el "corazón" de todo lo creado, existe desde el principio sin principio del Espíritu Infinito. He aquí el insondable y misterioso "punto de partida" de la historia de lo visible y de lo invisible. Y "antes del antes" sólo se abre el abismo ignorado de la Deidad».

Una persona para vuestro limitado pensamiento

2Y muchas de aquellas palabras fueron lejanas e incomprensibles para este humilde siervo del Señor. Pero el espíritu de Dios dijo:

«No temas, Juan, hijo del trueno. A pesar de tu limitado pensamiento, deja que la Palabra se haga una con tu Monitor de Misterio. Él sabe, comprende y guarda. Y ahora, escribe cuanto escuches».

Y el espíritu de Dios dijo:

«Vuestros profetas y libros sagrados dicen bien: el Espíritu Infinito es también una persona. A pesar de su omnipresencia, a pesar de las legiones de criaturas perfectas nacidas de su esencia, a pesar del misterio impenetrado de su fuerza y energías vivificantes que todo lo llenan y colman, el que Actúa es el Creador Conjunto de todos los universos y de todos los seres. Y su presencia es tan cierta y real como la del Padre y como la del Hijo. Y aunque cada uno desempeña un ministerio personal en la obra de la creación, los tres son uno y sus acciones son una. Y la persona de Dios Padre está en la persona del Espíritu. Y la persona del Hijo es igualmente cierta y segura en la persona del Dios de Acción. Y el Espíritu Infinito es el reflejo de ambos. Y ha sido escrito: "Que lo que tiene oídos escuche lo que dice el Espíritu". Es en su condición de persona divina, la tercera de la Deidad, como Él invade y dirige vuestro espíritu, vuestra alma y vuestros pensamientos. Él está tan cerca de las criaturas evolucionarías del reino como lo están el Padre y el Hijo. Y es el Espíritu quien intercede por vosotros. Es su infinita misericordia la que todo lo cubre y por la que son posibles todas las cosas. Fue Él quien descendió en Pentecostés, derramándose sobre cada corazón. Él es la presencia viva del Hijo Creador de vuestro universo. Él encarna la presencia espiritual del Hijo Eterno y Original y despierta vuestra inteligencia hasta haceros comprender que sois templo y habitáculo de la chispa divina del Padre. Aquellos que eligen hacer la voluntad del Padre Universal han sido tocados por el Espíritu. Él está en ellos. Y Él, desde el silencio de la auténtica misericordia, dirige también los pasos de los confusos y de los rezagados en el amor».

Lo espiritual, la auténtica realidad

3«El actual estatuto material y evolucionario del hombre le impide descubrir en plenitud la gran verdad de la creación: la esencia y la realidad de la obra divina no son la materia, ni tampoco el tiempo y el espacio. Éstos, dentro de lo creado, constituyen —a pesar de su grandeza— una parte insignificante y limitada de la realidad cósmica. La realidad, la verdad y el soporte de la creación es siempre de naturaleza espiritual. La Deidad no es materia, ni tiempo, ni espacio. Y sólo la Deidad ostenta el título de cierta. Son los reinos del espíritu y los propios espíritus los que forman y conforman la realidad cósmica. Ése es vuestro camino y vuestro destino. Y la materia que ahora os encarcela y retrasa quedará olvidada tras el primer sueño de la muerte. Es el hombre quien, en su limitación, comete el grave error de considerar la materia como la gran realidad de lo creado. Los mundos, universos y Superuniversos físicos y materiales sólo son una prolongación de la divina y majestuosa realidad intangible del Paraíso. Es la Isla Nuclear de Luz el "centro" de la Deidad y de todo lo creado. Y su naturaleza no es material. Para las criaturas evolucionarías del tiempo y del espacio, el espíritu y el pensamiento son una consecuencia y una derivación de la materia. En el orden universal, el espíritu es el fundamento y la realidad primera y última de cuanto existe. Es por ello que comprenderíais mejor al Espíritu Infinito si lo interpretaseis y admitieseis como la Gran Realidad Universal. Realidad, en la suprema realidad, equivale a espíritu, de igual forma que la personalidad humana no puede ser identificada con un brazo, con un rostro, ni tan siquiera con la totalidad de vuestros cuerpos finitos y temporales. Y esa personalidad, de naturaleza divina y enteramente espiritual, sí es identificable con el auténtico YO SOY de cada criatura: aquel que procede del Padre, aquel que nada ni nadie puede modificar y aquel que encierra en sí mismo el germen de la inmortalidad. Son vuestros sentidos físicos los que yerran, interpretando lo visible y tangible como la única y definitiva realidad. Abrid los sentidos del alma y del espíritu y comprobaréis que la realidad interior y espiritual es infinitamente más sólida, sabia y eterna que la que os envuelve. Y esa realidad cósmica es infinita porque infinito es su Creador, el que Actúa».

El Espíritu, único camino hacia el Hijo y el Padre

«Es por el Espíritu Infinito y sus asociados en la creación por los que el hombre y todas las criaturas evolucionarías del tiempo y del espacio descubren al Hijo y al Padre. Él cae sobre los corazones y abre los ojos de la inteligencia, haciendo comprensibles los mensajes y la realidad de las encarnaciones de los Hijos Creadores. Él, ahora, está haciendo posible esta revelación. Él, con su misericordia, eleva al espíritu humano y le ayuda en el gran hallazgo de su Monitor de Misterio. Él, sutilmente, empuja al hombre a elegir hacer la voluntad del Padre de los Cielos. Y cuando esto sucede, Él potencia los circuitos espirituales del Hijo Eterno y Original que envuelven a las criaturas del reino. Son los Micael quienes revelan al Hijo y Éste, a su vez, quien os revela al Padre amantísimo. Pero nada de ello sería posible sin la decisiva acción y misericordia del Espíritu Infinito. Él, pues, es el camino para la revelación del Dios Padre y del Dios Hijo a todo lo creado. Y a través de esta doble revelación, el Espíritu Infinito se revela a sí mismo. Y se revela como el Dios que envuelve a la Deidad, como el primer Dios que os sale al encuentro en el peregrinaje hacia el Paraíso. El está en el centro de todas las cosas, pero su huella es invisible. Él administra el Poder del Padre y lo hace material en los universos. Y en coordinación con el Hijo Eterno, Aquel que Actúa modela y dibuja los universos, delegando en los Micael y en los llamados Espíritus Creativos —Hijos del Espíritu Infinito— la última creación material y el sostenimiento de los universos locales de los Superuniversos. Y sobre toda esa magnífica obra planea el espíritu del Padre. Y Padre, Hijo Eterno y Espíritu Infinito son una misma persona y tres personas distintas. Dios Padre mantiene. Dios Hijo mantiene y revela. Dios Espíritu mantiene y revela y conduce lo creado hacia el Hijo y el Padre. Dios Espíritu es el Gran Administrador del plan divino, tanto en lo creado como en lo deseado por la Deidad. Y el Dios Espíritu es, sobre todo, la faz benevolente, misericordiosa y paciente de la Trinidad. El Padre Universal crea la personalidad de las criaturas, habitándolas físicamente. El Hijo, conjuntamente con el Padre, las envuelve en su amor y les proporciona la buena nueva de su filiación divina. El Espíritu las llena y les muestra el sendero hacia el Paraíso. Y lo hace, conjuntamente con el Padre y el Hijo, demostrando la infinita misericordia de que es capaz la Deidad. Ésta es la sagrada esencia del Espíritu Infinito: socorrer, auxiliar y servir perpetuamente al pensamiento y al espíritu de los hombres».

Él no encarna: desciende en su divinidad

4«Y ahora, hijo de la tierra, escucha lo que muy pocos conocen. En tu mundo y en otros mundos del tiempo y del espacio, el Espíritu Infinito es considerado como una fuerza omnipresente. Aquellos que habitan cerca del Paraíso y los "peregrinos" de la Perfección saben que el Espíritu Infinito es también una presencia personal en todo Havona. Él participó activamente en las siete "encarnaciones" del Hijo Eterno en los siete circuitos que rodean la Isla Eterna del Paraíso. Y Él y sus asociados se han convertido así en fieles servidores y ayudantes de todos aquellos que peregrinan y cruzan los últimos círculos del Universo Central. Y esto mismo sucede con los Micael. Cuando un Hijo Creador acepta convertirse en el guía y soberano de un universo local, Aquel que Actúa y sus asociados le acompañan en su empresa como infatigables apóstoles y servidores. Y tras el paso encarnado de un Micael, el Espíritu Infinito y Supremo Instructor le sustituye y representa, colmando los espíritus de esa raza. Éste fue el misterio de vuestro Pentecostés. El Hijo Creador de Nebadón reina ahora en vuestro mundo, a través de la misericordiosa presencia del Dios Espíritu. El Espíritu Infinito no encarna en las creaciones materiales como lo hacen los Hijos Creadores. Él no se hace hombre, pero desciende y se instala en vuestro espíritu, "rebajando" su divinidad. Y así permanece en vosotros hasta el primer sueño de la muerte. Y esa "degradación" es una prueba más de su infinito amor y de su inagotable misericordia. Y todo ello sucede sin que su divina personalidad se vea alterada. Y así está escrito: "Yo seré parte y todo. Yo habitaré en la miseria sin dejar la gloria de mi Padre"».

El Espíritu Santo y el Espíritu Infinito

«En vuestra limitada percepción mental, y como consecuencia de los graves errores de vuestros libros sagrados, habéis confundido al Espíritu Infinito con el llamado Espíritu Santo. El segundo no es Aquel que Actúa, sino un circuito espiritual de vuestro universo local de Nebadón, dependiente del Hijo Creador del Paraíso. El Espíritu Infinito es Dios y se halla presente en toda la creación. El Espíritu Santo no es omnipresente, salvo en los espacios limitados de vuestro pequeño universo local. El Dios Espíritu, en cambio, lo impregna todo, de uno a otro confín de los universos creados e increados. El Espíritu Infinito es el pensamiento universal de la Trinidad. Llega allí donde llega la presencia del Padre y del Hijo. El Espíritu Infinito es una acción eterna, un poder cósmico, una santa influencia y una personalidad. Y Él es visible a las personalidades e inteligencias superiores de Havona, al igual que el Padre y el Hijo. Él es la Suprema Realidad que vosotros, por ahora, no podéis ver, aunque sí sentir. Y está escrito: "El Espíritu sondea todas las cosas. Incluso, las profundidades de Dios". Todo se halla trazado y bien trazado en los supremos designios de la Deidad: el Hijo Eterno y Original es el divino guardián del plan universal del Padre para la ascensión de las criaturas hasta la Isla Nuclear de Luz. Y tras haber promulgado su mandamiento universal —"sed perfectos como yo lo soy"—, el Padre confió la ejecución de esta grandiosa obra al Hijo Eterno. Y el Hijo comparte la carga de semejante empresa con su coordinado divino, el Espíritu Infinito y tercera persona de la Trinidad. Ésta es la forma en que la Deidad coopera en la creación, control, evolución, revelación, rehabilitación y apostolado de todo lo que ha sido, es y será».

El Dios del Pensamiento

5Y el espíritu de Dios me mostró después los títulos del Espíritu Infinito. Y dijo:

«Aquel que Actúa es llamado el Espíritu Omnipresente. Como el Dios Padre, está en todo lugar, en todo momento. Pero su gran título es el de Dios del Pensamiento. Con el Padre y con el Hijo comparte la omnisciencia. Pero es en el universo del pensamiento donde su poder es total. El Espíritu Infinito lo conoce todo. Nada se oculta a su mirada. Antes de que nazcan a la luz de la realidad, Él conoce ya vuestros más recónditos pensamientos. Y a través de su misericordia, el Padre concede y satisface vuestras necesidades materiales y finitas. Es la omnisciencia del Dios Pensamiento la que vela por vuestra seguridad. Por ello ha sido escrito con verdad y justicia: "Antes de que pidáis al Padre de los Cielos, Él ya os lo ha concedido". ¿Por qué os atribuláis entonces por el hoy o por el mañana? Dejad en manos del Espíritu todo lo concerniente a la materialidad de vuestras vidas. Bregad por sobrevivir, pero hacedlo en la confianza y en la seguridad de que Él llega siempre allí donde la criatura mortal no puede llegar. No agotéis vuestras fuerzas e inteligencia con el "qué comeré o qué beberé". Se os ha dicho que eso es consecuencia del amor del Padre, no de vuestras súplicas. Y el amor del Padre es infinito.

»La tercera persona de la Trinidad es el Administrador Universal de los universos del pensamiento. El Dios del Pensamiento es el centro intelectual de todo lo creado. Él, como Pensamiento Infinito, no está sujeto al tiempo ni al espacio. Sólo el pensamiento cósmico está condicionado por el tiempo. Sólo el pensamiento de las criaturas evolucionarías está sujeto al tiempo y al espacio. La suprema realidad de la creación —lo espiritual— no necesita del pensamiento, tal y como lo interpretan los seres humanos. El espíritu puro y perfecto —la gran realidad de la creación divina— es espontáneamente consciente y capaz de identificar e identificarse. La conciencia es parte natural de lo espiritual. No precisa, por tanto, de pensamiento. El espíritu es inteligente por naturaleza y por definición y, aunque puede ser dotado de una cierta forma de pensamiento, su forma de expresión poco o nada tiene que ver con la de las criaturas imperfectas del reino del tiempo y del espacio. Es el Dios y Administrador Universal del Pensamiento quien distribuye el pensamiento cósmico en los universos materiales. Y cada Superuniverso recibe sus propias formas de pensamiento. Y cada universo local, la suya. Y ninguna forma de pensamiento del tiempo y del espacio es igual a otra. De ahí que la verdad y la lógica sean siempre relativas. No confundáis la energía con el pensamiento o con el espíritu o con la personalidad. En los seres en evolución, el pensamiento acompaña siempre a la energía y al espíritu. Pero la energía pura no precisa del pensamiento. El espíritu es el designio divino, y el pensamiento espiritual, el designio divino en acción. La energía es una entidad material. El pensamiento es una significación. El espíritu, un valor. Sólo en los reinos materiales y evolucionarios existe la posibilidad de intercomunicación e interdependencia entre energía, pensamiento y espíritu. Después del primer sueño de la muerte, es el espíritu quien se transmuta, alzándose sobre el pensamiento y la energía. Entonces seréis en verdad una "realidad". Ahora sólo sois una promesa de "realidad". Y es el Dios del Pensamiento quien prepara y cuida esa promesa de "realidad espiritual". Es Él quien, antes de que el Monitor de Misterio os habite, hace germinar en el prehombre y en el hombre la semilla del intelecto, vitalmente necesaria para el arribo de la chispa prepersonal del Padre. Dios no habita en las bestias. Dios Padre desciende tan sólo en las criaturas previamente dotadas de pensamiento y de voluntad. Y ésa es la misericordiosa labor del Espíritu Infinito, la tercera persona de la Deidad. Y por su divina orden, legiones de criaturas a su servicio recorren los vastos dominios de la creación, impartiendo infinitas formas de pensamiento en otras tantas infinitas formas humanas y mortales. Y cada pensamiento evolucionario es uno, siempre distinto a los demás. »Mas no confundáis el pensamiento con la Deidad. Aquellos que adoran el pensamiento están venerando su propia imperfección. Al igual que la perfección está en la naturaleza, la perfección también ha sido sembrada en el pensamiento. Pero ninguno de los dos es Dios. El pensamiento procede en verdad de Dios, pero los vuestros, como criaturas sometidas a la limitación de la carne, no han sido revestidos aún de la dignidad divina. ¿Creéis que vuestros oscuros y torpes pensamientos son dignos de un Dios? El plan concebido para vuestra evolución intelectual y espiritual es en verdad sublime. Pero esa suprema realidad apenas si puede ser intuida en la cárcel de la carne y de la sangre. Examinad vuestros pensamientos humanos. ¿Cuántas veces los truncáis por falta de sinceridad y de rectitud? ¿Cuántas veces los rebajáis al círculo de la animalidad? ¿Cuántas veces los ahogáis en el miedo y en la ansiedad? Aquel que en verdad elige hacer la voluntad del Padre ve con asombro cómo sus pensamientos van soltando las cadenas del miedo animal, elevándose entonces hacia asuntos y preocupaciones infinitamente más dignas. Aquellos que en verdad profundizan en el pensamiento humano sólo pueden postrarse, desolados y humillados, ante la inmensa imperfección de los mismos. Desconfiad de los pensadores que hacen del pensamiento un motivo de culto. Se engañan y os engañan.

»Y al igual que el Padre crea y atrae hacia sí a todas las personalidades y el Hijo crea y atrae hacia sí toda realidad espiritual, el Espíritu crea y atrae hacia sí toda forma de pensamiento. Y de la tercera persona de la Deidad parte un circuito "mental" que recorre la creación, ejerciendo una atracción absoluta y universal sobre aquellos pensamientos que merecen ser salvados. Y este misterioso circuito es independiente del circuito espiritual del Hijo y del circuito puramente gravitacional que mana del Paraíso».

El Dios de la Energía

6Y el espíritu de Dios me mostró después el segundo título del Espíritu Infinito. Y dijo: «Aquel que Actúa es llamado el Manipulador Universal: el Dios de la Energía. Él y sus agentes asociados penetran en la creación física y material de los universos, controlando, provocando o anulando cuantas energías han existido, existen y existirán. El Espíritu Infinito no es la energía, ni tampoco la fuente de la energía. El Dios de la Energía es su eterno y universal Manipulador. Por Él y en Él se desarrolla el movimiento de los astros, de los universos y de los reinos estrellados de los Superuniversos. Es el Dios de la Energía y sus criaturas asociadas quienes cohesionan las fuerzas que sostienen los mundos en la nada, los que provocan los cambios en las entrañas de los soles o en las órbitas de las lunas. Ellos tienen el poder y el contrapoder. Ellos multiplican el fuego y el agua. Ellos anulan, coordinan, estabilizan o impulsan todas las corrientes energéticas físicas visibles e invisibles de los universos creados o increados. Ellos trascienden la fuerza y neutralizan la energía. Ellos condensan y reducen la energía hasta materializarla o la expanden como un viento divino.

»Y en el Dios de la Energía y Supremo Manipulador reside un poder único en lo creado: sólo Él puede desafiar y anular la fuerza que cohesiona mundos, sistemas de mundos, constelaciones, universos locales y Superuniversos. Y ese poder único y sorprendente —que en el futuro de tu mundo será conocido como "antigravedad"— es transmisible a determinadas personalidades elevadas del Espíritu Infinito. Y este divino poder no es observable en el Padre y en el Hijo, sino en el Espíritu. Y ha sido escrito: "Él hace avanzar y retroceder los mundos con el solo movimiento de su mirada".

»Y esta acción del Dios de la Energía es una en coordinación con el Padre y el Hijo Eterno y Original. Y todas ellas son fruto de la conciencia y de la sabiduría infinitas del Manipulador Universal. No juzguéis equivocadamente: los aparentemente erráticos movimientos de los astros no son consecuencia de la casualidad o de leyes físicas nacidas del azar. El Gran Manipulador de las energías no permite la casualidad. El azar es fruto de vuestra ignorancia o de vuestros sueños. Todo obedece a la suprema inteligencia de la Deidad. Y el Espíritu Infinito, en este caso, es la gran palanca que activa y anima esa inteligencia. Quien tenga oídos, que oiga».