CAPITULO 7


"Interesante si es verdad… e interesante de todos modos". Mark Twain.

A mediados de marzo de 1 975 empaque mis maletas para ir a Miami a fin de continuar la investigation sobre el film oceanografico para la USLA. El trabajo dela Universidad de Miami en este campo era sobresaliente. Se me ocurrio que ya que iba alli, podia hacer por lo menos una exploration tentativa sobre las apariciones de la Eastern. Por la otra parte, estaria demasiado ocupado con todo desde ballenas a plankton para pensar en eso. Pero tal vez podria encontrar a alguien en Miami queme ayudara con la investiga-cion e hiciera algunas aproximaciones preliminares al proyecto. Trate de oponerme a la idea porque me distraeria. Sabia que yo vacilaba, y eso me irritaba. Inmediatamente antes de tomar el avion debia recibir una recompensa de la Academia de Ciencias de Nueva York por el libro Fever (Fiebre). Que pensarian ellos si yo mencionaba que estaba pensando en escribir la historia de un fantasma? Nuevamente me saque de la cabeza la idea de la Eastern y me concentre en la investigacion oceanografica, en los respetables campos de la ciencia y los filmes documentales.

Parti hacia Miami a mediados de marzo, a las 21, en el Vuelo 401 de Eastern. El Whisperliner L-1011 era ciertamente una aeronave maravillosa. Las barquillas de los motores, dos en las alas y uno bien alto en la seccion de cola, parecian lo bastante grandes como para que un hombre estuviera de pie en el interior. Los mecanicos y los cargadores de equipaje se afanaban debajo del vientre del avion, vigilando el cordon umbilical para el sistema electrico de tierra, elevando los equipajes hasta la puerta de carga, deslizando sobre rodillos la carga en contenedores, izando las bandejas de comidas hasta la cocina.

En el interior, el techo arqueado y alto brillaba con una agradable suavidad. Los asientos estaban bien espaciados y eran acogedores. Volariamos a una altura de 9.000 metros. En Miami el tiempo estaba calido, con nubes aisladas y dispersas. Me acomode con un Martini Gordon, saque de mi portadocumentos material de referencia para el film sobre oceanografia y trate de concentrarme en el.

Fue dificil. Mi mente seguia volviendo al Vuelo 401 de hacia mas de dos anos, cuando 176 personas se sentaron en el mismo vuelo confortable y nunca llegaron a destino. No temia que el accidente se repitiera. Se habia debido a una caprichosa combinacion de circunstancias que ahora seria imposible que se repitieran. Como le diran las tripulaciones de vuelo, el temor mas grande que tienen de volar es el viaje en limousine hacia y desde el aeropuerto. Yo sentia pena por las personas de aquel desdichado vuelo, y especialmente por la tripulacion que se habia visto enredada en una marana de circunstancias improbables.

No habia senales de Repo y yo no esperaba ser tan afortunado. Pero sin exception, la tripulacion de cabina sabia de el. Despues de que fueron servidas las bebidas y recogidas las bandejas de comida, fui a la cocina superior y charle con algunas de las auxiliares sobre Repo y el Avion N° 318. Estabamos volando en el N° 305, pero el Avion N° 318 todavia era una aeronave gemela de la que habian emanado varias historias. .

Como habia comprobado antes en otros vuelos, las reacciones de las azafatas eran variadas. Algunas se negaban a hablar del tema. Otras reian y bromeaban, pero confirmaban que no les gustaba trabajar solas en la cocina inferior. Otras contaron de

muchachas que se negaban lisa y llanamente a trabajar en la cocina inferior. Algunas mencionaron a tripulaciones de cabina que se negaban a volar en el N° 318, no por falta de seguridad sino porque se sentian inquietos. Algunas mostrabanse intensamente interesadas y querian saber lo que yo habia averiguado sobre el tema. Y muchas sentian el temor de que si me contaban lo que sabian, pondrian en peligro sus empleos o serian enviadas al psiquiatra de la compania. Esto, comprobaria despues, era un factor dominante en todas las personas de la Eastern con quienes hable. Estas reacciones y temores resultarian mas tarde un gran obstaculo. Era comprensible, aunque yo les aseguraba que su identidad estaria protegida. Ellos no tenian forma de saber que yo procederia asi. Aun con aquellos que reian y bromeaban acerca de la historia, sobre esto existia completa seriedad. Demasiados amigos suyos estaban convencidos de su validez, directa o indirectamente.

Seguir la pista a los detalles en esas circunstancias me parecia una tarea de investigacion casi imposible. La Eastern tenia aproximadamente 5.000 auxiliares de a bordo, y solamente un punado de ellas habia tenido experiencias directas. No conocia a nadie de la Eastern que pudiera darme los nombres y numeros telefonicos, y la politica estricta era no proporcionarlos a nadie, ni aun dentro de la compania. Sin embargo, en el Vuelo 401 de aquella noche iba una azafata que estaba completamente intrigada con la historia. Resulto ser Emily Palmer, una auxiliar de vuelo que habia recogido varias historias en detalle y que dijo que las reuniria para mi en una fecha posterior. Tambien hablaria con algunas de sus amigas que habian tenido experiencia directa para ver si estaban dispuestas a ser entrevistadas. Ella era una morena alta y atractiva, con gran entusiasmo e ingenio. Insistia en que Repo era ciertamente un fantasma bueno que continuamente habia estado senalando posibles fallas en el funcionamiento a las tripulaciones de vuelo, y que estaba ansioso de ayudar. Pensaba que la actitud de la Eastern era ridicula, especialmente la amenaza implicita de una referencia psiquiatrica en la foja de servicios. Esto, pensaba ella, era la razon principal por la que las tripulaciones no querian hablar.

Dije a Emily que si me decidia a escribir la historia me pondria en comunicacion con ella y la llevaria a ella y a su marido a cenar en mi proximo viaje a Miami. Ella me exhorto a escribir el libro. Habia involucrados demasiados miembros respetables y cuerdos de tripulaciones para que se tratara de un mito. Entre ellos, habia capitanes, y primeros y segundos oficiales.

El entusiasmo de ella era contagioso, pero yo tendria poco tiempo para siquiera pensar en la historia durante este viaje. Una historia semejante sera una experiencia temeraria, seria tratar con un mundo trascendental del que yo sabia muy poco, aunque algunos de mis libros anteriores habianse extendido hasta el limite de la realidad. Estaba pensando que preteria temas como el nuevo virus mortal en Fever, o la cruda realidad de We Almost Lost Detroit (Casi perdimos Detroit). Pese a la dificultad del tema, estaban dentro de lo facilmente comprensible. Los hechos eran hechos; nada brumoso habia en ellos. Empero, tenian mucho drama inherente que los hacia interesantes de escribir.

Me sentia contento con el premio de la Academia de Ciencias de Nueva York otorgado por Fever, porque reflejaba que el libro exponia claramente lo mejor que puede hacer la ciencia. La fase peor de la ciencia era la actitud que a veces revelaba una falta de conciencia social (como en la proliferacion de la energia nuclear, que invitaba a la catastrofe potencial), o el prejuicio cientifico que se negaba tozudamente a considerar siquiera la exploracion del reino poco conocido de lo paranormal.

La ciencia sabia mucho, pero entendia solamente una pequena fraccion de una geografia vasta y desconocida. El cerebro humano —la principal herramienta que esa ciencia usaba para sus observaciones — era poco comprendido. Su capacidad de observar estaba limitada por lo finito de sus circuitos, que a su vez estaban tratando de comprender lo infinito. La maquinaria del universo extendiase mas alla de la exquisita pero limitada herramienta que trataba de dividirlo en partes para examinarlo. Ciertamente, la mente iba mas alla del cerebro, pero ambos encontraban una paradoja cuando se volcaban hacia lo infinitamente pequeno o infinitamente grande. Lo que parecia indivisible podia volver a dividirse. Lo que podia multiplicarse, podia volver a multiplicarse. Con el cerebro y sus limitados circuitos como unica herramienta, la ciencia era como una radio tratando de sintonizar imagenes de television. Para ir mas alla de sus limitaciones, la ciencia tendria que dar un vigoroso, trascendental salto que combinara la deseable objetividad con la tolerancia hacia la asuncion imaginativa y creativa.

Pocas dudas habia en mi mente de que la idea de un fantasma o una aparicion era algo que ni un cientifico ni un periodista podian catalogar excepto desde el punto de vista de una evidencia interesante y provocativa. La evidencia no es prueba. Pero se acerca a la prueba si es convincente y logica. Si se acerca a la prueba, no es del todo diferente a la herramienta del matematico en el calculo, donde el simbolo "XO" es usado a menudo para decir "como X se apro-xima a cero". La "X" nunca llega a cero, pero es una asuncion practicable y conveniente. Nuevamente estaba sintiendome intrigado por la historia de la Eastern mientras estos pensamientos pasaban por mi mente durante el vuelo. Podria ser tratada la historia como el recurso del calculo, sin llegar nunca a la meta pero acercandosele en una forma provocativa? Podria funcionar realmente la idea de una comunicacion directa? Tendria que pensar un poco mas en ello.

Lo hice. Cuando llegue a Miami, fui a mi hotel y ordene mis entrevistas en la institucion oceanografica de la Universidad de Miami. Despues llame auna muchacha que conocia y que estudiaba periodismo en Miami. Ella me habia escrito previamente acerca de hacer investigaciones para cualquier proyecto que yo pudiera tener en la zona de Flo­rida. Su nombre era Rachelle Faul, y tenia una mente brillante y perceptiva. No le temia al trabajo duro. Mi primer pensamiento fue que podria hacer que ella verificara varios aspectos, que tomaran mi tiempo en la investigacion y estudio de oceanografia. Cenamos juntos. Mientras hablabamos, ella saco el tema de que estaba sumamente interesada en el campo de lo psiquico y que habia realizado una respetable cantidad-de estudios sobre el tema. Le hable de la historia de la Eastern. Mientras lo hacia, tome una decision alli mismo. Le encargaria que explorara la historia de la Eastern, y yo mismo haria toda la investigation oceanografica. Si aparecia alguna indication de que podriamos localizar a empleados dispuestos a hablar, y de reunir otros datos de la Administracion Federal de Aviacion que pudieran servir de apoyo a la historia, yo regresaria a Miami despues de completar el guion de oceanografia, para investigar mas profundamente la extrana historia del fantasma de la Eastern. Trazamos un plan esquematico. Le adverti acerca de que los empleados de la Eastern eran muy renuentes a hablar. La informacion de adentro seria muy dificil de obtener. El temor a ser despedidos era muy real para ellos. Pude hacer muy pocas sugerencias porque no habia dedicado mucha atencion a la historia. Mi decision de ponerla a prueba fue tomada impulsivamente. Elaboramos algunas preguntas claves que tendrian que ser respondidas. Que le sucedio al Avion Nc 318? Circulaban rumores de que lo habian vendido a TWA, o que su numero habia sido cambiado. Cuales eran los nombres de los que informaron haber visto las apariciones?

Como podiamos ponernos en contacto con ellos? Como podriamos enterarnos de algunas tripulaciones de vuelo que hubieran experimentado los fenomenos? Que recortes habia en los archivos de los diarios? Que information tendria la FAA? Que archivos, informes, documentacion, estarian disponibles?.

Probablemente seria inutil acudir a las relaciones publicas de la Eastern, porque ya sabiamos cual seria la reaction de la compania: un grupo de empleados y empleadas histericos que deberian visitar al psiquiatra. Sin embargo, de todos modos lo intentariamos. Yo tenia una pista proporcionada por Sharon Henning, la azafata de Pan Am. Ella conocia a una auxiliar de a bordo de Eastern llamada Liz Gallagher*. La llame mas tarde desde el hotel, pero solo pudo confirmar que varias de las jovenes con quienes ella trabajaba en los L-1011 se negaban a trabajar en la cocina inferior. Se mostro complaciente pero no tenia noticias de pistas directas. Emily Palmer estaba de viaje y no regresaria hasta despues de mi partida.

Tuve que dejar todos los sondeos iniciales en manos de Rachelle. Mi mente estaba demasiado llena de plankton y agua de mar para dedicar mucha atencion al tema. Era mucho mas facil investigar en un tema que se podia comprender. Aunque el hombre nunca ha llegado al fondo del mar, eso era mucho mas tangible. Yo temia haber encargado a Rachelle una tarea inutil que no nos llevaria a ningun sitio Pero ella lo tomo con buen animo y demostro tener ur don especial para ganarse la buena voluntad de la gente Cuando nos reunimos dos dias despues, ella habia caminado mucho y reunido un monton de informacion de una naturaleza general, pero practicamente nada de la Eastern, fuera de informes de segunda mano. Habia mucho material tecnico de la FAA sobre el accidente, para completar lo que yo habia recibido en Washington. Practicamente todos con quienes hablo sabian de las historias de las apariciones, pero se mostraban renuentes a hablar de ellas. No parecia un asunto muy prometedor. Simplemente, parecia que no habia suficiente material para seguir adelante. Habia unas pocas pistas, sin embargo, que posiblemente conducirian a algo. Rachelle tenia una amiga intima, Betsy Wilkes, que antes habia sido auxiliar de a bordo de la Eastern. Junto con Rachelle, era una avida estudiante de lo psiquico y se sentiria feliz de poder ayudar si sabia de algo. El problema era que no pudimos comunicarnos con ella y mi tiempo en este viaje estaba acabandose. Rachelle tenia tambien un amigo, J. R. Worden, quien con las otras dos participaba activamente en el movimiento de Frontera Espiritual. De ese modo, los tres habian experimentado alguna forma de la capacidad de mediums, en mayor o menor grado. Worden tambien conocia mucha gente que trabajaba en la Eastern y podria estar dispuesta a aportar algunas ideas. Pero nada de todo esto era concreto. Yo tenia que marcharme de Miami a la manana siguiente para volar directamente a Edmonton, Alberta, en ruta a la Costa Oeste para mas investigacion oceanografica. En Edmonton la ocasion era la grabacion de un programa para la television canadiense, que tendria escala nacional, sobre mi libro The Interrupted Journey, que habia sido publicado hacia casi ocho anos. Habia un renovado interes en el tema, con muchos nuevos informes de Ovnis aparecidos sobre Canada. El productor del programa pensaba que la historia de Barney y Betty Hill era un caso que nunca habia sido resuelto y que tenia muchisimo interes debido al alto calibre de los Hill y al psiquiatra que intervino. Tambien habia interes porque el caso, parecia indicar un posible contacto con alienigenos. Betty Hill volaria desde New Hainpshirc, y el doc­tor J. Allan Hynek desde la Northwestern University, donde era presidente del departamento de astronomia. No los habia visto a ninguno de los dos en cierto tiempo, y seria agradable volver a saludarlos.

El viaje de Miami a Edmonton es probablemente el vuelo mas monotono que se pueda emprender; pero curiosamente, Northwest Orient tenia un vuelo directo, sin cambio de aviones. Habia escalas en Chicago y Minneapolis para hacer que fuera un viaje largo. Sin embargo, me alegre de tener la oportunidad de descansar y pase casi toda la primera parte del vuelo durmiendo. En Minneapolis se hizo un cambio de tripulaciones, y cuando despegamos para el ultimo tramo hasta Edmonton, adverti subitamente que me habia olvidado de hacer mi investigacion habitual para ver si las tripulaciones de Northwest estaban enteradas del fenomeno de la Eastern.

Una auxiliar de a bordo, Elizabeth Manzione, estaba al tanto de las apariciones en la Eastern y de la historia de Barney y Betty Hill, y ambas le interesaban intensamente. Elizabeth era una morena inteligente y atractiva con una cantidad tremenda de entusiasmo. Se ofrecio a hacer averiguaciones adicionales entre varios agentes de rampa y auxiliares de a bordo de la Eastern con quienes se encontraba a menudo en sus diversos viajes. Yo estaba ansioso por cualquier material que pudiera obtener y le dije que lo apreciaria de veras. Ella dijo que me sorprenderia ante la cantidad de material que podia reunir, y que no debia subestimar el poder de una mujer en lo concerniente al trabajo detectivesco. Nos reimos, y ella siguio con sus tareas habituales. Antes de la grabacion para la television canadiense al dia siguiente, el profesor Hynek y yo almorzamos juntos y hablamos acerca de los problemas que se presentan cuando uno entra en territorio inexplorado. El profesor Hynek habia sido consultor cientifico oficial de la Fuerza Aerea de EE. UU. desde los primeros dias de avistamientos de Ovnis. Debido a su trabajo, se convirtio en el unico cientifico del pais que estaba en todos los detalles de las primeras investigaciones de la Fuerza Aerea sobre el tema. Al principio habiase sentido seguro de que habia una explicacion logica de los avistamientos, y que los mismos podian ser catalogados y explicados facilmente. Pero a medida que la evidencia fue acumulandose a lo largo de los anos y se elevaba la calidad de los informes de pilotos civiles y militares, policias, supervisores de la FAA y otros funcionarios que literalmente arriesgaron sus empleos al informar sobre los Ovnis, em-pezo a preguntarse si era acertada la actitud de descartar descuidadamente el fenomeno. El problema con el fenomeno Ovnis era el mismo que el concerniente al campo de lo paranormal. La calidad de la evidencia era lo que contaba. Pero debido a que el campo era tan efimero, atraia mucha estatica a un alto nivel de ruido, haciendo extremadamente dificil separar lo util de lo sin valor. Podia hacerse, pero llevaba una cantidad tremenda de tiempo estudiar la evidencia y separar el trigo de la paja.

—Tal vez me este metiendo en una historia mas problematica que la de los Ovnis -dije a Hynek.

—El problema que veo con cualquier cosa como esa —dijo el—, es la suposicion general de que sabemos todo lo que es posible saber, y de que todo lo que este mas alla de nuestro conocimiento cientifico actual, es simplemente inexistente, pues de otro modo ya lo sabriamos. Dentro de cincuenta o cien anos, los cientificos reiran de nuestras teorias, asi como nosotros nos reimos de las de hace un siglo.

Esta podria ser una clave, pensaba yo, para explorar cualquier cosa tan efimera como una aparicion. En el nuevo [redespertar de tantas personas al potencial del mundo psi-quico, los actuales patrones de medida basados en el pasado \ el presente tendrian que ser vueltos a examinar. Parecia que habia muchas cosas nuevas en el viento. La historia de Barney y Betty Hill, que esa noche discutimos extensamente en la grabacion para la TV de Canada, estaba lejos de tener respuesta, de una forma u otra. Quedaban de la misma residuos desconcertantes. En su regresion bajo hipnosis, Betty Hill recordaba que le fue insertada una larga aguja en el abdomen y que le informaron que se trataba de una prueba de embarazo. Ningun medico en su sano juicio habria usado una tecnica semejante en aquella epoca, a principios de la decada del sesenta. Casi una decada mas tarde, se anuncio en las publicaciones medicas una nueva tecnica para analizar los fluidos amnioticos durante el embarazo. Era una tecnica identica, nunca usada con anterioridad.

Betty Hill tambien habia dibujado un mapa, bajo hipnosis, del que recordaba que le habia sido mostrado por el ser "humanoide" del Ovni. Varios anos despues, trabajando a partir de un modelo de ese mapa, los astronomos localizaron una constelacion nueva. Pese a la resistencia cientifica general, tanto estaba sucediendo en los limites exteriores de la ciencia que resultaba dificil mantenerse actualizado en esto. Estudios cientificos por medio de tecnicas electroencefalograficas se estaban desarrollando en la Universidad de Washington para estudiar la meditacion trascendental. Otras universidades estaban estudiando la fotografia kirliana, un metodo para medir la energia que emana del cuerpo. La investigacion sobre la biorcalimentacion negativa era floreciente, Jonas Salk decia: "Esta teniendo lugar una nueva transformation en la cir-cunstancia de la vida humana… la performance pasada del hombre no deberia ser tomada como unica base para juzgar su futuro". Wilder Penfield, pionero en nuevas tecnicas para el tratamiento de la epilepsia, pasaba revista a su carrera en su libro The Mystery of the Mind (El misterio de la mente), editado por Princeton University Press. En el mismo decia que el habia empezado su carrera para probar que el cerebro es el responsable de la mente. Estudiando a millares de pacientes, experimentando con estimulacion electrica del cerebro, llego finalmente a la conclusion de que la mente era totalmente independiente del cerebro. "La mente esta por encima del contenido de la consciencia en todo momento. Es una entidad independiente. La mente dirige, el cerebro ejecuta. El cerebro es el mensajero a la consciencia".

Si la mente era una entidad independiente, que sucedia al morir? Esta seguia siendo la pregunta dominante para todos. Era por eso que los incidentes del L-1011 eran mas que una historia de fantasmas, mas que una curiosidad. Reflejaban un area vasta e inexplorada de un territorio acerca del cual el hombre ansiaba conocer mas. No fue hasta junio que pude regresar a Miami. Mientras tanto, Elizabeth Manzione, la auxiliar de a bordo de Northwest, estuvo probando su teoria sobre la capacidad detectivesca de las mujeres. Envio informe tras informe recogido entre personal de la Eastern Airlines en casi todos los aeropuertos donde Northwest compartia las rampas con esta. Habia varios, incluidos La Guardia y Kennedy. Muchos de sus informes estaban garrapateados en bolsas de papel de las que usan quienes se marean al volar, el papel mas a mano en el momento. Ella explicaba que podia olvidar los detalles si no anotaba los hechos rapidamente. Las bolsas tenian tendencia a abultar en el archivo, pero contenian mucha informacion. Y, fueron conducentes a que yo me decidiera a continuar con la investigacion, ahora que el guion para la pelicula sobre oceanografia estaba terminado.

En Miami, Rachelle Faul no estuvo ociosa. Junto con J.R. Worden habianse comunicado con sus contactos en la Eastern y habian reunido information muy interesante. "Primero, a traves del grupo de Fronteras Espirituales al que pertenecian, habian sabido de un ejecutivo de la FAA con base en Atlanta, quien estaba sumamente interesado en los fenomenos del L-1011 porque los mismos habian sido comunicados por tripulaciones capaces y confiables. Nunca liabia pensado que personas dedicadas a tareas tecnicas pudieran ser mediums, y esta informacion resultaba mas bien sorprendente. Lo que resultaba todavia mas sorprendente era que J.R. habia rastreado la pista de los pilotos de la Eastern, Stan Chambers y Richard Craig, quienes tambien eran mediums. Ambos tenian su base en Nueva York y eran miembros de un grupo de Fronteras Espirituales de esa ciudad, ambos habian hecho escalas en Miami durante el tiempo en que yo estuve ausente de

alli. Increiblemente, J.R. me dijo que cuando las historias de las apariciones en el L-1011 crecieron de manera alarmante, los dos capitanes y sus esposas, quienes tambien eran mediums, habian realizado lo que ellos llamaban una mision de "rescate de almas" para exorcizar los aviones. Estarian dispuestos a hablar conmigo, dijo J.R., cuando yo regresara a la zona de Nueva York.

En este punto tuve que detener a J.R. para absorber todo eso.

Como hizo para obtener esa information? —le pregunte.

—Bueno —dijo J.R.—, los miembros de Fronteras Espirituales, formamos un grupo muy unido. Estamos seriamente interesados en lo psiquico como parte de la religion, y en general, son un grupo educado e inteligente. Diria que los miembros son, en su mayoria, triunfadores en los negocios o profesiones. No somos tan excentricos como podria creerse. Me rei con el. J.R. continuo:

—Estamos en contacto frecuente con los miembros de otras partes del pais. Tenemos un verdadero interes comun. v no se puede hablar con cualquiera de las cosas paranorma-les. No es algo que resulte facil de comprender, De modo que lo que pasa en Boston, o Atlanta o Nueva York se sabe en Miami y en cualquier otra parte.

Dice que los pilotos estan dispuestos a hablar conmigo?

Dicen que si, en cualquier momento que usted vuelva a Nueva York y que ellos no esten volando.

el ejecutivo de la FAA?

—Rachelle lo descubrio —dijo J.R.

Estaba hablando con esta amiga mia del grupo de Fronteras Espirituales de Atlanta. Ella me puso en contacto con el, y yo lo llame. Dijo que estaria contento de hablar. Esta muy interesado.

—Sin embargo, ninguno quiere que se usen sus nombres —dijo J.R.—. No creen que la gente este preparada para absorber la idea de que los pilotos y tecnicos puedan ser tam-bien mediums.

-Es dificil de imaginar —dije.

—Ha habido demasiado misterio respecto de esta idea —dijo J.R.—. Los mediums no son mas que personas que han desarrollado su percepcion psiquica mas que otras. Estudie a J.R. y a Rachelle sentados frente a mi en la habitation del hotel. Ambos eran mediums y no podian actuar o parecerse mas a personas normales. Rachelle, en vaqueros, hubiera podido mezclarse en el campo de cualquier universidad. J.R., en camisa deportiva y pantalones de pana, parecia cualquier ingeniero o ejecutivo en su dia libre.

Pense que esto estaba poniendose interesante. Me interesaria saber mas cosas sobre el asunto.

No surgio nada mas? -pregunte.

Realmente, es dificil arrancar informacion a las auxiliares de a bordo —dijo Rachelle

. Estan asustadas. Lo mismo sucede con las tripulaciones de cabina. He hablado Con varios, siempre con la misma historia. Lo saben todo acerca de las historias, pero no quieren hablar porque podrian despedirlos, dicen, o porque conocen las historias so-lamente de oidas.

Yo hable con un mecanico que me dijo que ha observado un monton de detalles interesantes que a usted podria gustarle investigar - dijo J.R.-. Se llama Carry Lewis . Estaba trabajando temporariamente en Miami, pero ha regresado a Nueva York. El es otro que no quiere que se mencione su nombre, pero hablara con usted. Parecia que gracias a Rachellle v].R.. habia buenas pistas que estaban tomando forma. Pero no seria facil. Habria incontables callejones sin salida y pistas falsas. Rachelle lue

a las rampas del aeropuerto y al salon de descanso de azafatas del internacional de Miami para hacer una investigacion objetiva, pero no obtuvo nada util. Aunque todo el mundo sabia de los incidentes del L-1011. existia la continua renuencia a hablar de ellos. Hice una frustrada investigacion en lugares de reunion favoritos de las tripulaciones de la Eastern en Miami Springs. En todos la musica de rock era tan fuerte que el hombre que atendia el bar apenas podia oir el pedido de una bebida: fue inutil. Una fuente importante era Emily Palmer, la auxiliar de a bordo de Eastern con la que habia hablado en mi viaje en el vuelo 401 en mar/o. Se ausentaba tanto por sus viajes que fue dificil comunicarme con ella. Por fin pude hacerlo telefonicamente, y convinimos que ella v su marido cenarian conmigo cuando ella regresara de su proximo viaje. Para entonces, tendria organizadas sus notas sobre los incidentes en el L-101 1. Tambien me conto de algunas de sus amistades que volaban para la Eastern. cada una de las cuales habia tenido alguna clase de experiencia con el fenomeno del L-1011. Entre ellas estaba Denise Woodruff y Ginny Packard ambas auxiliares de a bordo. Estaba segura de que hablarian conmigo, ademas del piloto, de TWA que tenia cierta informacion acerca de los L-1011 que TWA habia alquilado a la Eastern durante la temporada, cuando el trafico hacia Florida era intenso.

Pude comunicarme en seguida con Ginny Packard por telefono. Le conte rapidamente de la historia que estaba investigando.

— Todavia no ha hablado de esto con relaciones publicas de la Eastern? —fue la primera pregunta que me hizo Ginny.

Le dije que aun no lo habia hecho, pero que no esperaba obtener mucha informacion de ese lado. Yo estuve en relaciones publicas en una epoca y conocia las artes y artimanas empleadas en una situacion como esta. Ella se mostraba muy vacilante para hablar, pero despues de que logre convencerla de que su nombre no seria usado, continuo. —Bueno —dijo—, se de otra auxiliar de a bordo que paso por la misma experiencia que yo, y termino siendo enviada al psiquiatra de la Eastern. No quiero colocarme en esa posicion.

Le dije que no la culpaba.

—Me temo que esto sonara mas fantastico que el demonio —dijo.

Le pedi que no se preocupara. Yo habia hablado con tripulaciones de vuelo que sentian lo mismo.

—Dios —dijo ella—. Esto es tan extrano. Usted tiene que comprender que soy absolutamente cuerda y normal.

Le dije que Emily Palmer me habia dado su nombre pero que todavia sentia renuencias para hablar. Tuve que asegurarle una y otra vez que su identidad seria mantenida confidencial. Finalmente empezo a hablar, pero la historia involucraba tambien a Denise Woodruff y Doris Elliot, la azafata que tuvo la extrana premonicion acerca del malha-dado Vuelo 401. Pense que si lograba hablar con las tres al mismo tiempo, podria armar mejor la historia. Ginny accedio, y le pedi que viera si las tres podian almorzar conmigo en mi hotel. Dijo que creia que las otras estaban en Miami y que volveria a llamarme si estaban disponibles.

Afortunadamente lo estaban, y los cuatro nos reunimos 'al dia siguiente. Eran animosas y simpaticas. Parecia existir entre ellas un espiritu de camaraderia, un sentido de desafio en que tenian absoluta confianza en lo que habian experimentado y en que no les importaba absolutamente nada si alguien les creia o no. Tomaban el asunto seriamente pero tambien con buen humor. Cuando empezaron a hablar, puse sobre la mesa mi grabador a cassette Sony TC-55 para empezar a registrar la historia. Fue alrededor de tres meses despues del accidente, me conto Ginny, en marzo de 1973, que la asignaron a un vuelo en L-1011 de Nueva York a Fort Lauderdale, junto con su

intima amiga Denise Woodruff. Era el Avion N° 318. A ambas les gustaba trabajar en los espaciosos L-1011, ya fuera en las cabinas o abajo, en la cocina, donde podian ca-lentarse mas de 200 comidas en los hornos de acero inoxidable y "puertas de cristal que cubrian ambos lados. Era un area acogedora y tranquila. Habia una iluminacion suave que venia de paneles luminosos que se extendian a lo largo de todo el techo. Algunas preferian trabajar alli abajo porque podian estar solas con sus pensamientos mientras cargaban los carritos llenos de bandejas en las plataformas de los dos estrechos ascensores, y los enviaban arriba, a la tripulacion de cabina, para que sirvieran las comidas a los pasajeros. Los ascensores llevaban los carritos de comida o dos azafatas un poco apretadas. Alli abajo habia menos agitacion y mas privacidad, lejos de los pedidos de los pasajeros.

El vuelo en que iban Ginny y Denise estaba completo, y las exigencias del servicio eran muchas. Denise se apreto en uno de los diminutos ascensores y bajo a la cocina inferior para dar una mano a su amiga Ginny. Mientras tanto, Ginny subia a la cubierta de pasajeros para ver si podia ayudar a sus companeras de alli. Los dos ascensores se cruzaron. En la cubierta principal, Ginny supo que Denise habia bajado para ayudarla. A Ginnv le llevo solamente un par de minutos prepararse para regresar a la cocina de la cubierta inferior. Sin que ella lo supiera, Denise subia por el otro ascensor mientras Ginny bajaba. Ginny se sorprendio un poco al no encontrar alli a Denise. Sin embargo no penso nada de ello, excepto que tenia la fuerte sensacion de que Denise todavia estaba alli abajo. Mientras seguia con su trabajo, la sensacion se hizo mas fuerte. Denise se encontraba alli abajo, estaba segura. Podia sentir su presencia: era una sensacion bastante pronunciada. Penso en otra cosa y siguio cargando las comidas de los hornos en los carritos. La sensacion de una presencia en la cocina aumentaba. Entonces Ginny estuvo convencida de que sabia el motivo. Denise siempre era amiga de hacer bromas y debia estar escondiendose de ella. Habia varios armarios en la cocina. Tal vez Denise era tan idiota como para embutirse en uno de ellos para darle una gran sorpresa, o algo parecido. Ginny decidio esperar a que saliera.

Pero ahora la sensacion de la presencia de alguien mas en el lugar crecio hasta volverse casi intolerable. Ginny supo que alguien estaba con ella en la cocina, v era una sensacion incomoda, desagradable. Estaba convencida de que en cualquier momento le darian un golpecito en el hombro. No podia evitar mirar por encima del hombro para evidenciarlo. Se rio de si misma v trato de sacarse la idea de la cabeza. No dio resultado. Ginny finalmente renuncio. Fue hasta los armarios, abrio las puertas v volvio a cerrarlas. Denise no estaba en ninguna parte. Y por mas que Ginny trataba de no darle importancia, la sensacion de una presencia definida se hacia tan intensa que llego a ponerse de espaldas contra las paredes para evitar a quienquiera que pudiera es-tar detras de ella. Se sentia tonta v ridicula. Ahora la sensation de la presencia era intolerablemente intensa. Nunca habia sentido algo semejante en su vida. Se apodero de ella un miedo intenso. Tenia que llegar a esos ascensores y salir de la cerrada cocina. Estaba casi paralizada por el miedo. Fue deslizandose contra la pared, contra la hilera de hornos, hacia el ascensor. No podia creer que estaba actuando en esa forma. Ginny llego a los ascensores, apreto el boton, y espero con la espalda contra la pared junto al ascensor. Parecio que demoro un tiempo interminable en llegar. Salto al interior, palida y temblorosa. El viaje hacia arriba parecio interminable. En la cabina principal abrio la puerta y casi tropezo con Middy Darrow , otra auxiliar de a bordo. —Ginny —le dijo — , que demonios pasa contigo?

—No puedo hablar de ello -dijo Ginny. Sentiase estupida y avergonzada de si misma. — Ven conmigo —le dijo Middy.

Siguio a Middy hasta la parte posterior del avion. Denise estaba alli y ella, tambien, se hallaba visiblemente agitada.

—Ustedes dos estan tan transtornadas como nunca las he visto dijo Middy. Se volvio a Ginnv . Te paso lo mismo que le paso a Denise?

Ginny empezaba a recobrar el dominio de si misma —. Que le paso a Denise? — pregunto.

Denise conto precipitadamente su historia. Cuando habia bajado en el ascensor a la cocina de la cubierta inferior. Ginny debio estar subiendo porque cuando Middv llcgo a la cocina, alli no habia nadie. Inmediatamente la acometio una sensacion fria, muy pegajosa, algo que nunca habia sentido antes. Espero unos momentos que Ginny regresara. La sensacion se hizo mas intensa y parecio dominarla completamente. Hizo lo mismo que Ginny haria despues: corrio hacia el ascensor. Al llegar a la cubierta principal conto a Middy Darrow lo que le sucedia y fue a la parte posterior del avion para tratar de recuperarse. No tenia idea de que Ginny estaba experimentando la misma sensacion. Pidieron a Middy que no dijera nada, a nadie acerca del incidente, y ella asintio.

Lo que intrigo a Ginny y a Denise fue que ninguna de las dos supo que la otra estaba experimentando el extrano encuentro, y sin embargo sus experiencias fueron casi iden-ticas. Volvieron a compararlas. Era algo inexplicable, y se obligaron a sacarselo de la cabeza.

Unas pocas semanas despues de esto Doris Elliot trabajaba en la cocina de la cubierta inferior del Avion N° 318. Era el mismo avion en que Ginny y Denise tuvieron su expe-riencia, pero Doris nada sabia de eso. Habia superado el shock de su premonicion sobre el Vuelo 401, pero nunca la olvidaria completamente. Todavia le encantaba trabajar en los L-1011. No les tenia ningun miedo, lo mismo que la mayoria de la tripulacion, pese al accidente. En realidad, como muchos otros, sentia mas confianza que nunca en el avion debido a los cambios en el equipo y los procedimientos que impedirian un accidente similar.

Habia inconvenientes menores, pero eran el tipo de cosas que pueden suceder en cualquier avion de cualquier linea aerea. No habia problemas importantes como los que enfrentarian los DC-10 o los 747 con sus puertas selladas, provocando la tragedia cuando la puerta de carga estallo hacia afuera, el piso se desplomo y el DC-10 cayo verticalmente a tierra. Las puertas del L-1011 cerrabanse desde el interior, donde la presion de la cabina las mantenia firmemente contra el marco. Habia algunos problemas que se presentaron con los tres motores gigantes, pero fueron lentamente superados. En el interin, el enorme avion podia aterrizar en absolutas condiciones de seguridad con un solo motor, aunque no podia despegar en esas condiciones. El avion tenia el sistema de aterrizaje mas perfeccionado de la aviacion, pese al destino del Vuelo 401. A veces podian fallar los botones de llamada de los pasajeros, el sistema de calefaccion o de aire acondicionado podia ser inadecuado, los hornos podian recalentarse, los anaqueles de equipajes no cerrar correctamente… cosas asi.

Sola en la cocina del Avion N° 318, Doris Elliot advirtio subitamente que estaba experimentando una de esas fallas menores cuando la cocina se puso incomodamente fria. Siguio trabajando, ordenando prolijamente las bandejas recien calentadas, en los carritos de servicio. El frio persistia, un frio humedo, penetrante. Era extrano porque, en todo caso, el abrir y cerrar los hornos a menudo hacia que el ambiente de la cocina estuviera mas caliente.

Finalmente llamo al ingeniero de vuelo para que viera si podia corregir la situacion. Cuando el llego, estuvo de acuerdo en que la temperatura era extraordinariamente baja y fue a controlar el termometro. Indicaba 32 grados, sin discusion, pero el frio continuaba.

Aunque sintiose desconcertado, estuvo seguro de que la situacion podria ser corregida por mantenimiento, y decidio informar de la anomalia al aterrizar. Mientras tanto, el resto del vuelo no llevaria mucho tiempo y Doris planeo subir a la cubierta de pasajeros ni bien terminara de servir.

Excepto la evidente incomodidad, ni el ingeniero ni Doris volvieron a pensar en el incidente.

Yo observaba atentamente a las jovenes mientras ellas relataban la historia. No podia dudarse de la intensidad de sentimientos acerca de sus experiencias, de que creian en ellas y de que corroboraban mutuamente sin forzar los hechos. Nos tomamos un descanso para relajarnos un poco. Pese a sus experiencias, ellas tenian un gran afecto por los L-1011 y los elogiaban constantemente.

-Soy una fanatica de los L-1011 —dijo Denise-. Me encantan. Probablemente podria conseguir una linea mucho mejor en el 727, pero estoy muv contenta con el L-1011. A los pasajeros les gusta, y estan de mejor humor en el. Quedan tan sorprendidos por las dimensiones, y tienen mas cosas en que entretenerse.

Las otras asintieron. Empezaron a contarme los antecedentes de las apariciones. Segun se habian enterado de otras auxiliares de vuelo, el segundo oficial Don Repo reaparecia en el avion con mayor frecuencia. El capitan Loft tambien habia aparecido, una vez muy vividamente, segun Ginny, pero no con tanta frecuencia como Don Repo. —Probablemente Emily Palmer pueda contarle muchas cosas -dijo Ginny—. Ha llevado un registro muy completo. Dije que la veria pronto.

-Doris y yo nos perdimos un incidente muy dramatico con el capitan Loft… en el aeropuerto de- Newark -dijo Denise.

Estaba por pedirle que me describiera lo sucedido cuando Ginny dijo:

—No le he contado mi experiencia mas increible. Le gustaria escucharla?

Le dije que si, pero que primero me gustaria obtener alguna informacion sobre antecedentes. Queria saber como las habia afectado el incidente. Unanimemente expresaron deseos de mantener las experiencias en silencio en lo concerniente a la Eastern.

-Eso de que a una la manden a ver al psiquiatra de la compania no es ninguna broma -dijo Denise-. Es el primer paso para que a una la dejen en tierra. Ademas, nos expon-driamos al ridiculo. Eso tambien es dificil de soportar. Estamos corriendo un gran riesgo al confiar en que usted no nos identificara.

Volvi a asegurarles que no las identificaria, y me dirigi a Ginny para pedirle que continuara con su historia y que

las otras intervinieran cuando les llegara el momento y lo creyeran oportuno. Despues de sus experiencias, Ginny y Denise siguieron en su rutina normal, dijo Ginny, volando casi siempre en los L-1011, segun los programas de la compania. Eastern tenia unas 5.000 auxiliares de a bordo. Una vez al mes, cada una solicitaba los viajes que le parecian mas favorables, y esperaban conseguirlos. Ginny habia estado cinco anos en la Eastern. Sus viajes incluian Miami a Boston, a Nueva York, a Tampa, y a muchos otros puntos en el vasto laberinto de rutas de la Eastern. A algunas auxiliares les gustaban los viajes de ida y vuelta tipo lanzadera, donde volaban a Nueva York en el vuelo 26, llegaban alli a primeras horas de la tarde y despues volaban en el 401 o 477 a Florida y estaban en casa alrededor de la medianoche. A otras no les importaban los vuelos extensos, con escalas de un dia para otro en Nueva York, Boston o Filadelfia, o cualquier otra parte. Estaban tambien los viajes elegidos, a Mexico, San Juan de Puerto Rico, u otras partes del Caribe. El trabajo era duro y exigente, pero tenia sus

compensaciones en pasajes gratis o tarifas reducidas. Los dias reales de trabajo totalizaban solamente quince o dieciseis al mes.

Pese a la extrana experiencia que habia compartido con Denise, Ginny no tenia ningun temor en la cocina del L-1011. En realidad, seguia prefiriendo esa tarca a la necesidad de responder constantemente a los pedidos individuales de los pasajeros. Era una rubia jovial y atractiva con un fuerte sentido de independencia y un entusiasmo vivaz. Varias semanas despues de su primera experiencia con Denise, volaba rutinariamente en el Vuelo 401 de Nueva York a Miami. Habia notado que la maquina para el vuelo era la N° 318, la misma en la que tuviera su experiencia anterior.

Abajo en la cocina esperaba junto a la puerta del ascensor, lista a enviar unos carritos de comida a las asistentes de vuelo de arriba. En los periodos picos, los ascensores re-sultaban a menudo lentos. No volvian a bajar por sus estrechos tubos hasta que las puertas en la cubierta de pasajeros estuvieran firmemente cerradas y trabadas. Ginny estaba impacientandose algo. Apreto varias veces el boton para llamar a los recalcitrantes ascensores, y espero. Entonces se apoyo contra la pared de estribor del avion, y descanso. A su izquierda estaba el mamparo que separaba la cocina de la seccion que contenia el equipo electrico del avion. Podia entrarse alli por una puerta grande y pesada que tenia una ventanilla del tamano de un ojo de buey. Por el angulo del ojo, percibio una brumosa formacion parecida a una nube, frente a la pared del mamparo, sobre la puerta. Intrigada, se volvio y miro. La cocina estaba brillantemente iluminada y no tuvo dificultad para examinar la formacion en detalle. No era condensacion, ni vapor, ni humo, estuvo segura de eso. Parecia del tamano de un po­melo, pero estaba agrandandose. Tambien palpitaba de una manera extrana, y la forma era mucho mas substancial y articulada que el humo. Si hubiera sido humo, o aun condensacion, ella habria avisado inmediatamente al ingeniero de vuelo. Para asegurarse miro una entrada de aire cercana. No habia condensacion en ninguna parte cerca de la misma. Apreto otra vez el boton del ascensor y en seguida se volvio para mirar. La nube tenia ahora el tamano de una pelota de basketball alargada, a unos pocos centimetros de la pared, y empezaba a adquirir una forma mas nitida, mucho mas solida. Ella estaba fascinada, inmovilizada por el fenomeno. Todavia seguia creciendo. Ella apreto con mas fuerza el boton del ascensor y miro hacia otro lado. "Quizas,", penso, "si no miro desaparecera". Nuevamente apreto el boton. El ascensor aun no venia. Ginny queria mirar y no mirar al mismo tiempo. Todavia podia ver la forma por el rabillo del ojo. Aparecia mas pronunciada que antes. Volvio a mirar. Ahora no cabian dudas. Estaba convirtiendose claramente en una cara, a medias solida, a medias brumosa. Oyo cerrarse la puerta de arriba del ascensor, y el vehiculo empezo a bajar. Apreto freneticamente el boton, aunque ahora era innecesario. Parecia demorar un tiempo interminable en llegar hasta ella.

En el momento en que el ascensor llegaba al nivel de la cocina de la cubierta inferior, ella miro otra vez. Ahora era una cara completa, nitida, con cabello oscuro, gris en los tostados, y anteojos con armazon de acero que ahora se distinguian claramente en la imagen tridimensional. No habia duda de que era una cara, y que llevaba anteojos. Se los veia con claridad y nitidez. Esto era el toque final. Ella habia podido racionalizar el comienzo de la formacion explicandose a si misma que tenia que ser condensacion, aunque sabia que no era asi. Los anteojos de armazon de acero y el pelo claramente identificable eliminaron cualquier incertidumbre de su mente. El ascensor llego. Ella abrio rapidamente la puerta y entro. Estaba transtornada y temblorosa. Al llegar al nivel de la cubierta de pasajeros fue inmediatamente al lavabo y trato de recobrar la compostura. Era dificil controlarse. Tenia miedo de contarselo a nadie. Era demasiado fantastico, demasiado increible. La primera experiencia habia sido bastante dificil, pero la habia compartido con Denise. Ahora estaria sola. No queria contarselo ni siquiera a Denise. Cuando vio formarse los anteojos en la cara ya bien diferenciada, supo que no era ella la que estaba creando la imagen con su mente. Nada sabia de otras experiencias y no tenia el consuelo de eso para que le sirviera de apoyo a su propia experiencia. Sentiase terriblemente sola y estaba decidida a no decir a nadie lo que habia visto.

Aproximadamente un mes despues, Denisc Wood-druff y Doris Elliot llegaron al aeropuerto de Ncwark en un vuelo rutinario en L-1011 desde Miami. Tenian que esperar un tiempo relativamente corto para emprender el regreso en otro vuelo y fueron al salon de descanso de las auxiliares de a bordo. Alli se encontraron con una escena de considerable consternacion. Media docena de auxiliares de a bordo estaban discutiendo un incidente que habia sucedido ese mismo dia mas temprano y que, en vista de las experiencias anteriores de Denise y Doris, era sorprendente. Se enteraron de que el Avion N° 318, asignado a un vuelo a Nevvark estaba siendo sometido a la verificacion normal antes de volar de regreso a Miami. El segundo oficial habia completado su recorrida: el capitan y el primer oficial estaban en sus asientos en la cabina, entregados a verifi-car la interminable lista de detalles, disenada para asegurarse de que no se pasaba por alto nada que pudiera afectar la comodidad o la seguridad del vuelo. En las cabinas de pasajeros, las auxiliares de a bordo preparaban el avion para embarcar a los pasajeros. Los proveedores Marriott ya habian terminado de cargar los contenedores de comida en la cocina de la cubierta inferior, y todo estaba dispuesto.

En pocos momentos, los pasajeros subieron, fueron conducidos a sus asientos y se prepararon para el despegue.

En la section de primera clase, Sis Patcrson', la azafata principa] para esc vuelo, estaba haciendo su cuenta de rutina. Comprobo, que, segun la cuenta, habia un pasajero de mas, y volvio a contar para verificarlo. No le llevo mucho tiempo descubrir la razon de la discrepancia. Habia un capitan de la Eastcrn, en uniforme, en uno de los asientos, y evidentemente era uno que regresaba antes de traer otro avion a Newark. Eso era una cosa muy comun, y a veces esos capitanes viajaban en el asiento rebatible despues de sentarse en primera clase durante la primera parte del vuelo. Igualmente era necesario confirmar esto, y Sis se acerco con su lista al capitan.

-Perdon, capitan —dijo--. ;pero viaja usted en un asiento rebatible en este vuelo? No lo tengo en mi lista.

El capitan no respondio. Siguio mirando directamente adelante.

— Le ruego que me disculpe, capitan -repitio ella —. Tengo que verificarlo a usted como pasajero en asiento rebatible o en primera clase. Podria ayudarme?

El capitan siguio sin responder. Siguio mirando adelante, sin hacer ni un gesto, sin hablar.

Sis estaba desconcertada. Diane Boas, la supervisora del vuelo, se acerco. Tambien ella estaba desconcertada. El hombre parecia perfectamente normal en todos los aspectos, y sin embargo daba la impresion de hallarse en una especie de estado de obnubilacion. Ninguna de las dos estaba segura de lo que debian hacer. Finalmente. Sis fue hacia la cubierta de vuelo v entro en la cabina. Tal vez el capitan del vuelo podria obtener una respuesta donde ella no habia podido lograrla.

El capitan del vuelo tambien quedo perplejo. Se levanto de su asiento en la cabina y fue con Sis al compartimento de primera clase. Habia una inedia docena de pasajeros re-gulares en la vecindad inmediata del recalcitrante capitan pasajero, curiosos por lo que estaba sucediendo. El capitan del vuelo acercose al asiento, impaciente por poder ocuparse de sus tareas e iniciar el vuelo. Lo que lo intrigaba era que no habia registrado ningun otro capitan de la Eastcrn como ocupante de un asiento rebatible, y aparentemente el hombre no tenia un pase para volar.

Con la azafata y la supervisora del vuelo a su lado, el capitan se inclino para dirigirse ai otro capitan. Inmediatamente quedo helado. "Dios mio, es Bob Loft" dijo. Habia silencio en la cabina. Entonces sucedio algo que nadie en las vecindades pudo explicar. El capitan del asiento de primera clase, simplemente, no estaba mas alli. Estaba alli en un instante, y no estaba en el instante siguiente.

El capitan fue a la oficina de operaciones en el aeropuerto. Hubo una larga demora. El avion fue revisado. En ninguna parte pudieron hallar al capitan desaparecido. Final-mente el Avion N° 318 fue hasta la pista para despegar, con su cuenta de pasajeros ahora verificada y correcta, pero con un grupo de pasajeros y tripulantes atonitos y perplejos.

En horas la historia se difundio por toda la Eastern y media docena de otras lineas aereas. Cuando Ginny Packard y Denise Woodruff oyeron la historia, sintieronse enormemente aliviadas en un sentido. La misma ratificaba sus experiencias y las hacia sentirse menos asustadas. Tambien les produjo mucha curiosidad. Ginny Packard oyo el relato con especial interes debido a su experiencia en la cocina, cuando la cara se formo tan clara y nitidamente a su lado. Fue un choque mucho mayor que su primera experiencia, en la que ella y Denise solamente sintieron una presencia pero no vieron nada.

Ginny era una muchacha sensata y practica. Era inteligente, ingeniosa, y en absoluto inclinada a dejar volar su fantasia. Y tambien estaba convencida de su cordura y capacidad racional para la observacion. Era popular y tenia muchas amigas, las que la miraban con simpatia y respeto. Habia vuelto a examinar mentalmente el incidente del frio en la cocina, tratando de racionalizarlo y de convencerse de que habia sido producto de su imaginacion. Cada vez que lo intento, se vio obligada a volver a la conclusion de que habia visto la cara, el pelo, la forma de los anteojos en grafica realidad frente a ella. No creia en fantasmas y no era afecta a ninguna de esas historias. Compartio su preocupacion con su esposo Fred, un prometedor ejecutivo joven de otra linea aerea. El la tranquilizo respecto de su cordura y la ayudo a reirse del incidente, fuere lo que fuere. Senalo que conocia la fortaleza y las debilidades de Ginny mejor que nadie, y que ella era mucho mas realista que el. Cuando el se entero del incidente del aeropuerto de Newark, que incluia como testigo a un veterano capitan de linea aerea, una azafata, una supervisora de vuelo, senalo a su esposa que ahora ya no necesitaba seguir afligiendose.

Su confianza en ella la animo considerablemente porque al dia siguiente deberia volar en un viaje de ida y vuelta entre Miami y Nueva York, de ida en el Vuelo 26 y de regre-so nuevamente en el 401. Ginny no tenia miedo del avion. En realidad, en el sentiase mas segura que en cualquier otra maquina. Tampoco tenia temor de otro encuentro extrano. En realidad, sentiase intrigada, ahora que el escalofrio habia pasado. Su temor no era una falta de confianza en si misma; era mas lo que temia de lo que pensarian otros si ella les comunicaba lo que habia visto.

Fred la llevo al Aeropuerto Internacional de Miami a primeras horas de esa tarde. Ella habia recuperado su antiguo espiritu vivaz. Se despidio de el con un beso y fue por la rampa hacia el avion. Miro por la ventana de la sala de espera hacia la seccion de cola, donde, estaba el numero del avion. Decia N318 EA, designation oficial del L-1011 .de Eastern N° 318.

—Bien —se dijo Ginny— estoy preparada para cualquier cosa.

Las auxiliares de a bordo Denise Woodruff y Doris Elliot se encontraban en Newark

tres dias despues del sorprendente incidente en la seccion de primera clase del Avion N°

318. En defensa de su propia cordura desde su anterior experiencia con Ginny, Denise estaba decidida a averiguar con mas detalles lo sucedido en el incidente de Newark. Los detalles que habian circulado del hecho eran bastante coherentes, pero Denise queria saber mas. Doris compartia sus sentimientos. No estaban tratando con una historia de fantasmas en viejos castillos ingleses o enormes mansiones vic-torianas. Esta sucedia en la moderna era del jet. El ambiente estaba en contra de las historias convencionales de fantasmas. Y ademas, el incidente de Newark no involucraba a ninguna imagen borrosa y transparente. Se trataba de una aparicion completamente tridimensional; totalmente corporal… y que de pronto, simplemente, desaparecio.

En Newark, Denise y Doris comprobaron con satisfaccion que su viaje de regreso lo harian en el avion #318. Esto les daria una oportunidad autentica de verificar en el libro de bitacora del avion, donde todo incidente, importante o trivial, tenia que ser registrado segun las reglamentaciones de la FAA. Esos informes acumulabanse en el libro de bitacora oficial durante un periodo extenso de tiempo y se convertian en parte permanente de los registros del avion. El libro permanece en el avion hasta que esta lleno, habitualmente un periodo de dos o tres meses. Los pilotos registran los incidentes mecanicos en un lado de la pagina; las auxiliares de a bordo hacen lo mismo en el lado opuesto.

Al final de cada viaje, la auxiliar de a bordo mas antigua escribe su CDR —Informe de Discrepancias de Cabina— en hojas engomadas. Estas, a su vez, son adheridas en el si-tio correspondiente del registro permanente, al lado del informe tecnico de la tripulacion de vuelo.

Antes de abordar el avion para su vuelo asignado, Denise y Doris fueron a la oficina de programacion de tripulaciones a hablar con Hal Griffin, amigo de ellas, con el proposito de obtener de el informacion mas definida sobre la fantastica historia de la desaparicion del capitan. Como programador de tripulaciones, el tendria informacion de primera mano. Hal confirmo la historia en detalle. Toda la. iripulacion de vuelo, les dijo, habia dejado el avion para informar del incidente y luego lo habian registrado en el li-bro de bitacora. El vuelo habia sido demorado casi una liara. Eventualmcnte el avion partio, y no se registraron otros incidentes.

La confirmacion del programador de tripulaciones era mas de lo que Doris y Denise esperaban. Habian estado seguras de que los detalles habian sido exagerados y distor-sionados al circular por los salones de descanso de auxilia-ies de a bordo, portadores de equipajes, mostradores de pasajes y oficinas de reservas. Parecia que a cualquier lado que fueran, el personal de la Eastern hablaba del asunto. Sus propias experiencias, junto con la de Ginny Packard, empalidecian en comparacion. Cuando se preparaban para abordar el Avion #318 para el viaje de regreso, lo primero que pensaron hacer fue mirar en el libro de bitacora.

Lo encontraron y lo tomaron con considerable tension y expectativa. Cuando lo abrieron notaron algo muy extra-no. Todas las paginas, hasta la de la fecha del incidente, habian sido retiradas en contra de la practica general. Los comentarios que pudieron hacer el capitan y la tripulacion sobre ese vuelo tan desusado faltaban por completo. Intrigadas y un poco irritadas, Denise y Doris se abocaron a su tarea de preparar el avion para el vuelo de regreso. Era extrano que las paginas viejas del libro hubieran sido retiradas. Por la otra parte, era comprensible. Como podia una tripulacion de vuelo hacer un informe tecnico sobre la aparicion de un fantasma? O si habian registrado el incidente, como podrian describirlo?

Si el incidente fue tan grafico y verdadero corno parecia indicar la evidencia, habia algunas preguntas importantes que podrian hacerse. Era esa una indication de que un individuo podia sobrevivir despues de la muerte y retornar en forma tan viviva que tripulaciones de vuelo con formacion y mentes tecnicas podian experimentarla? Como Ginny y Doris, Denise ya no tenia miedo de su propia experiencia. Sin embargo, crecia su curiosidad. Cuando bajo a trabajar en la cocina, se sorprendio esperando que ocurriera otro incidente. Con mas de 200 comidas que preparar, sin embargo, tenia poco tiempo para sonar. Empezo a organizar su rutina para el vuelo, ya olvidada de sus temo-res, pero con su curiosidad quemandole mas intensamente que nunca. Asi y todo, pese a eso, se sorprendio colgando inconscientemente su bolso de mano sobre el horno numero uno del entrepano de la derecha, para asegurarse de que no habria reflejos.