ESCENA TERCERA

DICHOS Y EL PRÍNCIPE.

EL PRÍNCIPE:

Salud, gran rey. Salud, bellas princesas. ¿No es éste el palacio de Chuchurumbé?

HIJA 3:

(Aparte). Que cuanto más se mira, menos se ve. Parece tonto.

EL REY:

(Aparte). Ten prudencia y crianza… Yo soy el rey Chuchurumbé, noventa y nueve duplicado de este nombre, que no quise prolongar la serie en tan mal número. Éste es mi palacio y éstas son mis tres hijas. Y vos, amable joven, ¿quién sois?

EL PRÍNCIPE:

¿Conocéis este anillo?

EL REY:

¿Sois el Príncipe Azul? Hijo de mi mejor amigo… ¡Ah! No sabéis cuánto me alegro de veros y cuánto quiero a vuestro padre… Veinticinco años llevamos de estrecha amistad, y en ese tiempo sólo hemos tenido tres guerras, que yo he perdido siempre. Podéis figuraros si tendré interés en evitar la cuarta… ¿Qué os parecen mis tres hijas?

EL PRÍNCIPE:

A cuál más bella.

EL REY:

¡Oh! La belleza es lo de menos… La educación, la educación… Son muy mujeres de su palacio. Ellas cosen, ellas guisan… Harán feliz a un hombre; mejor dicho, a tres hombres…, porque las leyes no permiten que uno solo se case con las tres; y creed que yo celebraría que por vos pudieran alterarse las leyes.

HIJA 3:

(Aparte). Dices muchos disparates, papá…

EL REY:

(Aparte). Calle la mocosa… Acabaréis por asustarle… Dejadme a mí, ya que, por desgracia, no tenéis madre y tengo yo que hacer estos papeles…

EL PRÍNCIPE:

Ya sé que sólo a una puedo elegir…, y será a la que yo amaba sin conocerla… Yo sé por mis libros que, de las hijas de los reyes, siempre la menor es la más bella y virtuosa…

EL REY:

(Aparte). Guardad compostura. Sí, eso dicen los libros y los cuentos… Y… (Aparte). Le endosaremos la menor, que es la peor criada… Y así es… Ésta es su mano. Os lleváis la mejor perla de mi corona.

HIJA 2:

(Aparte). No es feíllo… y será un rey poderoso…

EL REY:

Reuniré a mis ministros para firmar los esponsales… Mañana empezarán los regocijos con un gran besamanos…

EL PRÍNCIPE:

¿A eso le llamáis regocijo…? No hay nada más aburrido…

EL REY:

Para nosotros. Pero a los cortesanos les divierte mucho.