La madurez no tiene edad

Era una joven de familia muy humilde apenas tenían para comer, sus padres vendían flores en la puerta de la iglesia, así pasó su infancia, un día conoció a un chico muy apuesto y educado que la trata como una princesa, nunca le faltó el respeto y siempre trataba de hacerla feliz, pero ella apenas tenia 14 años, el chico 19 años. Después de meses de noviazgo, él insistió en que era hora de dar el paso, que era la mujer de su vida y quería hacerla suya y que hicieran el amor, ella en ese momento no aceptó, pues no creía que fuera lo mejor e incluso por su edad no estaba preparada, pero ante la insistencia del chico y su forma de hacerle ver que gracias a él tenía algo y que poco se lo agradecía si no era capaz de demostrarle el amor entregándose a él, mejor era dejarlo... un día ella aceptó. Ambos se fueron a una casa solos, cuando empezó a besarla y desnudarla ella se sintió muy mal y quiso parar, no podía continuar pero él hizo caso omiso a sus ruegos, ella comenzó a llorar y a tratar de quitárselo de encima, pero el se embraveció, la comenzó a golpear y a insultar y la violó... cuando ese infierno acabó, él se vistió y se marchó, la dejo llorando desnuda en la cama y nunca más volvió saber del chico. A partir de ese momento, la vida de ella cambió, nunca dijo lo que ocurrió por vergüenza a los demás y a que todos dijeran que ella fue la culpable por ir con él a esa casa.
Su adolescencia la pasó en un convento donde encontró la paz, pero quería ayudar a las demás y quiso crear una asociación para la ayuda de mujeres violadas y maltratadas... y así ayudar a otras mujeres para que no se sintieran con esa culpabilidad que ellos las hacen sentir y de alguna manera ayudarlas a curar esa herida que llega el alma o al menos darles un consuelo una manera de ver que la vida no acaba ahí en ese momento y deben seguir adelante... todo lo hizo desde sus catorce años, pero el proyecto se quedó a medias pues un cáncer acabo con su vida a los 24 años.