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La dieta de Shinya

En este libro he tratado de explicar cómo trabaja la fuerza vital de las plantas y cómo fomenta nuestra salud. He querido que tengas esta información a modo de conocimiento básico. Sé que es difícil retener todos los detalles de cómo funciona el cuerpo. Para que te resulte más fácil cambiar las cosas, concéntrate en dos sencillos hábitos. Te animo a que adoptes el método Shinya del miniayuno y aumentes la presencia de alimentos de origen vegetal en tu dieta.

Tras años de observar los intestinos de mis pacientes mediante colonoscopias, recomiendo encarecidamente una dieta compuesta de un 85 por ciento de alimentos de origen vegetal y un 15 por ciento de alimentos de origen animal. En otras palabras, el 85 por ciento de tu ingesta de calorías debería proceder de alimentos de origen vegetal y sólo el 15 por ciento de alimentos de origen animal (carne y lácteos). Para quienes creen que la carne nos da fuerza, esta propuesta puede resultar chocante. Pero lo que estoy diciendo es que cuantas más verduras y frutas frescas consumas, más energía vital y poder de las plantas ingerirás. Reducir la proporción de consumo de carne y lácteos no te hará perder musculatura, tampoco te provocará debilidad. Antes bien, unido al breve ayuno, es el mejor método para activar las células y lograr el rejuvenecimiento.

Si no tienes muy claro por dónde empezar, te sugiero que lo hagas con el breve ayuno. Mientras estés ayunando —y también en otros momentos— bebe mucho «agua buena» (la Kangen es mi preferida) y dale enzimas a tu cuerpo comiendo frutas enteras en la mañana. Para la comida y la cena recomiendo ensalada, tubérculos y arroz integral, un cereal sin refinar de lo más saludable. Es posible que cuando leas «frutas y verduras» no pienses en los cereales. Pero el cereal es un alimento de origen vegetal. El arroz contiene todos los nutrientes de los grupos A-C. También es una excelente fuente de fibra alimentaria. Si sustituyes el arroz blanco y las harinas refinadas por cereales integrales, verás que tus deposiciones mejoran, lo que tendrá como resultado la limpieza a fondo de tus intestinos.

A medida que aumentes el consumo de arroz integral con todos sus nutrientes, te sentirás mejor tanto física como mentalmente. Y por sorprendente que te parezca (aunque no tiene nada de extraño), sentirás menos deseos de comer carne. Si sigues esta dieta de tres a seis meses, es posible que termines prefiriéndola a la que hacías antes.

Las máquinas de vapor para cocinar arroz tienen hoy día una opción para el arroz integral, y no es difícil. Los argumentos de que el arroz integral no es tan sabroso como el blanco o es más complicado de cocinar a menudo son resultado de los prejuicios de gente que no quiere cambiar y que no lo ha probado. Una vez te acostumbres a comer arroz integral, estarás proporcionando a tu organismo una base de nutrientes indispensables. En cuanto al 15 por ciento de alimentos de origen animal, recomiendo el pescado antes que la carne, y consumir ésta sólo de forma ocasional, o nunca.

De ser posible, haz una comida que consista en arroz integral y verduras dos o tres veces a la semana y observarás una mejoría de tu estado físico y mental.

Por qué los humanos tenemos treinta y dos dientes

Una de las pruebas más claras de que la dieta equilibrada ideal del ser humano debe estar compuesta de un 85 por ciento de alimentos de origen vegetal y un 15 por ciento de alimentos de origen animal es la dentadura. Los dientes son el indicador del tipo de alimentación que cada especie necesita. Por ejemplo, los animales carnívoros tienen dientes muy afilados, caninos, diseñados para arrancar la carne de los huesos de sus presas. En cambio, los herbívoros tienen dientes como los incisivos, delgados y cuadrados, apropiados para morder plantas. También tienen molares, con los que trituran la planta una vez la tienen dentro de la boca.

Examinar los dientes de un animal para juzgar cuál sería su dieta más apropiada puede sonar descabellado, pero de hecho no es una idea nueva. Son muchos los que en el pasado han asegurado que existe una conexión profunda entre el tipo de dentadura y la dieta ideal.

Los seres humanos tenemos un total de treinta y dos dientes (incluyendo las muelas del juicio), repartidos de la siguiente manera: dos pares de incisivos (dientes frontales) arriba y dos abajo; un par de caninos arriba y un par abajo, y cinco pares de molares arriba y cinco abajo. Así, hay ocho incisivos para morder plantas (2 × 2 × 2), veinte molares para moler plantas fibrosas (5 × 2 × 2) y sólo cuatro caninos para arrancar la carne adherida a huesos (1 × 2 × 2). La proporción de dientes diseñados para comer alimentos de origen vegetal frente a la de los diseñados para alimentos de origen animal es de siete a uno. De ahí mi recomendación de que el 85 por ciento de los alimentos que consumas sean de origen vegetal.

Para el miniayuno de Shinya es esencial ver el hambre como algo positivo.