NOTA PRELIMINAR
A la publicación de Allan Quatermain, que cierra cronológicamente el ciclo de relatos del gran cazador, pues termina con su muerte, Rider Haggard había escrito y escribía algunos relatos sobre Quatermain, unos relatos más realistas en los que describía la vida de la selva africana y las cacerías de animales. En ellos volcó tanto su experiencia personal como —se dice— las historias relativas a las andanzas del gran cazador Frederick Selous, cuyo libro describiendo su viaje al país de Matabele se había publicado en 1881[1].
Pero lo único cierto «es la manera en que su imaginación creadora absorbió, sin duda inconscientemente, las ideas y las influencias de tal cantidad de fuentes, y de que modo las integró estupendamente bien en una narración unificada, cuyo conjunto parece mayor que la suma de las partes»[2].
Las historias carecen de elementos fantásticos, integrándose en la vida en el África de los bóers, tal como sucede en Jess (1885), su primera novela «africana» en sentido estricto. Pero lo cierto es que «para muchos ingleses, África se convirtió en el África de Las minas del rey Salomón»[3].
El ordenamiento cronológico de las historias de este volumen —independientemente de la fecha en que son relatados por Allan Quatermain— con la de los dos libros de la serie precedentes es la siguiente:
- «Un extraño suceso».
- «El relato del Cazador Quatermain».
- «Un cuento de tres leones»
- La venganza de Maiwa, 1859.
- Las minas del rey Salomón, 1880.
- Allan Quatermain, 1884-5.
- «Un extraño suceso (Long Odds)», a pesar de ser relatado por Quatermain poco antes de partir hacia Zuvendis en compañía de sir Henry Curtis y el capitán John Good, y inmediatamente después de la muerte de su hijo Harry —según se relata en Allan Quatermain—, es una de las historias más alejadas en el tiempo, pues es la historia del león que le produjo la cojera. Apareció originalmente en el Macmillan’s Magazine.
- Al comenzar «El relato del cazador Quatermain» ya han sucedido los hechos de Las minas del rey Salomón, no obstante la historia es anterior a La venganza de Maiwa, y por tanto anterior a 1859. Apareció originalmente en una revista de beneficencia.
- «Un cuento de tres leones» precede muy poco a La venganza de Maiwa. Apareció originalmente en la revista Atalanta.
Los relatos y la novela se mueven en el mismo escenario de las dos obras anteriores, aunque la presencia de los viejos compañeros de Quatermain, sir Henry Curtis y el capitán John Good, es más bien testimonial, simples contertulios de las veladas en que el cazador relata sus experiencias de caza.
El único personaje notable es Maiwa, la poderosa mujer, que parece seducir más a Quatermain que la legendaria Ayesha en Ella y Allan (1921), una visión absolutamente lírica de una amazona, eso sí, negra.
También aparece un nuevo personaje ajeno a los libros precedentes: el relator indirecto. Es el mismo hombre —salvo en «El relato del cazador Quatermain»—. No sabemos su nombre, salvo que es amigo de Allan y más joven que éste: “Nos habíamos conocido años atrás en África, y como yo no tenía nada mejor que hacer, solía trasladarme a Yorkshire y alojarme con él, y de esta manera, de cuando en cuando me fui enterando de numerosos incidentes de su vida pasada, muchos de ellos realmente curiosos” (pág. 165).
Este recurso permite a Rider Haggard distanciar más la historia, reforzar la sensación de «realidad» y estableciendo con el lector una especie de «complicidad», ya que éste sabe que todo ha de terminar bien.
Sólo a partir de aquí, y con la publicación de La esposa de Allan, Rider Haggard se propone la publicación de una serie de historias entramadas sobre lo ya publicado, desarrollando un denso tapiz de narraciones que culminan con Allan y los dioses del hielo, 1927.
A. L.