Así uní las palabras para quemar la noche, hacer un falso día hermoso, y pude conocer que era la soledad el centro de este mundo.

FRANCISCO BRINES

—¿No ha observado usted —dijo entonces Hildebrando— que los actos más decisivos de nuestra vida, es decir, los que corren más riesgo de decidir nuestro porvenir, son la mayoría de las veces actos imprudentes?.

—Así lo veo —respondió Audibert—. Es un tren al cual sube uno sin pensarlo y sin haberse preguntado adónde lleva. E incluso casi nunca se comprende que el tren le conduzca a uno hasta que ya es demasiado tarde para apearse de él.

ANDRÉ GIDE, Los monederos falsos.

El extraño te ofrece la posibilidad de ser tú mismo haciéndote extraño.

EDMOND JABÉS